ABC
04 de marzo de 2013
Con motivo del 110 aniversario de ABC, hemos lanzado desde este Diario una serie de reportajes-análisis sobre 110 motivos de orgullo de España. Este domingo pasado tocó el turno a nuestras Fuerzas Armadas, la institución más valorada por los ciudadanos. Aquí os dejo el texto...con alguna reflexión del Jemad que se quedó en el tintero:
Dos placas presiden la entrada del Ministerio de Defensa en el madrileño Paseo de la Castellana 109. Y una de ellas responde a unos versos de Calderón de la Barca que, quizás, ayuden a comprender la pasta especial que gastan los militares. Esas letras dicen así:
«Aquí la más principal hazaña es obedecer y el modo cómo ha de ser,es ni pedir ni rehusar. Aquí en fin, la cortesía,el buen trato, la verdad,la fineza, la lealtad,el honor, la bizarría,el crédito, la opinión, la constancia, la paciencia, la humildad y la obediencia,fama, honor y vida son caudal de pobres soldados;que en buena o mala fortuna la milicia no es más que una religión de hombres honrados».
Honor, humildad, verdad, cortesía, crédito... Precisamente las cualidades que demanda unasociedad española desorientada institucionalmente como la actual (sobre todo, en esa que atañe a la honradez). A tenor de los machacones datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), esas improntas marcan también las Fuerzas Armadas del siglo XXI. Motivo de orgullo español.
No hay duda, para los ciudadanos las Fuerzas Armadas son la institución más valorada como así lo refrendan las últimas encuestas del CIS: con 5,65 puntos, los Ejércitos de Tierra, Aire y la Armada son las instituciones más valoradas y las únicas que obtienen el «aprobado».
¿Qué razones han permitido situar a las Fuerzas Armadas como ejemplo institucional? Honradez, ausencia de escándalos de corrupción, austeridad en tiempos de crisis, profesionalidad, eficacia y la proyección exterior que han ofrecido a España en los últimos 30 años -sobre todo con su participación en las misiones en el exterior- son los motivos principales para llegar a esa conclusión a tenor de los informes sociológicos. Además se destaca su firme apoliticismo, lejos de las disputas que emponzoñan el día a día político, social e institucional de España.
En los últimos 15 años, por ejemplo, la valoración «buena o muy buena» de los españoles hacia sus Fuerzas Armadas ha pasado de un 44,60 por ciento en 1997 al 62,20 por ciento de 2011, fecha del último estudio del CIS sobre las Fuerzas Armadas. ¿Puede otra institución o sector social de nuestro país esgrimir tal grado de adhesión en la travesía que llevó a España del «boom» económico a una de sus mayores crisis económicas de la historia reciente?
Misiones de paz (Líbano), de guerra (los Balcanes, Afganistán o Irak), crisis humanitarias (Haití o Pakistán), compromisos con los aliados (Libia o Malí), seguridad de sectores económicos españoles (operación Atalanta) son algunas de las últimas operaciones encomendadas por la sociedad civil española a sus militares.
Precisamente esas misiones en el exterior han contribuido a mejorar la percepción de los españoles de sus Fuerzas Armadas: un 46,10 por ciento de la población así lo mantiene.Pero no solo en el exterior, claro está, luce la labor de las Fuerzas Armadas. A las más espectaculares y puntuales misiones como el terremoto de Lorca o las campañas contra los incendios, hay que sumar su sigiloso, a veces olvidado y fundamental trabajo en pos de la paz y seguridad nacional.
Así lo resume el jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante general Fernando García Sánchez, la máxima autoridad militar, solo superado por Su Majestad el Rey: «Las Fuerzas Armadas trabajan para garantizar la seguridad y la defensa de los españoles ejerciendo la disuasión, trabajando de forma combinada con nuestros aliados, vigilando nuestros cielos y aguas de soberanía e interés durante veinticuatro horas al día los siete días de cada semana y proyectando la defensa en profundidad, exportando seguridad, mediante nuestras operaciones en el exterior».
