miércoles, septiembre 25, 2013

25 de Septiembre de 2013

ABC


ABC.ESABC_CULTURA / MADRID/SEVILLA
Día 25/09/2013 - 10.09h

Dos exposiciones permiten recorrer la exploración y la creación del primer comercio global a que dio lugar el descubrimiento

Hoy se cumplen 500 años desde que Vasco Núñez de Balboaavistó el Océano Pacífico. Entre las conmemoraciones que permiten ahondar en esta conmemoración figuran dos grandes exposiciones. La primera, recién inaugurada, es la que acoge el Archivo de Indias. La segunda, titulada 'La exploración del Pacífico: 500 años de Historia', es un proyecto conjunto de la Casa de América y el Museo Naval.

'La exploración del Pacífico: 500 años de Historia' está concebida, diseñada y montada por el Museo Naval. Son 170 piezas de dicho museo que recorren 500 años de exploraciones, navegaciones y rutas comerciales, desde el descubrimiento de Balboa y la expedición deMagallanes o el Galeón de Manila hasta la expedición Malaspina, en la que participó el buque Oceanográfico de la Armada, el Hespérides, en 2010.

Hitos históricos

Podrá visitarse en las salas de exposiciones de la Casa de América desde el próximo 3 de octubre. El visitante podrá realizar un recorrido por la historia marítima de los últimos 500 años en sus hitos históricos. Desde el primer avistamiento europeo del Pacífico, el 25 de septiembre de 1513, hasta la lucha por las islas de las especies con Portugal; de la primera vuelta al mundo, a la ruptura con los mitos y leyendas sobre el fin del mundo una vez traspasados los océanos; del llamado Lago Español a la llegada española a Australia, pasando por el primer comercio global consolidado el Galeón de Manila.

La muestra también recorre el Pacífico durante la época de la Ilustración, profundiza en los últimos viajes y exploraciones, y llega hasta la actualidad. Todo gracias a numerosas piezas originales (más de 170), como brújulas, mapas, cuadros, maquetas o cañones.

Archivo General de Indias

Por otra parte, el Archivo General de Indias acaba de inaugurar la muestra «Pacífico. España y la aventura del Mar del Sur», que reúne un total de 163 piezas originales y que estará abierta hasta el próximo el 9 de febrero.

Esta muestra está organizada por Acción Cultural Española (AC/E), la Junta de Extremadura, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el Archivo General de Indias y el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. El diseño de la misma corre a cargo de Tannhauser Estudios. Reúne 163 piezas y documentos originales de los archivos estatales españoles, museos y colecciones públicas y privadas. Asimismo, el espectador se encontrará con recursos didácticos, escenografías y audiovisuales que conforman una muestra dividida en siete bloques.

Este viaje en el tiempo se inicia en el bloque «Un mundo incompleto y América, el continente inesperado», en el que se hace una introducción al visitante al desconectado mundo del siglo XV, en dondePortugal y Castilla competían por alcanzar las indias. Se exponen en este apartado el Tratado de Tordesillas, un acuerdo internacional entre las coronas de Portugal y Castilla y un documento de Fray Bartolomé de las Casas en defensa de los indígenas.

El un segundo apartado, «El descubrimiento de la Mar del Sur», muestra documentos relacionados con Tierra Firme (Venezuela, Istmo de Panamá y parte de territorios de Colombia) y la hazaña del extremeño Vasco Núñez de Balboa, primer europeo que divisó el Océano Pacífico y lo dio a conocer en el viejo continente. Entre los documentos expuestos destacan la primera noticia del avistamiento y toma de posesión del nuevo océano, al que el explorador bautizó como «la mar del Sur»; la única carta original que se conserva de Balboa, así como un facsímil manipulable con los principales documentos relacionados con la primera exploración española del Pacífico en sus costas americanas y asiáticas.

Manila y las Marshall

Tras su paso por Trujillo y su estancia ahora en Sevilla hasta el próximo 9 de febrero, esta exposición se podrá ver también simultáneamente (con réplicas de las piezas originales) en el National Museum of Philippines de Manila (Filipinas). Otra versión reducida se puede ver en las Islas Marshall hasta el próximo mes de octubre.


