martes, mayo 14, 2013

14 de Mayo de 2013

MALAGAHOY


JUAN CARLOS / CILVETI / PUCHE | ACTUALIZADO 14.05.2013 - 01:00

CUANDO a finales de 2013 o a principios de 2014, aparezca el habitual resumen portuario del año recién terminado, una de las reseñas de importancia debería aludir a la presencia en aguas malacitanas de la patrullera de la Armada española Medas P-26. Empleando la muy antigua y tradicional terminología de las entradas y salidas a puerto de cualquier buque de guerra, elMedas, "procedente de la mar y con destino a la mar", realizaba una breve escala en Málaga los pasados días 23 y 24 de abril. Abarloado a su hermano gemelo el Tagomago P-22 (la patrullera que tiene en el puerto malagueño su base de operaciones), durante unas cuantas horas, ambos barcos mostraron una singular imagen. Una instantánea de dos de los tres supervivientes de una clase a punto de desaparecer. 

Adscritos al Plan General de la Armada de 1977, un ambicioso proyecto que tendría como resultado la fabricación por parte de la Empresa Nacional Bazán de 10 patrulleros destinados a la vigilancia costera, control pesquero y salvamento, el 31 de enero de 1979 arrancaba la construcción de los cuatro primeros buques de una serie que llevaría los nombres de diferentes islas o islotes del litoral español. 

Tras ser entregado en octubre de 1980 el primero de ellos, el Anaga P-21 (el buque que daba nombre a la clase), entre los años 1981 y 1982 se completaba la totalidad de la serie. Después de una primera baja, la del DevaP-29 en julio de 2004, seis de los patrulleros de la clase dejaban de navegar en los años 2010 y 2012. Permaneciendo activos ya sólo tres de ellos (TagomagoP-22, Medas P-26 y Tabarca P-28), el ver juntas a dos de estas unidades como hace poco tiempo ocurrió en el puerto de Málaga, constituye toda una rareza.

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