Los diccionarios son unos manuales curiosos: silenciosos, sí, pero repletos de todo aquello que el ser humano ha sido capaz de nombrar, imaginar y crear. Si además son antiguos, su valor se multiplica; en sus páginas amarillentas no solo se esconden palabras, sino también formas de pensar y de mirar el mundo que hoy nos resultan casi exóticas.
Por simple curiosidad, he tomado uno de esos viejos volúmenes y me he propuesto extraer de él términos que usamos a diario, pero que, en el universo del mar —ya sea en la navegación, los aparejos, las artes de pesca o la vida a bordo— adquieren significados inesperados.
Os invito a acompañarme y que este pequeño ejercicio de exploración léxica despierte en vosotros la misma fascinación que a mí.
Abanico: Especie de cabria compuesta de un palo vertical y otro inclinado desde el pie de aquel hacia fuera y sujeto á él con las cuerdas y amarraduras correspondientes. Deriva su denominación de la semejanza que tiene con un abanico á medio abrir; y se forma á bordo con los palos del buque y sus vergas mayores para suspender pesos de mucha consideración.
Abierta: Dícese de la playa u orilla del mar desabrigada ó sin defensa alguna contra la mar y el viento.
Absoluto: Aplicase o con él se califica una clase de señales; el número que distingue 4 cada buque en una escuadra; el estado del reloj contraído a un momento dado; el andar del buque en ciertos casos, y la altura que se observa con independencia de otras.
Acostarse: Arrimarse y acumularse las arenas contra un muelle ú otra obra hidráulica.
Adelgazar: Hablando de la atmósfera, de las nubes ó celajería, es disminuir su espesor o densidad y su volumen.
Aderezar: Lo propio que recorrer, carenar, aparejar, equipar, armar.
Aderezo: Lo mismo que pertrecho.
Adobar: Carenar
Afirmar: Halar, cobrar las brazas para inclinar algo más los penoles de las vergas hacia la parte de barlovento.
Agarradero: Tenedero y fondeadero.
Agarrar: Internar en el fondo la uña del ancla.
Agarrarse: Mal tiempo obstinado. Nave varada que es imposible sacar.
Agua: Marea.
Ahumado: Horizonte calimoso y afoscado.
Ajedrez: Enjaretado.
Alargar: Tratando de viento, es mudar éste de dirección hacia popa.
Alcoba: Especie de red para pescar.
Alegrar: Arriar un poco el cable, el calabrote u otro cabo que puede romperse.
Alegría: Abertura de una porta.
Alijo: Acción de aligerar o aliviar la carga de la embarcación.
Amante: Toda cuera gruesa que sirve para sostener grandes esfuerzos.
Amoldado: Clase de red sardinera.
Ancho: Dícese del viento en ciertos casos.
Anular: Eclipse.
Apagar: Largar el viento que hincha la vela.
Apóstol: Voz usada en plural, en cuyo número se dice de los extremos de las guías del bauprés.
Arraigado: El extremo del cabo hecho firme en cualquier parte.
Arrancada: Primer empuje del bajel al empezar su marcha.
Arrasar: Hipérbole referida a cuando las olas chocan e inundan una embarcación.
Arte: Cada uno de los modos de pescar.
Aspirante: Bomba que extrae el agua.
Atajo: Tipo de red.
Aterrar: Recalar y acercarse a la costa.
Aventurero: Joven que se embarca en bajeles de guerra como aspirante o meritorio para optar al primer grado en el servicio de la Armada.
Aviar: Dar viada, velocidad al buque.
Aviso: Embarcación pequeña que iba y venía de América con correspondencia.
Avivar: Véase alegrar.
Ayuda: Cabo grueso que auxilia al virador con que se iza un mastelero.
Ayudante: En las matrículas de la gente de mar, el oficial de guerra o graduado de tal.