Las hazañas de este héroe español del SXVIII fueron recordadas ayer en los jardines del Real Observatorio de Madrid

Valeroso como pocos y perspicaz como ninguno, estas son las características que, sin duda, mejor definen a Jorge Juan y Santacilia, un ilustre español que, durante el s.XVIII, combinó los empleos de militar, científico y espía y a quien la Armada rindió un solemne homenaje en el Real Observatorio de Madrid la pasada jornada. Durante la tarde, y con motivo del que hubiera sido su 300 aniversario, el Subsecretario de Fomento Mario Garcés Sanagustín y el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada Jaime Muñoz-Delgado y Díaz del Río descubrieron una placa en honor de este héroe español en los jardines del insigne edificio, los cuales se tiñeron de blanco por las decenas de uniformes militares presentes.

Sin embargo, este no fue el único recuerdo en honor de Jorge Juan ya que, tras la inauguración del monumento, y bajo techo, dos expertos repasaron pormenorizadamente la vida de este desconocido héroe español y dieron a conocer la repercusión que sus investigaciones cosmológicas han tenido en la época actual. El homenaje fue a su vez el cañonazo de salida al «Seminario de Navegación Astrológica» que se sucederá durante los días 23,24 y 25 de septiembre en el marco de la III Semana Naval de Madrid.

Ancla y placa en contra del olvido

Bajo un sol de justicia que no derritió -ni mucho menos- los ánimos de los asistentes, Garcés y Muñoz Delgado descubrieron primero una placa en honor de Jorge Juan instalada en un monumento en forma de ancla donado por la Armada. Un sencillo monolito que, a partir de ahora, tratará de combatir el olvido que ataca a este personaje desde hace exactamente tres siglos.

Después de ello, el Subsecretario de Fomento fue el primero en alzar la voz con la intención de recordar las hazañas y el carácter de este personaje. «Hemos venido aquí para conmemorar a un insigne marino, un insigne humanista y un insigne hombre de la ilustración. Un hombre que, probablemente, personifica como nadie el SXVIII, don Jorge Juan y Santacilia»

Garcés no se olvidó tampoco del legado de Jorge Juan a nivel científico. «Como hombre humanista que fue, en el año 1.790 consideró la necesidad de (...) constituir los dos grandes observatorios que son buques insignias de nuestra Historia: el Real Observatorio de la Armada y el Real Observatorio de Madrid», añadió el político.

Finalmente, el Subsecretario de Fomento también aludió al espíritu de Jorge Juan para tratar de salir de las aguas turbias en las que se encuentra España: «Actualmente vivimos una de las crisis económicas más importantes que han azotado a nuestro país en los últimos 200 años. Y siendo esto así, creo que su ejemplo debe ser un ejemplo esencial para todos nosotros, pues, desde el conocimiento, la ciencia, y la determinación, fue un hombre que sabía que había que renovar, que había que cambiar».

De marino a marino

Por su parte, el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada tomó después la palabra para criticar el olvido en el que han caído multitud de héroes españoles a lo largo de los siglos: «Con la figura de Jorge Juan lamentablemente se repiten las mismas circunstancias que con otros insignes españoles que, habiendo prestado un gran servicio a nuestra nación, habiendo tenido una relevancia fundamental en el devenir de nuestra historia, y habiendo gozado de un enorme prestigio nacional e internacional, murieron sin que sus méritos fueran lo suficientemente reconocidos en su país, cayendo en el más injusto de los olvidos».

Con todo, el militar quiso hacer hincapié en la importancia que tuvieron los conocimientos marítimos del héroe español a la hora de dar forma a la Real Armada del XVIII, pues, «sus reformas en las ingenierías de los buques, los arsenales y la enseñanza, sentaron las bases de la edad de oro que vivió la construcción naval en España a mediados del SXVIII».

La historia de un militar, científico y espía

MANUEL P. VILLATOROMADRID
Acabado el homenaje, el Capitán de Navío Mariano Juan y Ferragut tomó la palabra para desenterrar la heroica historia de un hombre que, además de militar y científico, puso en riesgo su vida en varias misiones de espionaje al servicio de la corona española. Sus primeras palabras no dejan duda sobre lo trascendental de su aportación a nuestro país: «Jorge Juan es el científico español más importante de la Ilustración, y quizás de nuestra Historia».

