FARO DE VIGO
El temporal provoca el décimo varamiento en las Rías Baixas en una semana
Samil amanece con los restos de una tortuga laúd de dos metros y 350 kilos
CARLOS PREGO Se habían anunciado olas de hasta nueve metros y fuertes rachas de viento pero el efecto más llamativo del temporal que azota Galicia ha llegado por sorpresa: los varamientos. El arenal de Samil amaneció ayer con el cadáver de una tortuga laúd de más de dos metros y 350 kilos que corona una semana atípica. Desde que el 5 de diciembre Salvamento Marítimo arrastró hasta O Vao un rorcual aliblanco las Rías Baixas han sufrido un goteo incesante de cetáceos. En apenas diez días los expertos de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma) han examinado 10 cadáveres de los que dos eran ballenas. "Estamos sorprendidos", reconoce Alfredo López, biólogo de la Coordinadora.
"Lo normal es que el período más intenso de varamientos empiece en febrero pero este tiempo, con vientos de Sur-Suroeste y mar de fondo, está aumentando la velocidad a la que viajan los animales a la deriva", explica López. En 2010 la Ría de Vigo y la costa del Baixo Miño recibieron los restos de 26 cetáceos de los que cerca del 80% se concentraron entre principios de año y el mes de mayo. La inestabilidad que afecta desde hace días a la Ría aceleraría así la "época pico" de los varamientos. Aunque el fenómeno no es novedoso €López recuerda que en solo unos días el ciclón Klaus les obligó a retirar cerca de 40 cadáveres en toda Galicia€ modifica el calendario habitual de otros años. Hasta la semana pasada Cemma había recogido 209 ejemplares en la Comunidad de los que 28 se obtuvieron en el Baixo Miño y la Ría de Vigo.
Lo "sorprendente" de los últimos días es la coincidencia de especies. El día 5 la salvamar Mirach arrastraba hasta O Vao el cadáver de una ballena aliblanca de seis metros que tres días antes se había localizado en el archipiélago de Ons. Justo una semana después los técnicos de Salvamento Marítimo detectaban un rorcual común de 15 metros en las inmediaciones de las Islas Cíes. En el caso de las tortugas la coincidencia es similar: a la hallada ayer en Samil se suman otras tantas varadas en Malpica y Ferrol y dos más en Camariñas. "Nos sorprende que haya tantas ballenas y tortugas. No es habitual", confiesa López. La especie más registrada fue sin embargo la de delfines, con un cadáver en Cesantes (Redondela), cuatro en Oia, uno en Arousa y otro en las costas de Carnota.
El repunto de varamientos no conlleva sin embargo una mayor mortandad. Desde Cemma aclaran que la mayoría de los restos arriban a la costa en muy mal estado de conservación y no reflejan enfermedades. "Muchos llegan con comida en el estómago", apostilla López, quien reconoce que ese deterioro tiene dos lecturas: permite hablar de cetáceos fallecidos lejos del litoral por diferentes razones pero dificulta conocer las causas de la muerte. Salvo el delfín común varado en Cesantes el día 5 € "el cadáver era fresco por lo que el animal debió perderse", apunta el experto€ los cuerpos llegan tan mutilados que en ocasiones determinar su especie es una tarea imposible. Ese fue el caso de un cetáceo recogido en Carnota. "No pudimos averiguar si era un delfín o un caldeirón", confiesa López.
El mayor reto llega cuando los restos tocan tierra. Tras arrastrar el lunes 20 millas mar adentro el cadáver de rorcual común aparecido en Cíes, ayer el cuerpo varaba en la playa da Queiruga, en Porto do Son. A última hora de la tarde técnicos del Concello se afanaban con diversos medios para remolcar el cuerpo hasta el arenal, dejarlo a salvo del oleaje y preparar su evacuación.
El temporal provoca el décimo varamiento en las Rías Baixas en una semana
Samil amanece con los restos de una tortuga laúd de dos metros y 350 kilos
CARLOS PREGO Se habían anunciado olas de hasta nueve metros y fuertes rachas de viento pero el efecto más llamativo del temporal que azota Galicia ha llegado por sorpresa: los varamientos. El arenal de Samil amaneció ayer con el cadáver de una tortuga laúd de más de dos metros y 350 kilos que corona una semana atípica. Desde que el 5 de diciembre Salvamento Marítimo arrastró hasta O Vao un rorcual aliblanco las Rías Baixas han sufrido un goteo incesante de cetáceos. En apenas diez días los expertos de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma) han examinado 10 cadáveres de los que dos eran ballenas. "Estamos sorprendidos", reconoce Alfredo López, biólogo de la Coordinadora.
"Lo normal es que el período más intenso de varamientos empiece en febrero pero este tiempo, con vientos de Sur-Suroeste y mar de fondo, está aumentando la velocidad a la que viajan los animales a la deriva", explica López. En 2010 la Ría de Vigo y la costa del Baixo Miño recibieron los restos de 26 cetáceos de los que cerca del 80% se concentraron entre principios de año y el mes de mayo. La inestabilidad que afecta desde hace días a la Ría aceleraría así la "época pico" de los varamientos. Aunque el fenómeno no es novedoso €López recuerda que en solo unos días el ciclón Klaus les obligó a retirar cerca de 40 cadáveres en toda Galicia€ modifica el calendario habitual de otros años. Hasta la semana pasada Cemma había recogido 209 ejemplares en la Comunidad de los que 28 se obtuvieron en el Baixo Miño y la Ría de Vigo.
Lo "sorprendente" de los últimos días es la coincidencia de especies. El día 5 la salvamar Mirach arrastraba hasta O Vao el cadáver de una ballena aliblanca de seis metros que tres días antes se había localizado en el archipiélago de Ons. Justo una semana después los técnicos de Salvamento Marítimo detectaban un rorcual común de 15 metros en las inmediaciones de las Islas Cíes. En el caso de las tortugas la coincidencia es similar: a la hallada ayer en Samil se suman otras tantas varadas en Malpica y Ferrol y dos más en Camariñas. "Nos sorprende que haya tantas ballenas y tortugas. No es habitual", confiesa López. La especie más registrada fue sin embargo la de delfines, con un cadáver en Cesantes (Redondela), cuatro en Oia, uno en Arousa y otro en las costas de Carnota.
El repunto de varamientos no conlleva sin embargo una mayor mortandad. Desde Cemma aclaran que la mayoría de los restos arriban a la costa en muy mal estado de conservación y no reflejan enfermedades. "Muchos llegan con comida en el estómago", apostilla López, quien reconoce que ese deterioro tiene dos lecturas: permite hablar de cetáceos fallecidos lejos del litoral por diferentes razones pero dificulta conocer las causas de la muerte. Salvo el delfín común varado en Cesantes el día 5 € "el cadáver era fresco por lo que el animal debió perderse", apunta el experto€ los cuerpos llegan tan mutilados que en ocasiones determinar su especie es una tarea imposible. Ese fue el caso de un cetáceo recogido en Carnota. "No pudimos averiguar si era un delfín o un caldeirón", confiesa López.
El mayor reto llega cuando los restos tocan tierra. Tras arrastrar el lunes 20 millas mar adentro el cadáver de rorcual común aparecido en Cíes, ayer el cuerpo varaba en la playa da Queiruga, en Porto do Son. A última hora de la tarde técnicos del Concello se afanaban con diversos medios para remolcar el cuerpo hasta el arenal, dejarlo a salvo del oleaje y preparar su evacuación.
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