Gala, modalidad B. Porta fusil HKG 36 con bayoneta calada
Navegante del Mar de Papel
Navegando por el Mar de Papel Moneda, y otros mares... (Sailing at Sea of Banknotes, and others seas...)
jueves, julio 24, 2025
miércoles, julio 23, 2025
martes, julio 22, 2025
Guardia de televisión: reseña a la primera temporada de «Los hombres del SAS» (2022)
Título original: «SAS Rogue Heroes». 2022. 6 episodios de 52 min. RU. Dirección: Tom Shankland, Stephen Woolfenden. Guión: Steven Knight basándose en la obra de Ben Macintyre. Reparto: Sofia Boutella, Jack O’Connell, Dominic West, Connos Swindells, Alfie Allen, Theo Barklem-Biggs, Corin Silva, Bobby Schofield, Moritz Jahn, Paul Boche, Tom Hygreck, Jason Watkins, Tom Glyn-Carney
Ben Macintyre, como un dragón de Tolkien, no debe tener ya mucho sitio donde meter todo el dinero que ha ganado gracias a su infatigable labor recopiladora y narrativa en torno a la Segunda Guerra Mundial. Ensayos que han llegado a infinidad de manos… y también a la cada vez menos “pequeña” pantalla (pincha aquí para seguir leyendo)
lunes, julio 21, 2025
Relación de marchas interpretadas durante el acto de Jura de Bandera y entrega de Reales Despachos en la Escuela Naval Militar un día del Carmen cualquier
Incorporación de la Bandera: Himno nacional
Honores de Ordenanza a SM el Rey: Himno nacional
Revista: El viejo Almirante
Jura de Bandera: Los viejos camaradas
Jura de Bandera (paso de a tres): Mares y vientos
Paso de a tres de los nuevos Oficiales: Los Guardiamarinas
Final discurso Comandante-Director: Himno de la Armada
Ofrenda a los Caídos (comienzo): La muerte no es el final
Ofrenda a los Caídos (antes la cruz): Ofrenda a los Caídos
Retirada de la Explanada: Paso ligero
Desfile: Ganando Barlovento
Retirada de la Bandera: Himno nacional
viernes, julio 18, 2025
jueves, julio 17, 2025
Cancionero y poemario popular (5): Mariñeiro de Caión
miércoles, julio 16, 2025
martes, julio 15, 2025
Guardia de cómic: reseña a «Las calles de arena», de Paco Roca
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Astiberri Ediciones, Bilbao 2009 3ª edición Prólogo de Juan Manuel Díez de Guereñu ISBN: 978-84-96815-91-9 102 páginas |
Un homenaje a los laberintos interiores y exteriores, Las calles de arena es una fábula kafkiana que Paco Roca convierte en un viaje gráfico cargado de identidad, olvido y deseo de evasión
No hay razón para temer equivocarse al afirmar que Paco Roca es el autor de cómic español más prolífico y ecléctico de nuestro panorama actual. Encargándose casi en un 100 % de la labor de gestación y alumbramiento de sus obras, Roca lleva décadas ofreciéndonos historias personales y divertidas, pero también otras de profundo corte histórico y bien documentadas. Desde la perspectiva de estar siempre enfundado en un pijama, nos ha revelado su alma mientras publicaba títulos tan rotundos como Los surcos del azar o El invierno del dibujante, sin dejar de lado los relatos más sinuosos como este Las calles de arena, donde me he dejado varar.
Entre los vericuetos de ladrillos, en un verdadero laberinto urbano, los más entendidos han sabido hallar ecos y homenajes a Poe, Kafka, Borges o Melville (y seguro que a otros tantos), en lo que se considera un cómic literario en toda su extensión (pincha aquí para seguir leyendo)
lunes, julio 14, 2025
Caballitos de tiovivo que se creen libres
Algo así rezaba, escrito en tinta azul y con una caligrafía mejorable, en uno de los separadores del clasificador de un buen amigo del instituto. Él se sentía intensamente atraído por el anarquismo y por la filosofía en general, y cubría cada centímetro de ese clasificador con pensamientos sugerentes, a menudo más profundos de lo que podíamos entender a esa edad.