Pero regresemos al escenario internacional de nuevo. Ese que ha hecho de nuestras Fuerzas Armadas el mejor embajador posible de España en lugares de conflicto. «Plaza España», Mostar. Frente a un «gimnazija» (colegio), esta plaza, donde ancianos del lugar se entremezclan con chicos de la nueva Mostar, una placa de mármol recuerda el nombre de los caídos españoles.Teniente Arturo Muñoz Castellanos (13-5-1993),... sargento Joaquín López Moreno (19-6-2008). Primero y último en caer en un conflicto, el de los Balcanes, que supuso el bautismo definitivo de nuestras Fuerzas Armadas en escenarios internacionales. Al máximo nivel. Con la preparación más cualificada. A la altura de cualquiera de nuestros aliados.
«Los españoles demostraron una especial empatía, más de la habitual en fuerzas internacionales. Rápidamente se integraron entre la población. Esa era su principal virtud», recuerda la ex embajadora bosnia en España, Zeljana Zovko, una niña en aquellos sangrientos años 90. Y no solo es Mostar. Hay otras muchas «Plaza España» en los corazones de otros países.
«Hay 141.979 razones para sentirse orgullosos de nuestras Fuerzas Armadas. Tantas como hombres y mujeres sirven en sus filas», esgrime el ministro de Defensa, Pedro Morenés, para quien «nuestras Fuerzas Armadas hacen un excelente papel en cada misión que emprenden más allá de nuestras fronteras, demostrando no sólo una preparación excepcional, sino también un respeto y una calidad humana admirables».
«Ese papel en el exterior, como unos de nuestros mejores embajadores, es tan relevante como el que desarrollan día a día para proteger de amenazas y posibles elementos desestabilizadores la cotidianeidad de todos sus compatriotas, su tranquilidad, su desarrollo en paz», explica Morenés.
Hay dos placas a la entrada del Ministerio de Defensa. Sí, la «de hombres honrados» y esos versos de Calderón es una. ¿La otra? El Artículo 8.1 de la Constitución. Ese que otorga a las Fuerzas Armadas la misión de defender a España. Y los españoles, así se lo agradecen: en el pedestal institucional.
ATENEADIGITAL
Redacción lunes, 04 de marzo de 2013
El buque escuela de la Armada 'Juan Sebastián de Elcano' ha zarpado del puerto comercial de Cádiz para iniciar su LXXXIV Crucero de Instrucción con 69 guardiamarinas, que realizarán parte de su cuarto año de carrera a bordo. El Almirante de la Flota, almirante Santiago Bolíbar, ha despedido al buque en su salida.
Durante el tiempo que el buque ha estado atracado en la capital gaditana, ha izado la bandera de Andalucía, que recibió el pasado 22 de febrero junto con el galardón 'Distinción Día de Andalucía'. La Junta de Andalucía le hizo entrega de este premio por ser el buque "más reconocido y representativo de la Armada española" que tiene su puerto base en Cádiz, y además de por "sus méritos en la promoción de la provincia en el exterior".
La dotación del buque, al mando del capitán de navío Alfonso Gómez Fernández de Córdoba, está compuesta por 23 oficiales, 22 suboficiales, 140 de personal de tropa y marinería y 5 maestros civiles.
El 'Juan Sebastián de Elcano' tiene previsto realizar su primera escala en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria el próximo 7 de marzo, donde se celebrará durante ese fin de semana la Feria Internacional del Mar, que incluirá una parada naval para embarcaciones de recreo.
Tras cruzar el Atlántico, visitará San Juan de Puerto Rico. Allí se desembarcarán los restos mortales del que fuera diputado por Puerto Rico durante las Cortes de Cádiz, Don Ramón Power y Giralt, para que queden depositados en la catedral de la ciudad.
En Colón (Panamá) participará en los actos de conmemoración del V Centenario del descubrimiento del Océano Pacífico por parte del explorador Núñez de Balboa. Posteriormente, visitará Miami y Cabo Cañaveral y tiene previsto tomar parte en los actos conmemorativos del V Centenario del Descubrimiento de la Florida por parte de Ponce de León.
Navegará hasta Newport y, de la costa este de los Estados Unidos, se dirigirá a Den Helder (Holanda) donde se celebrará el 525º aniversario de la creación de la Armada Holandesa. El buque escuela viajará hasta Santander y a Baiona para apoyar la candidatura de este municipio ante la UNESCO como 'Pueblo Colombino de España'.
Por último, atracará en Marín para desembarcar a los guardiamarinas en la Escuela Naval Militar y regresará a su puerto base en Cádiz.
