FELICES PASCUAS
Y primero era el agua:
Un agua ronca,
sin respirar de peces, sin orillas
que la apretaran...
Era el agua primero,
sobre un mundo naciendo de la mano
de Dios...
DULCE MARÍA LOYNAZ
PINCELAS RELIGIOSAS CON LA MAR DE FONDO <
Entramos en abril por esa puerta grande de la Semana Santa que es el Domingo de Ramos, y muchas gentes hacen sus maletas para dirigirse a ese mar que añoran los de tierra adentro; mientras, las imágenes que evocan la Pasión de Cristo salen a nuestras calles y plazas, para que unos hagan reválida de su Fe, y otros simplemente se recreen en el espectáculo que brinda una de nuestras más arraigadas tradiciones. En esos días, los medios de comunicación ponen más énfasis de lo habitual en los espacios y programación religiosa, por lo que nuestro Boletín no quiere quedarse atrás, brindando a sus lectores unas pinceladas sobre las creencias y cultura religiosa del mar.
En el universo cristiano, el mar es la cara opuesta al paraíso terrestre, el lugar donde habita lo desconocido, lo inquietante. El cristianismo opondrá fuertemente el mar a la tierra; sin embargo, a través del Nuevo Testamento, se fortalecerá el carácter purificador del agua. En primer lugar, a través del bautismo, pero también en aquellos pasajes de la vida de Jesús en los que el mar y sus criaturas se utilizan como elementos de revelación del carácter divino de Cristo o como espacio de separación entre el mundo de los hombres y el más allá. En este último sentido, los evangelistas recogen el episodio de Jesús embarcándose en el lago de Tiberiades para realizar sus enseñanzas a la multitud: “Y de nuevo empezó a enseñar por la orilla del mar, y se congregó junto a Él una grandísima turba, de suerte que subiendo a una barca se sentó dentro del mar, y toda la muchedumbre estaba a la orilla en la tierra. Y les enseñaba muchas cosas en parábolas”. También Jesús manifiesta su naturaleza divina a los apóstoles – recordemos que los cuatro primeros eran pescadores- dominando las aguas tempestuosas en dos ocasiones: <<>>. Caminar sobre las aguas es la demostración que convence a los apóstoles de la filiación divina de Jesús. Al narrar el mismo pasaje, Marcos explica que si quedaron completamente desconcertados fue porque todavía no habían entendido la multiplicación de los panes y los peces y los apóstoles se sentían ofuscados. Ver caminar a Jesús sobre las aguas hizo que se desvanecieran todas las incógnitas.
Todo lo concerniente a las buenas costumbres y vida cristiana de los tripulantes fue reglamentándose desde el siglo XVI. “Todas las mañanas rezarán los muchachos las oraciones que se acostumbran, y los sábados la salve y letanía de la Santísima Virgen Nuestra Señora” precisaban todas estas reglamentaciones, entre los muchos deberes de la marinería.
Cualquier acto rutinario a bordo iba seguido de un aviso con una letanía conocida por todos. Por ejemplo, al amanecer, el marinero que salía de guardia, al dar la vuelta al reloj decía: “Bendita sea la luz y la Santa Veracruz/ y el señor de la verdad y la Santa Trinidad./ Bendita sea el alma y el señor que nos manda, / bendito sea el día y el Señor que nos lo envía.”
Después rezaba un padrenuestro y un avemaría para terminar con este saludo: “Dios nos dé los buenos días; buen viaje, buen pasaje tenga haga la nao, señor capitán y maestre y buena compaña, amén. Así faza buen viaje, faza, muy buenos días dé Dios a vuestras mercedes, señor de popa y proa.”
A las siete, al iniciarse la segunda guardia o primera de la noche, el contramaestre apagaba el fogón, y el grumete de turno daba vuelta al reloj de arena entonando: “Bendita la hora en que Dios nació, / San Juan que le bautizó. / La guardia es tomada-la ampolla muele/ buen viaje haremos - si Dios quiere.”
Y, cada media hora, el grumete repetía: “Una va pasada –y en dos nos muele, /más molerá si Dios querrá, a mi Dios pidamos- que buen viaje hagamos / y a la que es madre de Dios – y abogada nuestra/ que nos libre de agua, de bomba y tormenta.”
Cuando, cada hora, eran relevados timonel y vigía, un paje portando la lámpara de la aguja de marear cantaba: “Amén, Dios nos dé buenas noches, / buen viaje, buen pasaje haga la nao, / señor capitán y maestre y buena compaña.”
