viernes, mayo 16, 2014

16 de Mayo de 2014

EL CONFIDENCIAL


Angel Collado

La empresa nacional Navantia ha ganado posiciones para optar a un gran contrato de construcción de cuatro fragatas F-100 de última generación en Arabia Saudí en vísperas de que el Rey llegue en visita oficial a la gran potencia del Golfo. Las mejores relaciones del Gobierno (el de Mariano Rajoy) con los Estados Unidos y la consiguiente presión diplomática en favor de los intereses de los astilleros públicos permiten que la oferta española para modernizar la Marina saudí incluya el sistema de combate Aegis (lanzamiento e intercepción de misiles), de patente norteamericana.

En Arabia Saudí hay en juego un contrato a largo plazo de casi 4.000 millones de euros sólo en una primera fase y carga de trabajo para los astilleros de Navantia hasta la próxima década. La Marina de ese país planea reforzarse como potencia naval del Golfo con la adquisición un total de siete fragatas en los próximos años, cuatro para empezar, además de otros navíos de menor entidad. Estadounidenses, franceses y españoles (Navantia) pujan desde el primer momento para hacerse con el proyecto.

EEUU se ha hecho ya a la idea de que el modelo de navío que ofrece, un destructor, es demasiado grande y poco apropiado para operar en las aguas de la zona. Navantia ofrece las mismas prestaciones en un formato más reducido como es la fragata F-100. La Armada española cuenta con 5 de ellas y el modelo original ha servido de base para buques similares construidos para Noruega y Australia. La clave es el citado sistema de combate Aegis que equipan los destructores norteamericanos y las F-100 españolas, y que es capaz de integrarse en el escudo antimisiles que se despliega ya en el Mediterráneo.

En las últimas semanas, representantes del Ejecutivo español y el estadounidense han mantenido conversaciones sobre el asunto con motivo de la llegada a España del primer destructor destinado a Rota (Cádiz) para participar en el escudo antimisiles, el USS Donald Cook.

Según fuentes gubernamentales consultadas por El Confidencial, en esas entrevistas de alto nivel se ha abierto la puerta a la colaboración ante el contrato de fragatas para Arabia Saudí. Los norteamericanos están dispuestos a respaldar las opciones de Navantia sobre la base del sistema Aegis y participar en el proyecto de forma más directa. La Marina de EEUU y la empresa pública española mantienen relaciones estrechas. Además de equipar su sistema de combate en las F-100, Navantia se ocupa del mantenimiento de la flota norteamericana que se despliega desde Cádiz.

El otro competidor por el programa de las fragatas para Arabia Saudí es Francia, que ofrece su modelo FREMM, de los astilleros estatales DCNS, con el que cuenta su propia Marina y también se vende a Marruecos. Los galos cuentan con la ventaja de que ya fueron proveedores de los saudíes en los años noventa (la mayoría de los actuales barcos de guerra de ese país son franceses), pero no alcanza el nivel de desarrollo tecnológico del sistema Aegis.

Visitas de fragatas y el Rey para reforzar las opciones españolas

El programa de modernización de la Marina saudí está todavía en una fase muy inicial y no se esperan avances concretos en este ejercicio, pero Navantia ha contado desde el principio con el apoyo de la Armada española. La F-100 Méndez Núñez atracó hacer un año en el puerto de Yeda a la vuelta de su misión en la Operación Atalanta de lucha contra la piratería para que los jefes de la Marina saudí vieran en directo el navío de los astilleros españoles. Lo mismo hará la fragata más moderna de la Armada española, la Cristóbal Colón, este mismo mes y con el mismo propósito.

Por pocos días no coincidirá su estancia con el viaje que tiene previsto el Rey a Arabia Saudí el próximo fin semana. Don Juan Carlos visitará el país árabe los días 17, 18 y 19 de este mes acompañado por varios ministros y responsables de las principales empresas españolas, estatales y privadas, con intereses en la exportación y los contratos en sectores como la construcción, la energía o las telecomunicaciones. También de la industria de la Defensa, con Navantia en primer lugar.

