Una fotografía perdida

No hace mucho os hice saber de la publicación en “El Diario Militar” de un artículo de opinión que firmé y dediqué a la baja en la LOBA del portaaviones R-11 Príncipe de Asturias. 

En aquellos momentos recordé la existencia de una fotografía, que recorté hace muchos años de una revista, referente a este navío y que aseguré, aún temblando el suelo bajo mis pies, que podría ser coetánea a su entrega a la Armada. 

También hice constar que no fui capaz de hallar ese retazo torpemente tijereteado para la ocasión. Tal es la burla de esos seres invisibles con los que compartimos el hogar, de cuyo estado de ánimo depende el alcanzar el éxito en este tipo de empresas y lides. 

Resulta, pues, que este pasado fin de semana, hundiendo manos y ojos de nuevo en la estantería “de sastre” y por motivos bien diferentes, a la primera salió a la luz aquel objeto de deseo con el que quise adornar aquel conjunto de palabras y sentimientos. 

¡Pardiez! Siempre sucede lo mismo y hasta puedo escuchar risas y susurros guasones de esos seres que juegan con nuestras posesiones y paciencias. 

Cuando le di la vuelta a este pequeño rectángulo de papel, pude darme cuenta de los años que tiene encima… Comparto con vosotros el reverso y ya me diréis.