lunes, octubre 27, 2014

27 de Octubre de 2014

ONE MAGAZINE


Por Sergio Álvarez / Antonio Manzano

24/10/2014@12:00:00 GMT+1

La Armada sueca lleva una semana buscando un submarino en aguas territoriales próximas a Estocolmo, después de interceptar “operaciones extranjeras”. Los mensajes radiofónicos detectados contienen conversaciones en ruso, que irían dirigidas a una estación en Kaliningrado. Esto ha llevado a todo el mundo a pensar que se trata de un submarino de Rusia, que habría sufrido una avería. Desde entonces, Suecia ha lanzado todo un operativo con helicópteros y barcos para dar con él. Las autoridades han recomendado a otros buques no entrar en las aguas en las que se está realizando la búsqueda.

¿Es posible que una situación como la que está viviendo Suecia ocurra en aguas españolas? El almirante Ángel Tafalla, ex segundo jefe del Estado Mayor de la Armada y del Mando Marítimo de la OTAN Europa Sur, lo duda: “Es poco probable que nos pase algo como lo que ha ocurrido en aguas del Báltico. Nuestras costas son muy profundas y no suelen dar lugar a que un buque encalle. Es cierto que existen regiones, como Cádiz, en las que el fondo es de arena, pero aun así sigue siendo difícil”.

Cuando se detecta un submarino extranjero en aguas territoriales –para lo cual se ha tenido que usar un sónar que dibuje el fondo marino y detecte su silueta-, el objetivo es obligarle a emerger: “Normalmente se le llama por teléfono y se le dice exige que salga. Desde el punto de vista del derecho internacional, puedes hacerlo, porque entrar en tus aguas territoriales se considera un acto hostil. Si el buque no sale, el siguiente paso es lanzarle cargas de aviso: Una vez has perfilado los contornos del submarino, lanzas una pequeña carga que, al explotar, hace un ruido tremendo. Las cargas de aviso sirven a modo de advertencia seria. Sólo si los problemas persisten, se podría pensar en destruirlo, pero en cualquier caso nadie en tiempo de paz consideraría justificado llegar a ese extremo. Además, casi todos se rinden con las cargas de aviso. No olvidemos que el submarino ha sido rodeado y tarde o temprano no le quedará más remedio que emerger, y salir a la superficie sería el equivalente a rendirse en estos casos”. Ese es el destino que probablemente le espera al submarino detectado en aguas suecas: Acabará viéndose obligado a salir. El último paso consistiría en llevar al submarino a un fondeadero y allí se esperarían las explicaciones del país del que procede.

Tafalla tampoco cree que ningún buque extranjero llegue a meterse en aguas territoriales españolas, ni siquiera Reino Unido por la situación geográfica de Gibraltar: “Ningún aliado nuestro en sus cabales entraría en nuestras aguas sumergido. Por su parte, los buques de guerra disfrutan del llamado ‘paso inocente’ por aguas territoriales de otro país. Pero pasar sumergido se podría considerar un acto hostil”.

Un último escenario consistiría en que se detectara un buque en movimiento. Sin embargo, Tafalla explica que en un caso así sería difícil pasar a la acción, ya que “se marcharía a transitar por aguas internacionales y una vez allí ya no se podría hacer nada, a no ser que se inicie una ‘persecución en caliente’: cuando el responsable de un acto hostil sale fuera de tus aguas territoriales, el derecho internacional te permite perseguirlo, pero normalmente en tiempo de paz la cosa no va a más y se le deja en paz”.

INTRUSOS DE UN PAÍS EN OTRO

Guerra fría

Durante este período de tensión entre los bloques liderados por EE.UU. y la URSS, los incidentes se multiplicaron. Uno de los más delicados fue el que protagonizó en 1960 Gary Powers, piloto de un avión espía U-2 estadounidense. Powers había despegado desde Incirlik –Turquía- y, cuando sobrevolaba Sverdlovsk, fue derribado por misiles de la defensa antiaérea de la URSS. Fue apresado, condenado a diez años de cárcel e intercambiado a los dos años por espías soviéticos capturados en EE.UU. El 27 de octubre de 1962, la artillería antiaérea soviética basada en Cuba también derribó un avión U-2.

Mathias Rust fue un piloto alemán que, en 1987. aterrizó con su avioneta Cessna 172 Skyhawk en la Plaza Roja de Moscú, logrando volar por espacio soviético sin que se diera la alarma. Había empezado su vuelo en Hamburgo –Alemania- y llegó hasta Reikiavik –Islandia-, Bergen –Noruega-, Helsinki –Finlandia- y Moscú. Ante este fallo de la defensa aérea, Mijaíl Gorbachov destituyó al ministro de Defensa, Serguei Sokolov, y al jefe de la defensa antiaérea, Alexander Koldunov, y otros 2.000 oficiales. Rust fue juzgado el 2 de septiembre de 1987 y condenado a cuatro años de trabajos forzados, aunque fue liberado el 3 de agosto de 1988.

España no ha quedado exenta de problemas derivados del enfrentamiento entre los dos bloques. En los años 70, el Ministerio de Defensa tuvo que establecer un destacamento permanente en la isla de Alborán –en aguas de Almería- para protegerla de la llegada de barcos de pesca soviéticos, atraídos por su posición estratégica.

Problemas con el Reino Unido

En España, los incidentes de este tipo se han debido principalmente a Gibraltar. Desde la construcción del aeródromo británico en el istmo de Gibraltar durante la II Guerra Mundial, los aviones que despegan/aterrizan en él violan el espacio de soberanía española, por lo que la artillería antiaérea dispara frecuentemente. En 1940 fue derribado un avión británico en la vertical de Tarifa. Más recientemente, -el 17 de febrero del 2002, una sección de los Royal Marines británicos basados en Gibraltar desembarcó en la cala de San Felipe, en La Línea de La Concepción –Cádiz-. Se aseguró que sólo fue un error.

En 1982, durante la Guerra de las Malvinas entre Argentina y el Reino Unido –del 2 de abril al 14 de junio- por la posesión de este archipiélago del Atlántico Sur, un comando argentino llegó a Algeciras para sabotear la base naval de Gibraltar, puesto muy importante para las operaciones británicas de esta guerra. Fueron detectados antes de que actuaran y devueltos a Buenos Aires.

Las dos Coreas

Frecuentemente, Corea del Norte envía a Corea del Sur espías y saboteadores a bordo de minisubmarinos. Esto ha dado lugar a incidentes entre los buques del sur que tratan de detectarlos y los del norte, que se enfrentan a sus perseguidores. En este mismo mes de octubre se ha producido un intercambio de disparos cerca de su frontera marítima, y en septiembre Corea del Sur tuvo que hacer disparos de advertencia ante la incursión de un patrullero norcoreano.

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