Hasta hace muy pocos años, en todas las dependencias en tierra a la puesta del sol, y en los barcos cerca del crepúsculo se entonaba la oración, ahora reservada a las solemnidades: “Tu que dispones de viento y mar / y haces la calma y la tempestad/ ¡Ten de nosotros señor piedad!/¡Piedad! ¡Señor! / Señor, piedad.”
Costumbre, que como otras muchas han quedado relegadas a determinadas fiestas y actos, como también es el caso de la “Oración del piloto” que se rezaba al zarpar: “Larga trinquete en nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Tres personas y un solo Dios verdadero, que sea con nosotros y nos guarde, que acompañe y nos dé buen viaje a salvamento y nos lleve y vuelva a nuestras casas.”
EL SALÓN NÁUTICO DE MADRID DE PANTALÓN LARGO
Se hacen muchas bromas a costa de un Madrid que no tiene mar, pero los aficionados a los deportes náuticos de la “meseta” han podido disfrutar, durante los pasados días 14 al 18 de marzo, en la novena edición del Salón Náutico de Madrid, de las últimas propuestas para la práctica de la navegación deportiva. Las grandes esloras y el alto diseño de las embarcaciones expuestas han resaltado la mayoría de edad alcanzada por éste evento, que ha congregado a más de 200 empresas y 450 barcos de todo tipo, contemplados por unos 40.000 aficionados asistentes a la cita, que ha confirmado a la capital de España como uno de los principales mercados, al generar el 30% de las ventas nacionales, y acaparar una de las mayores demandas de titulaciones y licencias para el manejo de embarcaciones de recreo y la práctica de deportes acuáticos.
Las cifras del sector reflejan, además, el buen momento por el que atraviesa, con un volumen aproximado de 2.000 millones de euros y un crecimiento en torno al 7% anual. En cuanto al número de embarcaciones de éste tipo, la flota española asciende a 186.136 unidades; contando nuestro litoral con 323 puertos deportivos y 107.772 puntos de amarre, cifra que se verá incrementada un 40% en la próxima década.
La cultura marinera ha estado presente también en la cita, en la que han participado numerosas firmas relacionadas con el coleccionismo marinero; pudiéndose encontrar en sus stand motivos navales como maquetas, cuadros de pintura, metopas y antigüedades de lo más variopinto, cual instrumentos de navegación, mobiliario, uniformes o equipos de buzos. Dos buenos amigos de la Fundación han participado, entre otros como ponentes en el ciclo de conferencias que corrió en paralelo con el Salón: Álvaro de Marichalar compareció en el foro marinero para relatar la travesía de 3.000 millas en el Atlántico a bordo de una moto acuática, que queda reflejada en su libro “Rumbo al horizonte azul”; mientras que Elías Meana lo hacía para presentar el “Sistema Mundial de Socorro y Seguridad Marítima. SM SSM/GMD SS” sobre el que ha escrito recientemente un libro publicado por Noray.
YA QUE HABLAMOS DE LIBROS
Tenemos que, cuando al almirante Salvador Moreno de Alborán le faltaban escasos meses para alcanzar los ochenta años, comenzó a anotar los recuerdos de una dilatada vida dedicada a la Armada, cargados de humor que ahora se han visto recogidos en un libro, del que es autor, titulado “A bordo y en tierra”, “Autobiografía anecdotaria de un oficial de Marina”.
En la maraña de acontecimientos que jalonan la primera mitad del siglo XVII, pocas veces se recuerda que dos potencias oceánicas, España y Holanda, libraron una guerra por el dominio de los mares que marcó el destino y el horizonte de ambas naciones. En la batalla de las Dunas abundaron episodios heroicos y transcendentes, retocados con el tiempo por las plumas de la piratería, y ahora desenmascaradas por Víctor San Juan en su nuevo libro “La batalla naval de las Dunas, La Holanda comercial contra la España del Siglo de Oro”, en el que de forma clara y documentada nos adentramos en esta campaña marítima tan desconocida como olvidada.
La “Moby Dick” de Herman Melville vuelve a emerger a la superficie de las novedades, de la mano de una nueva traducción realizada por Fernando Velasco, que va acompañada de unas valiosas notas, a la par que de una concienzuda redacción al español. Rematado por un estudio final titulado “El gran arte de decir la verdad: la historia de Moby Dick”.
En cuanto a novedades de publicaciones técnicas, este mes tenemos para resaltar: de una parte el “Suplemento al Código Marítimo Internacional de Mercancías” Peligrosas IMDG edición 2006”; y de otra el “Manual de emergencias a bordo. Cómo resolver cualquier problema en el mar.”
