FARO DE VIGO
Científicos prueban en la ría boyas con GPS para prever la dirección de un vertido ficticio
Los 18 dispositivos cumplirán hoy 24 horas flotando entre dos manchas de colorantes inocuas
A.O. Controlar un vertido y prever su dirección para activar todos los medios en caso de alcanzar la costa y evitar así catástrofes ecológicas como la provocada por el Prestige. Con ese objetivo se llevó ayer a cabo en la Ría de Vigo un simulacro de contaminación marina que permanecerá localizado hasta la mañana de hoy por medio de boyas provistas de GPS. Del resultado del seguimiento de esas inocuas manchas de colorante dependerá el uso futuro de esos dispositivos flotantes en situaciones reales.
En esta prueba, la segunda de estas características que se desarrolla en aguas viguesas, participan una quincena de científicos gallegos del Centro Tecnolóxico do Mar (Cetmar), del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar), de Meteogalicia y de la Universidad de Vigo, así como otros técnicos del centro francés de documentación Cedre. La portavoz de este grupo y jefa de la Unidad de Documentación y Apoyo Científico del Intecmar, Garbiñe Ayensa, calificó de "éxito" la primera fase del simulacro, y avanzó que a las 12.00 horas de hoy se retirarán del mar las 18 boyas, cumpliendo así 24 horas a la deriva.
Día y noche
Esos dispositivos se lanzaron a las 11.15 horas de ayer en el interior de la Ría de Vigo, frente a las islas Cíes. Navegaban sobre dos manchas, una verde y otra naranja, colores chillones para facilitar su avistamiento desde del aires (en este caso, desde un helicóptero). De todos modos, los sistemas GPS insertados en cada una de esas pequeñas boyas –del tamaño de una botella– permitieron al equipo científico un control en tiempo real, día y noche, del hipotético vertido.
"La finalidad del simulacro es mejorar la capacidad de respuesta ante un foco de contaminación marina en la Ría de Vigo, teniendo en cuenta todas las posibilidades climatológicas adversas que pueden darse. Porque todas estas herramientas nos sirven para conocer las derivas, es decir, la dirección hacia la que se dirige la mancha", razona Ayensa.
Además de mejorar la capacidad de respuesta ante un vertido en el mar, también se pretende "ampliar los conocimientos del ajuste de las técnicas de seguimiento y predicción al movimiento real de las manchas contaminantes, así cómo perfeccionar los protocolos de comunicación y difusión de los resultados". Según Garbiñe Ayensa, la Sociedad Estatal de Salvamento y Seguridad Marítima (Sasemar) será el organismo que decida la utilización de esas boyas una vez los científicos avalen su funcionamiento.
El simulacro forma parte del proyecto europeo "Drifter", coordinado en Galicia por los expertos del Cetmar, con sede en Bouzas (Vigo). El presupuesto supera los 400.000 euros.
Científicos prueban en la ría boyas con GPS para prever la dirección de un vertido ficticio
Los 18 dispositivos cumplirán hoy 24 horas flotando entre dos manchas de colorantes inocuas
A.O. Controlar un vertido y prever su dirección para activar todos los medios en caso de alcanzar la costa y evitar así catástrofes ecológicas como la provocada por el Prestige. Con ese objetivo se llevó ayer a cabo en la Ría de Vigo un simulacro de contaminación marina que permanecerá localizado hasta la mañana de hoy por medio de boyas provistas de GPS. Del resultado del seguimiento de esas inocuas manchas de colorante dependerá el uso futuro de esos dispositivos flotantes en situaciones reales.
En esta prueba, la segunda de estas características que se desarrolla en aguas viguesas, participan una quincena de científicos gallegos del Centro Tecnolóxico do Mar (Cetmar), del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar), de Meteogalicia y de la Universidad de Vigo, así como otros técnicos del centro francés de documentación Cedre. La portavoz de este grupo y jefa de la Unidad de Documentación y Apoyo Científico del Intecmar, Garbiñe Ayensa, calificó de "éxito" la primera fase del simulacro, y avanzó que a las 12.00 horas de hoy se retirarán del mar las 18 boyas, cumpliendo así 24 horas a la deriva.
Día y noche
Esos dispositivos se lanzaron a las 11.15 horas de ayer en el interior de la Ría de Vigo, frente a las islas Cíes. Navegaban sobre dos manchas, una verde y otra naranja, colores chillones para facilitar su avistamiento desde del aires (en este caso, desde un helicóptero). De todos modos, los sistemas GPS insertados en cada una de esas pequeñas boyas –del tamaño de una botella– permitieron al equipo científico un control en tiempo real, día y noche, del hipotético vertido.
"La finalidad del simulacro es mejorar la capacidad de respuesta ante un foco de contaminación marina en la Ría de Vigo, teniendo en cuenta todas las posibilidades climatológicas adversas que pueden darse. Porque todas estas herramientas nos sirven para conocer las derivas, es decir, la dirección hacia la que se dirige la mancha", razona Ayensa.
Además de mejorar la capacidad de respuesta ante un vertido en el mar, también se pretende "ampliar los conocimientos del ajuste de las técnicas de seguimiento y predicción al movimiento real de las manchas contaminantes, así cómo perfeccionar los protocolos de comunicación y difusión de los resultados". Según Garbiñe Ayensa, la Sociedad Estatal de Salvamento y Seguridad Marítima (Sasemar) será el organismo que decida la utilización de esas boyas una vez los científicos avalen su funcionamiento.
El simulacro forma parte del proyecto europeo "Drifter", coordinado en Galicia por los expertos del Cetmar, con sede en Bouzas (Vigo). El presupuesto supera los 400.000 euros.
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