De unas semanas para acá, más que un simple ser de carne y
hueso que escribe, asemejo a un alambique de mala leche, sarcasmo, ironía,
agresividad ante el estado de las cosas. Seguramente no lo parece tras mi
eterna fachada de oso, hasta que se cabrea.
Y claro, uno escribe tanto y tanto, que al final hasta acaba
hablando en El Diario Militar de un tipo que responde al curioso nombre de Edward Snowden, que se
pasea por las pantallas del mundo entero con una historia bien curiosa por la
que muchos pierden el culo.
Yo soy muy excéptico, así que no invito a leer este artículo a aquellos
que crean a pies juntillas lo que dice este individuo o que beban los vientos
por el “amigo” Assange. El que avisa no es traidor.
De todos modos, os invito a leer y a comentar.
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