Título original: “The Dead Zone”. USA 1983.
103 Min. Género: Thriller
paranormal. Color.
Director: David Cronenberg. Interpretación: Christopher Walken, Tom Skerrit,
Martin Sheen, Herbert Lom, Anthony Zerbe
No os podéis hacer una idea de la de los años que llevaba
deseando ver esta película. Seguro que no soy el único que está detrás de algo,
pero que se deja relegado indefinidamente hasta que una palabra, un hecho o
cualquier evento accidental, nos devuelve el recuerdo de ese anhelo y, por fin,
nos molestamos en buscarlo hasta alcanzarlo. A mí me ha pasado un montón de
veces y “La zona muerta”, a pesar de haber leído el libro de Stephen King.
Me encontré ya cara a cara al fin con Christopher Walken... Justo hace una semana...
Dicen que es la obra de King mejor llevada al cine y no
quiero, ni pretendo, ponerlo en duda, pero me sorprende que David Cronenberg lo
haya hecho en un filme que, raquíticamente, supera la hora y media de duración.
Y no es que hablemos de una labor de síntesis exhaustiva, sino que, a pesar de
los actores que aparecen, se muestra como una producción de bajo coste (y no lo
digo porque algunos objetos decorativos se vean hasta en tres viviendas
diferentes)...
Pero lo que es imperdonable es que se haya eliminado del
guión dos sucesos clave de la trama como es la ruleta de la suerte en la feria
a la que lleva Johnny a Sarah, y lo que le dice su madre cuando muere de forma algo más completa. Aquel
que no haya leído el libro se queda sin saber que el protagonista ya contaba
con ese poder, aunque muy latente, y que la fanática religiosa moribunda sabía
que su hijo era el elegido por Dios para salvarnos. Ambas escenas son tan
inquietantes que no paro de darle vueltas sobre esta mutilación.
El resto, con sus variaciones necesarias (obvias) y no
tanto, te lleva a la perfección a distintos capítulos de la obra favorita de
King, aunque la parquedad de la cinta, que bien se merecía llegar a las dos
horas, pierde algo de solidez.
En relación a la cuestión interpretativa, destaco a
Christopher Walken, que crea a la perfección al John Smith del libro, que cae
bien a todo el mundo, pero con su toque siniestro cuando tiene las visiones. La
pena es que el equipo de caracterización no nos presente al Johnnie del final
de la novela, consumido totalmente por su poder, con los ojos inyectados en
sangre, famélico... igual no lo consideraron estrictamente necesario.
Me hizo gracia reconocer a Martin Sheen como el malvado Greg
Stillson, aunque a poco no le dan tiempo de dar mítines, proferir amenazas y pulsar
el botón del “Juicio Final”. ¿Habrá recordado ese papel para “El Ala Oeste de
la Casa Blanca”? ¡Je!
Como veis, no dejo de darle al tema de la duración de la
cinta y es que éste es un handycap. La película no aburre y tiene buena
factura, a pesar de todo, con ambientación y escenarios reales y creíbles.
Como siempre hago con Stephen King: os recomiendo leeros el
libro y ver, también, la adaptación, la cual es apta para cualquiera que
soporte cualquier capítulo de CSI.
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