Como bien dijo una amiga mía, las cosas poseen retazos de nuestras vivencias, nuestros recuerdos, ya sean tristes o alegres. Cosas que se encuentran encerradas, escondidas, pero, también, cosas que no hemos visto nunca y que ahora están en nuestras manos. Esto es lo que me ocurre al ver los dos billetes que tengo de islas Cook. Pero debo de empezar la historia mucho mas atrás (Ver mis billetes de Islas Cook).
Debo de retroceder hasta el año 2002, si no me equivoco. Cuando tenía 21 años (que lejanos parecen ahora), cuando, mirando hacia atrás, no era más que un completo idiota y estaba rodeado de otros de idéntica condición. Debe de ser la edad, supongo; aunque no creo haber evolucionado mucho en ese aspecto desde entonces.
Eran tiempos en los que era un joven surfero del Internet. No hacía mucho que me lo habían instalado en casa. Por aquel entonces me metía en el Chat de OZÚ con bastante asiduidad bajo el nick DECEMBERWILDCAT (modificando el nombre de un grupo de heavy metal llamado “Decemberwildwolves”). Los nicks que, por cualquier razón, no reconocía el programa éste les ponía un nombre específico con un número, no me acuerdo como era. No sé si fue cosa del destino, pero decidí entrar a uno de esos nicks sin saber dónde me metía y descubrí a una chica maravillosa.
Una foto de Leia en plena actuación.
Lisa Boyle.
Leia conocía mi situación amorosa - enamoradiza y por eso lo dejó de lado. Motivo por lo que me siento a veces culpable. Así, acabó en las manos de un tipejo que se la metió, la meneó, eyaculó dentro y luego la tiró. Gráfico, pero cierto. Ese suceso no lo supe hasta días después, tras su partida.
Aún recuerdo nuestra última conversación. Por medio de las palabras sentí su tristeza y sus lágrimas. Me decía que tenía que irse, sin decirme por qué; que volvería a su isla y su padre se encargaría de buscarle marido.
Yo, sin saber nada, le dije: “pero yo te quiero”.
Ella me replicó: “pero no como yo quiero”.
Desde entonces no supe nada de ella, salvo por una conversación que tuve en una única ocasión con una amiga suya del Port Aventura (creo que de allí) y me dijo lo que le hizo ese sinvergüenza y que Leia me amaba.
Me quedé frío, silencioso, triste…
De todas las personas que he conocido estos últimos años, tanto en persona como por Chat, y que he perdido (por razones que no hace falta comentar) es de la que mas me acuerdo, junto con mi querida Ainhoa (ésta última, quizás la mujer que refleja el prototipo de chica con la que pasaría toda mi vida, aunque, como siempre, llegué siempre tarde, aunque a ella espero no haberla perdido).
La añoro al ver levantarse el sol recordando cómo me contaba que su casa daba a la playa y miraba el nacimiento del día con sus gatos, y por muchas otras cosas.
Cuando tuve en mis manos esos billetes, no sé por qué, pero su recuerdo se hizo mas palpable.
Quizás con la publicación de esta entrada consiga volver a saber de ella.
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