LA VOZ DE GALICIA
La Armada investiga el abandono en Doniños de sus documentos clasificados
El proceso se inició de forma automática al conocerse la existencia de los archivos
- Autor:
- X.V.G.
- Fecha de publicación:
- 28/3/2008
La Armada ha puesto en marcha una investigación interna acerca de la aparición de documentos clasificados anteriores al año 1996 en el campo de tiro de Doniños, en Ferrol. El objetivo de las pesquisas será determinar qué falló en el operativo de seguridad y por qué no se destruyeron o trasladaron los citados expedientes a la hora de abandonar esas instalaciones, clausuradas en ese mismo año. También se depurarán las responsabilidades que determinen las indagaciones.
La apertura de una investigación no es una circunstancia extraordinaria. Fuentes militares señalaron ayer que esos procedimientos se ponen en marcha de «forma automática» en cuanto se detecta un problema de seguridad, desde la pérdida de material o accidentes hasta, como es el caso, la pérdida o aparición de información clasificada.
Tras conocerse la presencia de los documentos en las instalaciones militares de Ferrol, que adelantó el martes este periódico, el Ministerio de Defensa y la Armada pusieron en marcha la «inmediata» recuperación de los expedientes clasificados, entre los que había documentos «confidenciales» y «reservados», y que contenían, entre otros datos, los de cientos de militares que prestaron servicio en la década de los ochenta.
La recuperación de los datos se concretó el miércoles por la mañana, cuando varios oficiales de la Marina examinaron las instalaciones del campo de tiro y retiraron los archivos que contenían información sobre el personal uniformado.
La inspección marcó también el inicio de las investigaciones, ya que se hicieron fotografías de las dependencias del campo de tiro, de los documentos abandonados y de los pocos muebles que permanecen todavía en los edificios diez años después de que el Ministerio de Defensa ordenase su clausura.
La Armada sostuvo desde el primer momento que a la hora de abandonar el campo de tiro «los documentos más importantes» debieron ser archivados en el Arsenal de Ferrol o, en su defecto, destruidos. También señalaron que la clasificación de «confidencial» desaparece con el tiempo, por lo que muchos, probablemente todos, documentos encontrados en Doniños deberían haberla perdido tras pasar al menos diez años. Sin embargo, también reconocieron que esos expedientes deberían haber sido destruidos o trasladados durante la clausura de las instalaciones.
FARO DE VIGO
Rescatados los cruceristas, 26 gallegos, que se amotinaron tras encallar en Turquía
La embarcación quedó inmovilizada el martes en la costa turca por el mal tiempo y el fallo de un remolcador La empresa, Pullmantur, les devolverá el dinero del viaje
JULIO PÉREZ / VIGO No olvidarán fácilmente sus vacaciones tardías de Semana Santa los más de 1.000 pasajeros de un crucero por el mar Egeo que quedó encallado en la costa turca. A bordo, 26 turistas gallegos, 12 de ellos de Pontevedra y los otros 14, de la provincia de Ourense. Dos largos días estuvieron a caballo entre la embarcación y la localidad turca de Kusadasi, la más próxima al lugar del incidente, sin saber lo que estaba ocurriendo ni lo que iba a pasar con su viaje. Hasta ayer. La empresa organizadora, Pullmantur, les informó de que la travesía se suspendía y que iban a ser repatriados a España. Los viajeros se amotinaron, decididos a no abandonar el transatlántico hasta que la compañía les garantizara por escrito el reembolso. Lo consiguieron y ayer por la noche llegaron en varios turnos a los aeropuertos de Madrid y Barcelona.
La odisea comenzó el pasado martes, poco después de las once de la mañana. El buque, el "Sky Wonder", en plena maniobra con la ayuda de dos remolcadores para acercarse al puerto de Kusadasi -su segunda y, finalmente, última parada-, se apoyó en un fondo arenoso y quedó inmovilizado. Según Pullmantur, por las condiciones del viento, "con más de 45 nudos" y por un fallo en una de las embarcaciones de empuje, la de mayor potencia. "No hubo en ningún momento riesgos para los pasajeros", aseguran desde la agencia mayorista que gestiona el crucero. "Incluso -añaden- pudieron desembarcar y disfrutar de las excursiones que estaban programadas".
El mal tiempo y la falta de remolcadores impidieron llevar a cabo las tareas de reflotación. Y a los pasajeros se les acabó la paciencia. "Nadie nos decía nada", se queja uno de ellos. "Non han tomado el pelo, es una vergüenza, porque cuando preguntábamos si estábamos encallados nos lo negaban". Así que decidieron tomar una de las salas del barco dedicadas a espectáculos para improvisar una asamblea. Sin garantías de devolución por escrito, los turistas -la mayoría, españoles y portugueses- se negaban a abandonar el crucero. Así se lo hicieron saber al capitán en una carta. "Nadie daba la cara", apuntan. "Sólo nos comunicaron que el viaje se había cancelado por megafonía".
Al principio, según apuntan algunos de los pasajeros, Pullmantur sólo les ofrecía un descuento del 50% en un próximo crucero, aunque durante todo el día, los responsables de la compañía en España -pertenece al grupo estadounidense Royal Caribbean Cruises- mantuvieron que, además de la bonificación, los 1.058 turistas recibirían el coste íntegro del viaje, de unos 900 euros de media, a través de las agencias donde lo hubieran contratado. Hasta el vicepresidente de la empresa, Bernardo Echevarría, salió a pedir perdón públicamente por "las molestias" que el incidente estaba provocando.
