En su primer discurso como capitán general este 6 de enero de 2015, Felipe VI ha querido mostrar su orgullo para con los hombres y mujeres que visten el uniforme que representan y defienden nuestra sociedad.
En todos los medios se ha destacado la añeja frase “Mandar es Servir”, la cual no viene imbuida del espíritu de sacrificio de las FAS, sino en una arraigada costumbre que ha de caracterizar a los hombres de armas en cuanto a su honor. Tres palabras que entroncan también con la cultura algo lejana del Japón, en el que el principal samurái tenía que ser el daimio, es decir, el señor feudal. No se le servía a él, él servía a los demás, o así tenía que ser.
Resulta ser toda una declaración de intenciones las ideas expuestas a lo largo del discurso, destacando por un lado la evolución de las FAS (“Debemos favorecer y propiciar la acción conjunta, de acuerdo al nuevo concepto de empleo de las Fuerzas Armadas, para acercarnos al objetivo de dotarnos de una auténtica Fuerza Conjunta, proyectable, sostenible y disponible y con una capacidad de combate superior a la suma de las capacidades aportadas”), no olvidando, obviamente, su importancia vital, después de hacer homenaje a su padre, D. Juan Carlos I.
Os enlazamos al texto del discurso para aquel que quiera leerlo en su contenido íntegro.
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