Lo cierto es que aquella frase me impresionó. Me marcó durante esa adolescencia lejana y polvorienta que con el tiempo se vuelve irreal. La he recordado muchas veces desde entonces, y en cada reaparición se renueva la misma pregunta:
¿Somos realmente libres? ¿Existe el libre albedrío como fuerza viva que recorre todos los rincones de nuestra conducta y de nuestra vida diaria?
No niego que exista una cierta libertad. Tal vez una chispa auténtica, mínima, pura. Pero esa libertad está encadenada desde su nacimiento: al entorno familiar, a la educación, a la cultura, a las expectativas sociales.
Soy y pienso como pienso porque así se me formó, entre las paredes de mi casa y en el tejido de mis relaciones. Si no hubiera sido expuesto a ciertas ideas políticas, religiosas o filosóficas, sería otra persona. Y, aun así, seguiría deseando encajar. Porque los seres humanos necesitamos pertenecer, incluso cuando jugamos a desmarcarnos como ovejas negras.
Son pocas las ocasiones vitales en las que nuestra artrosis social nos permite romper de verdad con lo heredado. Y cuando lo hacemos, suele ser a través de una rebeldía tambaleante, un gesto desesperado más que una decisión consciente. Pero incluso ese gesto —aparentemente libre— está moldeado por los mismos condicionamientos que pretendemos negar.
No encuentro consuelo ni en Descartes, Sartre o Kant. Tampoco en Spinoza, Hobbes o Freud. Me acerco, aunque con incomodidad, a la mesa de Hume y Mill, donde la libertad es una construcción más modesta, más compatible con lo que somos.
Porque en el fondo, somos figuras de barro moldeadas por manos ásperas. Da igual si adoptamos posturas conservadoras o rupturistas: casi nadie está dispuesto a pagar el precio de ser auténtico. Preferimos el festín servido por otros antes que cocinar lo propio con esfuerzo.
Pensar con originalidad es casi imposible. Somos el fruto de un pecado que no se lava en la pila bautismal: un folio manchado, rasgado desde antes de escribir la primera palabra.
Al final, no somos más que caballitos de tiovivo que se creen libres, atravesados a la altura del corazón y clavados por una estaca umbilical. Damos vueltas al ritmo de una música que no elegimos, rodeados de risas y luces, girando siempre en la dirección marcada de antemano.
jueves, julio 10, 2025
«Una bendición por cruzar el puente del Burgo a deshoras»: colaboración en la revista Nodales
Con la cadencia bianual acostumbrada, ha salido de la imprenta el último número de la revista Nodales, editada por el Gremio de Mareantes de Pontevedra. Y he vuelto a tener la oportunidad —y el honor— de ser convocado para la pequeña legión de colaboradores habituales y de colar entre sus páginas un artículo de mi autoría.
El tema del artículo fue hallado por casualidad, como un objeto precioso desenterrado en un yacimiento sin señalar: una curiosa costumbre que se representaba en el puente del Burgo para todo aquel viajero que osara acceder al mismo a horas intempestivas.
miércoles, julio 09, 2025
martes, julio 08, 2025
Guardia de cine: reseña de «Adiós, amigo» (1968)
Título original: Adieu l’ami. 1968. 115 min. Francia, Italia. Dirección: Jean Herman. Guion: Jean Herman y Jean-Baptiste Rossi, basándose en la novela de éste último. Reparto: Alain Delon, Charles Bronson, Olga Georges-Picot, Brigitte Fossey, Michel Barcet, Bernard Fresson. Música: François de Roubaix
Una película en la que se dan la mano la intriga, la traición, el tedio, lo que parece un anuncio encubierto de los Citroën DS y un compañerismo que trasciende la hostilidad mutua cuando las circunstancias lo exigen
Como otros tantos de su tiempo, Charles Bronson viajó al Viejo Continente para trabajar en diversas películas de dispar calidad. Adiós, amigo es una de ellas, una cinta que me era completamente desconocida. Ni siquiera sospechaba que Bronson hubiera llegado a compartir cartel con Alain Delon en una película de suspense, robos y lealtades ambiguas (pincha aquí para seguir leyendo)