LA OPINIÓN A CORUÑA
Arqueólogos coruñeses buscan en la ría ferrolana los restos de 'La Ragazzona', el buque más grande de la Armada Invencible - Quedó a la deriva cuando se dirigía a A Coruña
05.03.2013 | 09:06
Galicia alberga en sus costas cientos de tesoros arqueológicos resultado de siglos de naufragios. Un equipo de arqueólogos coruñeses de la Universidade de Santiago (USC) inició ayer una expedición subacuática para rescatar del olvido uno de estos navíos: 'La Ragazzona', el buque más grande de la Armada Invencible. Los estudios ubican el pecio en la costa de Ferrol. La nave varó allí como consecuencia de una tormenta que le hizo perder el ancla y las velas cuando pretendía llegar al puerto de A Coruña para ser reparada
MIGUEL RODRÍGUEZ A CORUÑA La costa gallega es una especie de museo sin catalogar. En sus fondos marinos descansan cientos de navíos que a lo largo de los siglos fueron quedando varados, escribiendo su relato alternativo de la historia. En la costa de Ferrol, en concreto, uno de ellos ha llamado la atención de un grupo de arqueólogos: La Ragazzona. De propiedad veneciana, esta nave del siglo XVI fue una de las muchas que alquiló el rey español Felipe II para engrosar las filas de la que se dio en llamar como Armada Invencible, en 1588. Fue el navío de mayor envergadura de la expedición y la nave que capitaneó la Escuadra de Levante, a las órdenes de don Martín de Bertendona.
Su últimos meses en activo fueron un cúmulo de despropósitos. Tras la sonrojante derrota en los mares de Inglaterra de la expedición española, La Ragazzona regresó de vuelta a la Península Ibérica refugiándose de los temporales en la ría de Muros. Ante los requerimientos de su dueño, la República de Venecia, la tripulación recibió órdenes de llevar a reparar el navío a A Coruña para ser devuelto en condiciones. La noche antes de entrar en el puerto, el buque fue sorprendido nuevamente por la tormenta, perdiendo el ancla y dañando gravemente las velas. A partir de ahí, la tripulación perdió el control de su destino y acabó encallando en la costa ferrolana.
Ahora, 425 años después de aquel episodio, este grupo de arqueólogos de la Universidade de Santiago (USC), ha decidido rescatar de las profundidades el recuerdo de aquel naufragio. David Fernández, es el director de la expedición y uno de los principales autores intelectuales de la aventura. Investigador de la USC, participó ayer en la primera de las inmersiones del proyecto, que se prolongarán hasta el domingo. El objetivo: encontrar algún resto de La Ragazzona en forma de munición, piezas de artillería, cerámicas o, incluso, concentraciones de maderas procedentes del casco.
Por el momento, el equipo arqueológico solo cuenta con un perímetro acotado a partir de las referencias de crónicas y documentos históricos en los que se narra como el barco, sin ancla y con las velas destartaladas, acabó varando en la costa y partiendo en dos. Lo de ayer simplemente fue la primera toma de contacto. "Estuvimos viendo la zona y cerrando el área de búsqueda. Es el primer acercamiento y en los próximos días continuaremos en la procura de algún resto que nos permita verificar que ahí está el barco", arguye David Fernández.
La expedición, autofinanciada por los investigadores, cuenta también con el apoyo de la unidad de buceo de la Armada española, con base en A Graña, y de la empresa de arqueología Argos, de la que también forma parte Fernández. En el futuro, con todo, no se cierra la puerta a la financiación pública. "Si después de esta primera búsqueda hay alguna Administración interesada en apoyar el proyecto sería perfecto", comenta.
Las estimaciones del grupo sitúan a La Ragazzona a unos ocho o doce metros de profundidad pero, pese a ser relativamente accesible, no prevén extraer ninguna pieza. Simplemente documentarán el hallazgo y darán parte a la Dirección Xeral de Patrimonio. "Conservar este tipo de descubrimientos en tierra tiene un coste enorme. Al sacarlos de su entorno natural, la velocidad a la que se degradan si no se tratan adecuadamente es muy grande", asegura.
Durante esta semana continuarán las labores de búsqueda. Confiados en que las condiciones meterológicas ayuden, el equipo que dirige David Fernández persistirá en su intento de cerciorar que La Ragazzona, el gigante de la armada española que intentó tomar Inglaterra, descansa en el fondo de los mares de Galicia.
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