2 de julio de 1914
Desde Sarajevo se comunica que Princip y Kabrinovic habían sido contratados por un tal Cdgesorich, el cual les hizo entrega de las bombas y los revólveres para cometer los atentados. Aunque, al día siguiente sería de conocimiento de los reporters la confesión de Kabrinovic, que indica que ese extraño individuo sería un tal Syganievich, un criminal macedonio, no se dice que les encargara nada. Como intermediario, por lo visto, aparece ya un antiguo teniente austrohúngaro, perteneciente al Estado Mayor serbio por aquel entonces.
Ya se concreta que se destinaron para el atentado un total de seis bombas, un frasco de cianuro y varias pistolas.
Mientras, si la zona no estaba lo suficientemente caldeada, la sesión de la Dieta croata finalizó con una multitudinaria manifestación antiserbia, seguida de graves disturbios, no pudiendo la Policía hacer frente a los actos vandálicos y de pillaje contra las propiedades de ciudadanos serbios.
En Bruvno (Croacia) se dan encuentros violentos entre alemanes y polacos, así como en Galitzia.
Otro tanto sucede en Viena, donde unos cuatrocientos estudiantes llegan hasta el edificio de la Legación Serbia para apoderarse de su enseña y prenderle fuego, mientras exhortaban a la declaración de guerra.
Ya se habla sin pudor de medidas militares contra Serbia, a pesar de que no se ha probado en absoluto la intervención de su gobierno en el complot. Como sucede en muchos otros casos, el populacho ya había dictado sentencia.
Este día, hacia las 10 de la noche, llegan a Trieste los cuerpos de los príncipes herederos a bordo del acorazado Viribus. Allí se les hizo todos los honores y fue colocada la capilla ardiente en la Estación de los Caminos de Hierro del Sur de Hofsburg.
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