ABC


ESTEBAN VILLAREJO / MADRID
Día 16/05/2014 - 01.40h

La estatua del héroe de Cartagena de Indias se erigirá el 12 de Octubre en Madrid; será obra del escultor Salvador Amaya

Un Blas de Lezo «sereno y reflexivo» se erigirá en monumento en los madrileños Jardines del Descubrimiento (plaza de Colón) el próximo 12 de Octubre, fiesta nacional. Todo ello después de que la asociación ciudadana que impulsa esta iniciativa haya elegido como diseño definitivo un primer boceto –moldeado en barro– del escultor Salvador Amaya, quien cuenta entre sus obras realizadas con Isabel la Católica (Navalcarnero), Valle-Inclán (Vilanova de Arousa) o el torero Julio robles (Salamanca).

«Un Blas de Lezo tenso pero en actitud serena se yergue sobre la cubierta de un barco. He querido interpretar una personalidad forjada en el mar como oficial, curtida en decenas de batallas y con un historial militar que deja fuera de toda duda que no existe la suerte y que las guerras no se ganan con la fuerza, sino con la cabeza. He representado a un estratega, sin artificios ni alardes en la postura. Una persona reflexiva y templada a la vez que orgullosa y fiel a su patria», explica a ABC el escultor madrileño Salvador Amaya en conversación telefónica desde su estudio en Yuncos (Toledo).

Este primer boceto –votado por un 83 por ciento de los miembros de la asociación «Monumento a Blas de Lezo»– mide 87,5 centímetros de altura y representa al héroe de Cartagena de Indias con mirada al horizonte, espada al cinto, bota sobre un cabo, brazos hacia la espalda y pata de palo.

Cuatro cañones y escudo
Un semblante distinto al de la estatua que el héroe guipuzcoano, conocido como el «Mediohombre» –cojo, manco y tuerto–, tiene en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, otrora ciudad estratégica de España. Allí en 1741 el ilustre marino libró encarnizada y victoriosa batalla ante la flota más grande del momento comandada por el británico Edward Vernon, quien ya daba por segura la victoria antes del envite final llegando a acuñar unas monedas conmemorativas por un desenlace que nunca se produjo (monedas que, por cierto, pueden observarse en el Museo Naval de Madrid).

La estatua de Blas de Lezo en Madrid medirá 3,5 metros de altura (7 metros en total contando con el monolito-pedestal). «Me gustaría que en el proyecto pudieramos incluir cuatro cañones en las esquinas y un escudo de la flota de Blas de Lezo. Pero estos son detalles que tenemos que definir con la Asociación y el Ayuntamiento», añade el escultor Salvador Amaya.

«En la soledad buscada de la primera luz del día, justo antes de que salga el sol. Distanciándose del fragor del asedio, intentando profundizar más allá de la línea del horizonte y la majestuosidad del despliegue enemigo. Anticipándose, visualizando con serena seguridad acciones, soluciones y secuencias para neutralizar y transformar limitaciones y sacrificios en ventajas. Sintiéndose por última vez en la cubierta de “El Conquistador”, y despidiendo con ello a una parte de su alma; justo antes de ordenar su hundimiento para bloquear el avance inglés. Sin plantearse la posibilidad de su primera derrota, pero desconociendo que se encaminaba a su victoriosa última batalla», nos explica.

Financiación ciudadana
Ese es el momento que captará una estatua que será posible gracias a una iniciativa financiada íntegramente por ciudadanos y acogida por el Ayuntamiento. El marino de Pasajes ya divisa puerto en Madrid.

2 comentarios:

  1. Anónimo5:22 p. m.

    No se corresponde la actitud pusilánime del boceto con su carácter enérgico, valeroso, impetuoso, activo, etc, que demostró en Cartagena de Indias y que tan fiel y rigurosamente se describe en www.labatalladecartagenadeindias.com. Un fiasco de boceto.

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  2. Anónimo5:22 p. m.

    No se corresponde la actitud pusilánime del boceto con su carácter enérgico, valeroso, impetuoso, activo, etc, que demostró en Cartagena de Indias y que tan fiel y rigurosamente se describe en www.labatalladecartagenadeindias.com. Un fiasco de boceto.

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