DE TOCO UN POCO CON SABOR A SAL
Galileo, el científico precursor que observó la luna con el primer telescopio, reveló el relieve de nuestro satélite cuando pensaba que era una esfera perfecta. Idea que queda reflejada en cinco acuarelas de su autoría en su primer ejemplar del “Sidereus Nuncius”, publicado en Venecia en 1610. Hallado después de 400 años, ha salido nuevamente a la luz en Nueva York, en donde su propietario, un anticuario de esa ciudad, piensa presentarlo al público durante el próximo mes de septiembre.
Las grandes regatas, como la Copa América, suponen una ocasión para reflexionar tanto sobre la historia de la navegación como de la belleza de los barcos que la hacen posible. Lo que se ha puesto de relieve en la exposición organizada por A.T. Kearney con motivo de la próxima cita de Valencia en la que, a través de las acuarelas y dibujos de Ignacio Muñoz Pidal nos cuenta el acontecer de de una de las grandes competiciones náuticas, a la vez que ha publicado un libro catálogo bajo el sugerente título de “America´s Cup. Historia de una singladura empresarial”.
La copla, que es cada vez más abierta, ya ha abandonado los estereotipos, de lo que es muestra “Desgarrada”, el nuevo título de Clara Montes, que en esta edición realiza una nueva versión de “Tatuaje”, canción marinera por antonomasia.
También tenemos que, finalmente, España ha autorizado a la empresa Odyssey a localizar en aguas de la bahía de Cádiz el pecio del galeón Sussex, que se hundió en aquellas aguas en 1694 con 10 toneladas de oro y 100 de plata en sus bodegas.
NO ESTA DE MÁS HABLAR DE NOSOTROS
Las tareas de la Tertulia Madrid Marinero, que organiza nuestra Fundación, siguen adelante, habiendo sesionado durante el anterior trimestre para desarrollar temas como “Las aves marinas” que corrió a cargo de José Curz, coronel de Intendencia de la Armada; “La defensa de Buenos Aires” tema que desarrolló el capitán de navío y miembro de nuestro comité asesor José María Blanco Núñez; y “Marinos en la Guerra de la Independencia” presentada por Mariano Juan Ferragut capitán de navío y vicepresidente de nuestra Fundación; estando programada para el 17 del presente mes “La Infantería de Marina. Valientes por Tierra y por Mar” que animará Juan García Lizana, Comandante General de la Infantería de Marina entre 2002 y 2006.
La Fundación Letras del Mar organiza para el próximo 21 de abril una visita al Museo Naval, que contará con un guía de excepción, su Subdirector, el capitán de navío y miembro del comité de nuestra Fundación, Marcelino González .
La Asociación “Amigos de Nostromo”, de la que forma parte la Fundación Letras del Mar, ha convocado la XI Edición del “Premio Literario Nostromo”, en la que pueden participar autores de obras de narrativa marítima que presenten obras inéditas. El premio tiene una dotación económica de 10.000 euros.
CREACIÓN(*)
Cubriendo la faz del mundo, discurría el océano, no ocioso, sino que con su prolífico y cálido humor suavizaba todo el globo. Fermentada la gran madre para concebir, saciada de fecunda humedad, dijo Dios: "¡Reuníos ahora, aguas bajo el cielo, en único lugar y dejad que aparezca la tierra seca!" Inmediatamente emergieron, enormes, las montañas elevaron sus anchas y desnudas espaldas hacia las nubes y sus cimas ascendieron hasta el cielo. Tanto como los prominentes montes se elevaron, se hundió en una profundidad abismal el espacioso lecho de las aguas. Hacia allá se precipitaron alegremente, como las gotas que resbalan sobre lo seco. Encrestándose e su prisa y levantándose como un muro de cristal. Tal fue la huida que la gran orden provocó en las veloces corrientes. Como ejércitos a la llamada de la trompeta (pues de ejércitos se trataba) forman tras su estandarte, así la acuática multitud, ola tras ola, encuentra su camino. Si es pendiente, formando torrenteras; frenándose sobre el llano, Ni roca ni colina las detienen. Ellas, bajo el suelo o a cielo abierto, serpentean y encuentran su camino, y sobre el lodo excavan profundos canales. Dios pidió a la tierra que se secara excepto allí por donde ahora transcurre el húmedo y perpetuo curso de los ríos. Y llamó a lo seco Tierra y Mar al gran recipiente de las aguas congregadas.
(*) Un pasaje de la obra de MILTON
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