Impresiones sobre la conferencia “Las gentes del mar en la guerra de Independencia”

Ocupando una de las sillas de la última fila, me encontraba, al fin, en el interior del minúsculo salón de actos del Gremio de Mareantes de Pontevedra. Por una vez, pude asistir a una de sus conferencias y regresar al hogar atesorando unos cuantos datos fantásticos sobre las piedras que me rodean.

La semana pasada ya me hice suficiente eco sobre este acto, así que ya sabéis de sobra a qué me estoy refiriendo: la conferencia “Las gentes del mar en la guerra de Independencia”, a cargo de Manolo Torres Fernández.

He de confesar que esperaba que fuera más dilatada dentro de la esfera en la que está encerrado el Tiempo, y eso que se alargó gracias a las preguntas y contribuciones de algunos de los asistentes. Yo guardé silencio por el único motivo de ser un auténtico ignorante en esto de la guerra de Independencia. Es una hoja casi en blanco para mí, por lo que también soy culpable, un colaboracionista de haraganes, en este olvido tan denunciado por Arturo Pérez-Reverte respecto al segundo centenario de este conflicto bélico del que, no obstante, seguimos acarreando sus consecuencias.

La pega que le puedo poner a la conferencia fue que el contenido de la misma no se ajustó al título, ya que se nos ofreció más bien un recorrido general sobre la génesis revolucionaria francesa y algunos detalles una vez que las tropas napoleónicas llegaron hasta los puntos clave para la toma de España y convertirla en la siguiente joya de la corona del pequeño corso, la cual repartía a pedazos entre sus hermanos y generales.

Por desgracia, como iba diciendo, de mar hubo bien poco, mas sí mucho de pequeñas perlas que han activado algunos de los engranajes de mis pequeñas células grises y que, a buen seguro, me llevarán a desenterrar viejas historias desconocidas para la inmensa mayoría.

Mi opinión de la experiencia, a pesar de esa extraña desvinculación entre el continente y el contenido, ha sido positiva. He asistido a una pequeña charla sobre Historia; me he topado con cantidad de datos que de otro modo nunca habrían llegado hasta mis oídos; y me he sentido cómodo variando, aunque sea de esta forma, la rutina diaria.