Título original: “Anchors Aweigh”. USA 1945. 134 Min. Género: musical, comedia romántica. Color. Director: George Sidney. Interpretación: Kathryn Grayson (Susan Abbott), Gene Kelly (Joseph Brady), Frank Sinatra (Clarence Doolittle) con José Iturbi.
“Levanto anclas” fue una producción hecha a la medida de Gene Kelly en la que pudo ofrecer, sin restricciones, todas sus capacidades como bailarín y coreógrafo, llegando incluso a bailar con el ratón Jerry en una escena que combinaba dibujo animado como personas reales. Acompañándole en un plano más propio del canto en exclusiva, tenemos a un Frank Sinatra que comenzó a darse a conocer durante los primeros años de la II Guerra Mundial. Se cierra el plano musical con la portentosa belleza y voz de Kathryn Grayson, creando, entre todo, un buen ejemplo del cine del periodo, aunque, gracias al color, es un buen exponente del estado de optimismo de la nación norteamericana en 1945. Baile, canciones, risas y enredos, aderezados con el arte del maestro José Iturbi.
Aunque se titule “Levando anclas” no es el típico filme de “Muchacho, alístate en la Marina”. Aunque cuenta con su apoyo, el uniforme y demás no es más que un hilo conductor.
Joe (Gene Kelly) y Clarence (Frank Sinatra) reciben, a bordo del portaaviones en el que sirven, la Estrella de Plata por actos heroicos en salvamento y obtienen unos días de permiso especial que emplearan en dejar atrás San Diego y pasarlo bien en Hollywood. Aunque son grandes amigos, sus personalidades no pueden ser más dispares, mientras que Joe es el guaperas con mucho cuento para las mujeres, Clarence es un tipo del estado de Nueva York apocado y tímido que no se atreve a nada por su propia vergüenza y pide ayuda a su colega para poner fin a tal actitud o suerte.
La cosa sería fácil y sencilla si las mentiras y los enredos no fueran una tónica constante en la vida de Joe cada vez que abre la boca. Con lo que no contaban es que la Policía de Los Ángeles les endosarían a un niño huérfano vestido de marinero y pijama que deambulaba con la maleta hecha y con la firme voluntad de alistarse a la Marina aunque todavía estaba cursando preescolar. Consiguen al fin sonsacarle como se llamaba y donde vivía. En cuanto esto último, está a cargo de su tía Susie, una preciosa chica que trabaja de extra en los estudios de cine y que sueña con tener una audición con José Iturbi para demostrar sus dotes de canto a todo el mundo y no solo a la parroquia y comensales de la cantina mejicana donde la conocen como Susita. Clarence cae enamorado de ella y a Joe, que al principio no la traga, no le queda otra más que enredarlo todo para ayudar a su amigo y compañero de armas, y si es inventándose mentiras tan peregrinas como que Clarence es íntimo de Iturbi y que le ha conseguido una audición, mejor que mejor. La bola va creciendo mientras que Joe termina enamorándose de Susie, temiendo perder a su amigo. Al final se resuelve la historia, siempre aderezada con números de baile y de canto que, en mi opinión, abusan un poco en su tramo final.
En definitiva, es una película entretenida, de buena técnica e ideal para pasar un buen rato en familia.
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