Tengo la cabeza en tantos sitios que el pasado 31 de Julio ni me di cuenta de que cerraba el crucero 2018-2019 sin una simple nota, emplazándoos para Septiembre. Quizá sea efecto de los años o que sigo al pie de demasiados cañones.
Esta nueva temporada va a traer algunos cambios organizativos y procuraré recuperar el espíritu original del blog: el coleccionismo. Debido a que hace escasos meses reavivé mi primitiva afición por la numismática, y tras años sin subir una solo post dedicado a un billete de banco de temática naval y/o marina, voy a ponerme con algunas piezas que he redescubierto tras desempolvar álbumes y toparme con la desagradable sorpresa de que las tenía archivadas en hojas de PARDO fabricadas con PVC. Me he tirado todo este verano dándole al algodón empapado en alcohol isopropílico para retirar de la superficie de todas las monedas el plástico que ha ido reaccionando con el metal, cubriéndolas de una sustancia pegajosa y verdosa. No ha sido plato estival de mi gusto y, ante mi desconocimiento inicial en tareas de limpieza, temí por la suerte de una colección que lleva conmigo desde que era niño.
Eso sí, ya os habréis dado cuenta de que las máquinas no son capaces de generar la velocidad de crucero de antes y seguiremos con contadas actualizaciones, aunque espero que haya, con los artículos dedicados a las monedas y otros, más que reseñas.
¡Pasaré lista!
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