Relato de Lovecraft con el que dió paso y rienda suelta a la cosmogonía extraterrestre que le caracterizó, alejándose de la típica senda (pero maravillosa) del terror gótico decimonónico. Se mezclán varios matices, como es "20.000 leguas de viaje submarino" en cuanto a la parte final por la posibilidad del protagonista de observar los fondos marinos, cosa que, claro, era imposible en un submarino de guerra, pero es una licencia que es necesaria.