jueves, febrero 18, 2021

Guardia de cine: reseña a «Erase una vez en Hollywood»

Título original: «Once Upon A Time In... Hollywood». 2019. 165 min. EEUU. Dirección: Quentin Tarantino. Guión: Quentin Tarantino. Reparto: Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Margot Robbie, Emile Hirsch, Margaret Qualley, Al Pacino, Kurt Russell, Bruce Dern, Timothy Olyphant, Dakota Fanning, Damian Lewis, Luke Perry, Lorenza Izzo, Michael Madsen, Zoe Bell, Clifton Collins Jr., Scoot McNairy, Damon Herriman, Nicholas Hammond, Keith Jefferson, Spencer Garrett, Mike Moh, Clu Gulager, Martin Kove, James Remar, Lena Dunham, Austin Butler, Leslie Bega, Maya Hawke, Brenda Vaccaro, Penelope Kapudija, Rumer Willis, Dreama Walker, Madisen Beaty, Sydney Sweeney, Costa Ronin, Rafal Zawierucha, Julia Butters, Bridie Latona, HaleyRae Christian Cannell

Tarantino homenajea a ese periodo del Cine que le chifla, a los westerns y las producciones italianas, también al instante histórico-social, y lo hace con un cariño que el espectador agradece y degusta con deleite; aunque he de reconocer que aburre a veces

Dicen que el brutal asesinato de Sharon Tate, la esposa del director Roman Polanski, embarazada de ocho meses,  junto a Voytek Frykowski, Abigail Folger, Jay Sebring y Steven Parent (este último, sin relación con los otros), en su casa del 10050 de Cielo drive, Beverly Hills, —crimen instigado por el perturbado Charles Manson y perpetrado por varios de sus no menos desequilibrados integrantes de su “Familia”—, supuso el comienzo del fin de la Era dorada de Hollywood, así como del movimiento Hippie. Un “minúsculo” hecho traumático sucedido un 9 de agosto de 1969 fue el punto de inflexión para unos tiempos tan interesantes como los que se vivían en la segunda mitad de la década de las libertades, los mismos que Quentin Tarantino admiró con ojos infantiles y trasladó, mucho después, a la gran pantalla a través de este cuento en el que juega con la realidad histórica, alterándola a su gusto, tal y como ya hizo en «Malditos bastardos», haciendo que la noche de autos diera pie a un desenlace radicalmente distinto de aquel que acabó copando las portadas de los periódicos y los archivos policiales (sigue leyendo)


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