A la segunda temporada de «Motherland: Fort Salem» se le encuentran las mismas y escasas virtudes y los abultados y engorrosos defectos de su antecesora
Mi opinión general no se ha movido una sola casilla con respecto a la que dejé aquí impresa en referencia a la primera temporada de esta serie de tinte sobrenatural y militar. Sin embargo, vaya Vd. a saber, me ha sucedido también lo mismo que entonces: me he dejado los ojos en el empeño de catar todos los capítulos de un tirón, a un ritmo de uno por noche. Y me resulta extraordinario pues tengo apuntadas otras producciones que me parecen mucho más atractivas y mejor hechas («Vigil», por ejemplo), y las voy dejando atrás o las visito de una forma desesperadamente lenta y con demasiada pausa (sigue leyendo)
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