Según explica el experto, Jorge Juan vino al mundo en la villa alicantina de Novelda el 5 de enero de 1.713. Concretamente, este futuro marino nació en una época en la que la Corona buscaba elevar el poder marítimo español. «La preocupación máxima de los Borbones fue restaurar nuestro poder naval para garantizar las comunicaciones con nuestro imperio ultramarino. (…) España no pretendió rivalizar con Inglaterra a nivel naval ni superar el poderío de Francia por tierra, pues nuestros recursos económicos y humanos no permitieran», señala Juan y Ferragut.

Desde muy joven, Jorge Juan entró a formar parte de la Orden de Malta lo que, a los 16 años, le llevó a convertirse en el comendador de una pequeña villa aragonesa. Sin embargo, y a pesar de que se hizo un nombre combatiendo a tan tierna edad, el joven sabía que su futuro no se encontraba en otro lugar que en la mar.

«Jorge Juan trató de ingresar en la Academia de Guardias Marinas a los 16 años, pero tuvo que esperar seis meses debido a que no había vacantes. Sin embargo, por fin pudo incorporarse a la Real Armada y pronto adquirió fama de alumno aventajado, por lo que sus compañeros pasaron a llamarle “Euclides”. Además, como ya conocía toda la teoría debido a que había estado de oyente en las clases durante el tiempo de espera, pudo embarcar casi de inmediato», destaca en su exposición el experto.

Al poco de subir a bordo, Jorge Juan tuvo que enfrentarse en multitud de ocasiones a los corsarios berberiscos, lo que fue forjando su carácter como militar. En cambio, su primer acto de valor no lo viviría con la espada en la mano, sino en el buque «Castilla» donde, arriesgando su vida, trató de apagar un incendio que se había declarado a bordo.

Una expedición para el recuerdo

A penas cinco años después de acabar sus estudios, Jorge Juan recibió su encargo más destacado. Concretamente, y junto a Antonio de Ulloa, debería acompañar a una expedición francesa a América del Sur para medir un arco de Meridiano bajo el Ecuador y así, de una vez por todas, calcular cual era el grado de achatamiento de la Tierra.

Curiosamente, el rey decidió encomendar el trabajo a estos veinteañeros, los cuales no contaban todavía con una graduación militar. «Para que no fueran inferiores a los franceses, se les ascendió a ambos a tenientes de navío, es decir, se saltaron tres empleos de golpe. Se repartieron los trabajos: Jorge Juan sería el matemático y Ulloa el naturalista», completa el español.

En Quito, su destino, tuvieron que hacer frente a todo tipo de penurias para poder llevar a cabo sus mediciones junto a los franceses. «Allí se les llamó “los caballeros del punto fijo”, pues los lugareños afirmaban que estaban buscando el punto exacto por donde pasaba el Ecuador», destaca el experto. La expedición duró nada menos que 11 años, tras los cuales Jorge Juan llegó a ser reconocido como un destacado investigador en Francia.

Vuelta a España: espía al servicio de la Corona

No sucedió lo mismo en España, donde, según Juan y Ferragut, sus heroicidades tendieron a caer en el olvido. De hecho, tuvo que esperar algún tiempo hasta que le fue encomendado un nuevo trabajo: recabar en secreto toda la información que pudiera sobre la construcción de buques por parte de la Pérfida Albión y tratar de conseguir que especialistas navales del lugar viajaran a España para dar forma a una novedosa Armada.

En aquel viaje fue conocido de muchas formas. «Como Mr. Josues entró en contacto con los constructores ingleses, a los que les dio la posibilidad de trabajar en España ofreciéndoles unos contratos muy beneficiosos. (…) Fue numerosísima la cantidad de personal que aceptó la oferta, (…) entre 80 y 90 personas», completa el Capitán de Navío. Con todo, la desgracia se cernió sobre él cuando su operación fue descubierta y tuvo que huir hacia España.

A su regreso a España renovó la construcción naval con la reforma de los diques y arsenales de Cartagena, Cádiz y Ferrol y la implantación de un sistema propio de arquitectura naval. A su vez, en 1.572 el Rey le nombró director de la Academia de Guardiamarinas. Finalmente, llevó a cabo varias misiones como espía y embajador en Marruecos hasta su muerte a los 60 años.

Para terminar la jornada, Jesús Gómez González –Subdirector General de Astronomía, Geodesia y Geofísica del Instituto Geográfico Nacional- llevó a cabo un repaso por la influencia que la faceta científica y cosmológica de Jorge Juan ha tenido en importantes proyectos nacionales.


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