lunes, noviembre 12, 2012

12 de Noviembre de 2012

XLSEMANAL

Mi padre, el rey, y el mar

11/11/2012 David Benedicte

Un nuevo libro, con fotos inéditas y prologado por el Príncipe Felipe, repasa la vinculación del rey con el mar. «Utilizo muy conscientemente la palabra pasión», asegura el heredero al hablar de la afición por la vela que siente don Juan Carlos. Recogemos algunos extractos e imágenes.

Príncipe 'preolímpico'. «La mar, de alguna manera, nos forma, nos moldea», señala el príncipe en el prólogo. Don Juan Carlos, a bordo del Fortuna en el Real Club Náutico de Barcelona, en 1969. Su vocación competitiva era total y esperaba el visto bueno del Generalísimo para competir en los Juegos. Lo haría en Múnich 72, Seúl 88 y Barcelona 92.

Con rumbo fijo. «El jefe ha navegado todo lo que ha podido salvo por razones de Estado o por cuestiones físicas», explica José Cusí, armador del Portaaviones -apodo del Bribón por sus magníficos resultados-. «También entre nosotros -apunta el principe- la vela ha servido para alimentar un sano y divertido espíritu competitivo intrafamiliar».

Mi abuelo. «El Rey heredó la vocación marinera de su padre, mi abuelo el conde de Barcelona, que a su vez recogía la de Alfonso XVIII, el monarca que estuvo en los orígenes de la vela deportiva en España», señala el Príncipe. En la imagen, Don Juan, don Juan Carlos y don Felipe posan juntos con el uniforme de la Armada Española.

Ambiente marinero. «Mis hermanas y yo vivimos el ambiente de la mar y la náutica desde muy temprano y al mismo tiempo sabíamos lo que significaba la vela tanto para el Rey como para la Reina. Por eso es normal que nos atrajera y quiéramos vivir una experiencia parecida», comenta el Príncipe.

Calma chicha. Un joven don Juan Carlos lee tranquilamente en la cubierta del Saltillo, barco que estuvo en manos del conde de Barcelona hasta 1962. El 14 de mayo de aquel mismo año, don Juan fue hasta Atenas a bordo del mismo para asistir a la boda entre su hijo, el príncipe de Asturias, y Sofía de Grecia.

Herencia paterna. Imagen inédita extraída del archivo fotográfico del Museo Naval. Don Juan y don Juan Carlos toman un respiro a la popa del Saltillo, embarcación que perteneció al conde de Barcelona. Fue en una de las múltiples travesías de esta nave por el Mediterráneo cuando el rey conoció a doña Sofía, en el verano de 1954.

Cogiendo olas. Curiosa e inédita imagen de su majestad practicando windsurf -realizó un curso en 1978- durante los años en que sus hijos aprendían a navegar en la Escuela Nacional de Vela de Calanova, cercana al palacio de Marivent.

Espíritu olímpico. Don Juan Carlos posa con parte de la tripulación del dragón Fortuna, del que el rey era el caña. Bahía de Kiel, Juegos Olímpicos de Múnich 72. La suerte no acompañó a los regatistas: quedaron en decimoquinta posición.

'El rey y el mar. Juan Carlos I, historia de una pasión', de Ignacio Gómez-Zarzuela Ros, acaba de ser publicado por RBA.

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