Esta foto nos la sacamos la última ocasión en que nos vimos, el pasado día 5 de Febrero de 2005 (¡cómo pasa el tiempo!).
Si la memoria no me falla, fue la primera chica que conocí cuando llegué a la universidad y, a pesar de nuestro mutuo desconocimiento sobre nuestras personas, ella me brindó desde el primer día todo su afecto, su ternura y una sonrisa. Lamentablemente, y ahora estoy bastante avergonzado (bueno, ahora no, desde siempre), mi primer impulso mental hacia ella fue puramente sexual. Algo que le ocurre a muchos hombres cuando conocen a una chica que les atrae (una maldición más a nuestro género), pero, por suerte, acabó siendo (y la considero), mi amiga. Es una de las pocas personas con las que mantengo el contacto (y quiero mantener) de mi Facultad.
No sé por qué me explayo hoy al contar cosas sobre Patricia, tal vez estoy algo inspirado, aunque seguramente sea por que estoy solo en el despacho y no tengo que aguantar a ningún pesado.
Ahora que recuerdo, me sorprende que aún mantenga mucha de esa inocencia que mostraba conmigo y con todos. Me lo demuestra siempre que hablo con ella, con su alegría y su risa. Nunca pensando mal de nadie y mostrándose cariñosa siempre que podía. Fue y es una maravilla de persona, una joya que no se encuentra fácilmente y que, posiblemente, mucha gente no encontrará nunca. Por eso, cuando hablaban mal de ella los que iban conmigo (sobre todo por que fue nuestra delegada en todos los cursos) me sentaba bastante mal, aunque no sé por qué me callaba siempre.
Para mi fortuna, aún sigo manteniendo un pequeño lazo con ella a través de breves y esporádicas llamadas telefónicas.
He de reconocer que la echo mucho de menos, no tanto como a Ainhoa, pero no hay mucha diferencia.
(PD: Espero que también tenga suerte con el ya cercano nuevo examen de oposición que tiene).
3 comentarios:
Es bonito recordar a los amigos, los buenos siempre están ahí... Abrazos.
Ahi ahi,contando secretos de Deusto
Pues sí, sirena, los buenos amigos siempre están ahí, eso es cierto. Pero hay pocos que aguanten, verdad?
Anónimo no he contado ningún secreto de Deusto. El que todo sucediera entre las paredes de aquel recinto solo fue circunstancial. Son secretos míos y no de Deusto.
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