FARO DE VIGO
Despedida triunfal a los ´reyes´ de la vela
Cientos de embarcaciones acompañaron a los veleros hasta Cíes durante la parada naval, arropada por decenas de miles de personas desde tierra
MARÍA LÓPEZ Vigo se volcó por completo con los “reyes” de la vela. La gran parada naval del Desafío Atlántico levantó una gran expectación tanto en mar como en tierra. Yates, veleros e incluso ‘bateeiros’ “escoltaron” a la veintena de barcos que protagonizaron un espectacular desfile por la ría. En la fachada marítima, decenas de miles de personas repartidas por diferentes puntos de la ciudad arroparon con sus aplausos y efusivos saludos a la flota, encabezada por el buque escuela ruso Kruzenshtern. Un punto y final a cuatro días de intensa actividad náutica en A Laxe que atrajo a medio millón de visitantes durante su celebración.
Los “grandes clásicos” del mundo de la vela partieron de la Estación Marítima y tomaron rumbo hacia A Guía, donde una embarcación de Aduanas mostraba el cambio de sentido que debían realizar los barcos. Pese a las indicaciones de la organización y a las boyas ubicadas en el mar, alguna moto de agua se saltó “a la torera” las reglas navegando a toda velocidad. Aún así, la despedida discurrió sin problemas.
Alegría. Morriña. Un cúmulo de sensaciones. Las familias de los veinticinco aventureros becados por el Concello no pudieron contener la emoción cuando los vigueses subieron a bordo de sus respectivas embarcaciones. Los propios marinos también dejaban atrás la ciudad con añoranza. Los saludos eran recíprocos. Tanto los propios tripulantes como las personas en tierra se dedicaban gestos de cariño los unos a los otros mientras los veleros se dirigían hacia las islas Cíes, lugar de salida del Desafío Atlántico.
A medida que se iban acercando al archipiélago, los barcos de menor tamaño iban desplegando uno tras otro las velas, a excepción del buque ruso, que lo hizo “a medio gas”. A diferencia del resto, el Kruzenshtern se despidió de Vigo por la bocana norte, muy próximo a Cabo Home, para subir unas millas por la Costa de la Vela y poder abrir sin compromiso de maniobras sus extensos paños. La flota restante lo hizo por la bocana sur, navegando cerca de Monteferro.
Amplio despliegue
La parada naval, que embelesó a turistas y paisanos durante unas tres horas a lo largo de la Ría de Vigo, congregó a una gran cantidad de dispositivos de seguridad. Cruz Roja, Guardia Civil, Guardacostas y Salvamento Marítimo acompañaron el desfile por aguas viguesas para garantizar la seguridad del evento. Precisamente, una de las embarcaciones de Salvamento Marítimo fue por un buen momento foco de todos los flashes. Un gran cañón de agua por babor y otro por estribor no pasaron desapercibidos ante los miles de personas que observaron la parada naval tanto desde tierra como desde el propio mar.
Sobre la marcha, los barcos que estaban a punto de adentrarse en pleno océano Atlántico para llegar a Tenerife, donde finaliza la primera etapa de la regata, no dudaron en tocar sus bocinas e incluso intentar interpretar melodías con el sonido. El punto álgido de la travesía por la ría se produjo al pasar por la Estación Marítima, donde un nutrido grupo de gente alzaba sus brazos para decir adiós a los tripulantes y desearles suerte en su aventura surcando los mares. En ese momento, los claxon subieron el volumen, lo que animó al público a elevar y enfatizar sus aplausos.
Las islas Cíes fueron la línea de salida de la regata. Por la bocana sur, salieron primero los gemelos Belle Poule y L’Etoile, a los que siguieron el Tecla, Urania, y Spirit of Bermuda. Mientras estas embarcaciones se adentraban el el océano, cuatro mercantes permanecían fondeados frente al archipiélago a la espera de que pasasen todos los veleros.
Entre la gran afluencia de gente en el “Village” Alberto Durán, escenario durante todo el Puente de Mayo de las actividades previas a la salida del Desafío Atlántico, no faltó el alcalde, Abel Caballero. Compañeros de equipo, como los concejales socialistas José Mariño y Chus Lago optaron por contemplar la marcha de las joyas de la regata desde una naviera.
Así las cosas, Vigo despidió ayer a los causantes de una marea humana que inundó el entorno de A Laxe durante tres días consecutivos. Atrás queda uno de los acontecimientos más importantes del año en la ciudad. América espera a los “reyes” de la vela.