A las cinco de la tarde, los pasajeros fueron trasladados en autobús hasta el aeropuerto más cercano a la ciudad de Kusadasi, donde tres aviones de Pullmantur los recogieron para el traslado a España.
La apertura de una investigación no es una circunstancia extraordinaria. Fuentes militares señalaron ayer que esos procedimientos se ponen en marcha de «forma automática» en cuanto se detecta un problema de seguridad, desde la pérdida de material o accidentes hasta, como es el caso, la pérdida o aparición de información clasificada.
Tras conocerse la presencia de los documentos en las instalaciones militares de Ferrol, que adelantó el martes este periódico, el Ministerio de Defensa y la Armada pusieron en marcha la «inmediata» recuperación de los expedientes clasificados, entre los que había documentos «confidenciales» y «reservados», y que contenían, entre otros datos, los de cientos de militares que prestaron servicio en la década de los ochenta.
La recuperación de los datos se concretó el miércoles por la mañana, cuando varios oficiales de la Marina examinaron las instalaciones del campo de tiro y retiraron los archivos que contenían información sobre el personal uniformado.
La inspección marcó también el inicio de las investigaciones, ya que se hicieron fotografías de las dependencias del campo de tiro, de los documentos abandonados y de los pocos muebles que permanecen todavía en los edificios diez años después de que el Ministerio de Defensa ordenase su clausura.
La Armada sostuvo desde el primer momento que a la hora de abandonar el campo de tiro «los documentos más importantes» debieron ser archivados en el Arsenal de Ferrol o, en su defecto, destruidos. También señalaron que la clasificación de «confidencial» desaparece con el tiempo, por lo que muchos, probablemente todos, documentos encontrados en Doniños deberían haberla perdido tras pasar al menos diez años. Sin embargo, también reconocieron que esos expedientes deberían haber sido destruidos o trasladados durante la clausura de las instalaciones.
FARO DE VIGO
Rescatados los cruceristas, 26 gallegos, que se amotinaron tras encallar en Turquía
La embarcación quedó inmovilizada el martes en la costa turca por el mal tiempo y el fallo de un remolcador La empresa, Pullmantur, les devolverá el dinero del viaje
JULIO PÉREZ / VIGO No olvidarán fácilmente sus vacaciones tardías de Semana Santa los más de 1.000 pasajeros de un crucero por el mar Egeo que quedó encallado en la costa turca. A bordo, 26 turistas gallegos, 12 de ellos de Pontevedra y los otros 14, de la provincia de Ourense. Dos largos días estuvieron a caballo entre la embarcación y la localidad turca de Kusadasi, la más próxima al lugar del incidente, sin saber lo que estaba ocurriendo ni lo que iba a pasar con su viaje. Hasta ayer. La empresa organizadora, Pullmantur, les informó de que la travesía se suspendía y que iban a ser repatriados a España. Los viajeros se amotinaron, decididos a no abandonar el transatlántico hasta que la compañía les garantizara por escrito el reembolso. Lo consiguieron y ayer por la noche llegaron en varios turnos a los aeropuertos de Madrid y Barcelona.
La odisea comenzó el pasado martes, poco después de las once de la mañana. El buque, el "Sky Wonder", en plena maniobra con la ayuda de dos remolcadores para acercarse al puerto de Kusadasi -su segunda y, finalmente, última parada-, se apoyó en un fondo arenoso y quedó inmovilizado. Según Pullmantur, por las condiciones del viento, "con más de 45 nudos" y por un fallo en una de las embarcaciones de empuje, la de mayor potencia. "No hubo en ningún momento riesgos para los pasajeros", aseguran desde la agencia mayorista que gestiona el crucero. "Incluso -añaden- pudieron desembarcar y disfrutar de las excursiones que estaban programadas".
El mal tiempo y la falta de remolcadores impidieron llevar a cabo las tareas de reflotación. Y a los pasajeros se les acabó la paciencia. "Nadie nos decía nada", se queja uno de ellos. "Non han tomado el pelo, es una vergüenza, porque cuando preguntábamos si estábamos encallados nos lo negaban". Así que decidieron tomar una de las salas del barco dedicadas a espectáculos para improvisar una asamblea. Sin garantías de devolución por escrito, los turistas -la mayoría, españoles y portugueses- se negaban a abandonar el crucero. Así se lo hicieron saber al capitán en una carta. "Nadie daba la cara", apuntan. "Sólo nos comunicaron que el viaje se había cancelado por megafonía".
Al principio, según apuntan algunos de los pasajeros, Pullmantur sólo les ofrecía un descuento del 50% en un próximo crucero, aunque durante todo el día, los responsables de la compañía en España -pertenece al grupo estadounidense Royal Caribbean Cruises- mantuvieron que, además de la bonificación, los 1.058 turistas recibirían el coste íntegro del viaje, de unos 900 euros de media, a través de las agencias donde lo hubieran contratado. Hasta el vicepresidente de la empresa, Bernardo Echevarría, salió a pedir perdón públicamente por "las molestias" que el incidente estaba provocando.
A las cinco de la tarde, los pasajeros fueron trasladados en autobús hasta el aeropuerto más cercano a la ciudad de Kusadasi, donde tres aviones de Pullmantur los recogieron para el traslado a España.
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