GALERÍA DE IMÁGENES
Despedida triunfal a los ´reyes´ de la vela
Cientos de embarcaciones acompañaron a los veleros hasta Cíes durante la parada naval, arropada por decenas de miles de personas desde tierra
MARÍA LÓPEZ Vigo se volcó por completo con los “reyes” de la vela. La gran parada naval del Desafío Atlántico levantó una gran expectación tanto en mar como en tierra. Yates, veleros e incluso ‘bateeiros’ “escoltaron” a la veintena de barcos que protagonizaron un espectacular desfile por la ría. En la fachada marítima, decenas de miles de personas repartidas por diferentes puntos de la ciudad arroparon con sus aplausos y efusivos saludos a la flota, encabezada por el buque escuela ruso Kruzenshtern. Un punto y final a cuatro días de intensa actividad náutica en A Laxe que atrajo a medio millón de visitantes durante su celebración.
Los “grandes clásicos” del mundo de la vela partieron de la Estación Marítima y tomaron rumbo hacia A Guía, donde una embarcación de Aduanas mostraba el cambio de sentido que debían realizar los barcos. Pese a las indicaciones de la organización y a las boyas ubicadas en el mar, alguna moto de agua se saltó “a la torera” las reglas navegando a toda velocidad. Aún así, la despedida discurrió sin problemas.
Alegría. Morriña. Un cúmulo de sensaciones. Las familias de los veinticinco aventureros becados por el Concello no pudieron contener la emoción cuando los vigueses subieron a bordo de sus respectivas embarcaciones. Los propios marinos también dejaban atrás la ciudad con añoranza. Los saludos eran recíprocos. Tanto los propios tripulantes como las personas en tierra se dedicaban gestos de cariño los unos a los otros mientras los veleros se dirigían hacia las islas Cíes, lugar de salida del Desafío Atlántico.
A medida que se iban acercando al archipiélago, los barcos de menor tamaño iban desplegando uno tras otro las velas, a excepción del buque ruso, que lo hizo “a medio gas”. A diferencia del resto, el Kruzenshtern se despidió de Vigo por la bocana norte, muy próximo a Cabo Home, para subir unas millas por la Costa de la Vela y poder abrir sin compromiso de maniobras sus extensos paños. La flota restante lo hizo por la bocana sur, navegando cerca de Monteferro.
Amplio despliegue
La parada naval, que embelesó a turistas y paisanos durante unas tres horas a lo largo de la Ría de Vigo, congregó a una gran cantidad de dispositivos de seguridad. Cruz Roja, Guardia Civil, Guardacostas y Salvamento Marítimo acompañaron el desfile por aguas viguesas para garantizar la seguridad del evento. Precisamente, una de las embarcaciones de Salvamento Marítimo fue por un buen momento foco de todos los flashes. Un gran cañón de agua por babor y otro por estribor no pasaron desapercibidos ante los miles de personas que observaron la parada naval tanto desde tierra como desde el propio mar.
Sobre la marcha, los barcos que estaban a punto de adentrarse en pleno océano Atlántico para llegar a Tenerife, donde finaliza la primera etapa de la regata, no dudaron en tocar sus bocinas e incluso intentar interpretar melodías con el sonido. El punto álgido de la travesía por la ría se produjo al pasar por la Estación Marítima, donde un nutrido grupo de gente alzaba sus brazos para decir adiós a los tripulantes y desearles suerte en su aventura surcando los mares. En ese momento, los claxon subieron el volumen, lo que animó al público a elevar y enfatizar sus aplausos.
Las islas Cíes fueron la línea de salida de la regata. Por la bocana sur, salieron primero los gemelos Belle Poule y L’Etoile, a los que siguieron el Tecla, Urania, y Spirit of Bermuda. Mientras estas embarcaciones se adentraban el el océano, cuatro mercantes permanecían fondeados frente al archipiélago a la espera de que pasasen todos los veleros.
Entre la gran afluencia de gente en el “Village” Alberto Durán, escenario durante todo el Puente de Mayo de las actividades previas a la salida del Desafío Atlántico, no faltó el alcalde, Abel Caballero. Compañeros de equipo, como los concejales socialistas José Mariño y Chus Lago optaron por contemplar la marcha de las joyas de la regata desde una naviera.
Así las cosas, Vigo despidió ayer a los causantes de una marea humana que inundó el entorno de A Laxe durante tres días consecutivos. Atrás queda uno de los acontecimientos más importantes del año en la ciudad. América espera a los “reyes” de la vela.
GALERÍA DE IMÁGENES
2 comentarios:
Recomiendo ver la galería de imágenes de los veleros...
Un saludo
Y tanto... Y tanto
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