martes, mayo 12, 2015

Guardia de televisión: reseña a “V, los visitantes”

Afirman por ahí que es un error eso de revisionar o revisitar aquellos productos que marcaron la infancia de uno por el simple hecho de que tus ojos “han cambiado” (ya no eres el mismo, ¡asúmelo!). Ahora bien, en mi caso, ¿he cometido una gravísima equivocación al pegarme al televisor durante varias horas y volver a vivir aquellas conocidas escenas con una Diana tragándose un hámster entero o un Donovan heroico, enfrentándose, cámara en mano, a un helicóptero artillado? No sé qué contestar, pues el sí y el no están bastante equilibrados. He vuelto a sentir ese cosquilleo en la nuca y esa presión nerviosa en el pecho; sin embargo, he tenido que convencerme, a cada paso, de que la serie ya tiene sus añitos encima y que las deficiencias de guión que antes no se veían, y que ahora saltan como accionados como por resortes cada cinco segundos, son las propias de aquella época; y lo he tenido que hacer en plan “hombre, no seas duro, ten en cuenta todo esto: sé objetivo”.

Como sabéis, en su día dediqué no pocos párrafos a desentrañar las impresiones que la nueva versión de “V” de 2009 había despertado en mi persona. Entonces ya sentí la necesidad de viajar al Pasado con los lagartos; por lo que no presenté batalla, ni siquiera resistencia pacífica, ante la tentadora llamada que procedía de la “isla” de Amazon, plagada de indecentes sirenas que se burlaban de mi escaso raciocinio anunciando, en preventa, una nueva edición de la original “V” en un solo pack. Aquello aconteció a finales de octubre del pasado año y, aunque suene extraño, el que el paquete pasara de las manos del mensaka a las mías, aún en aquel estado de excitación, no fue suficiente como para que quemara el reproductor y visionara los diez dvds de una tacada. Es más, a la fecha en la que os estoy escribiendo estas líneas, no han pasado ni siquiera 24 horas desde que le diera al stop, al terminar el quinto disco; por lo que dedico esta reseña a la miniserie original y a los tres capítulos dedicados a “La batalla final”, aunque solo el último de ellos posea semejante título.

De la irregular primera y última temporada, titulada en el pack como “Los capítulos finales”, —la cual aguantó como pudo con el lastre de una falta indignante de calidad y financiación, por pura desidia, y de guiones predecibles y escasamente desarrollados (salvo por el primer episodio)—; no perderemos tiempo, pues no se merece más, sobre todo porque no han "entrado" todavía en el reproductor.

Cuando destripé “V” 2009 ya apunté la génesis de esta interesantísima obra que firma Kenneth Johnson —aunque entonces pasé por alto, de forma involuntaria, que el creador de la serie estaba obsesionado con la novela de Sinclair Lewis “It Can’t Happen Here”—. Se quería responder a la pregunta de qué pasaría en los Estados Unidos si estos se vieran invadidos y sometidos a un régimen dictatorial fascista (más bien nazi), aunque procedente del espacio exterior; aunque la trama se termina por encauzar hacia la resistencia y a unos hombres y mujeres ordinarios que viven tiempos extraordinarios. Un cámara de televisión, una doctora, un camello, un jardinero, un obrero de petroquímicas, un policía, una camarera, un adolescente arrogante… ¿Qué harían si un día aparecieran cincuenta naves gigantes sobre sus cabezas, descolocando todo su mundo con una amenaza innombrable e imposible de imaginar? Sin duda, cualquier tiempo pasado es mejor porque se sabe cómo terminó.

Se aprecia cierto paralelismo acelerado entre el drama televisivo con los acontecimientos históricos del ascenso del NSPD en Alemania: una nueva fuerza que atrae pero que es muy peligrosa, Persecución de científicos, etc. Para dotar de más fuerza psicológica, se introduce el personaje del anciano Abraham Bernstein, superviviente del holocausto nazi y abuelo de Daniel, un colaboracionista recalcitrante.

Es como si Johnson denunciase que no se había aprendido nada.

Pero el argumento brama herido ante la falta de metraje. Es una historia que se pone de rodillas implorando que la nutran de más minutos para desarrollar cada una de las escenas. Hay momentos en los que se salta de la A a la H, sin importar cuantas letras se quedan en el camino, por no decir que no hay un respeto al orden temporal, pues no tenemos ni idea de cuántos días, semanas o meses transcurren exactamente a lo largo de cada capítulo, más allá de si los actores van más o menos resguardados con cazadoras.

La focalización argumental en Los Ángeles, ilógica por cuanto esta ciudad no es un centro neurálgico político ni burocrático, como lo son Washington y Nueva York, impide al espectador entrever qué sucede más allá del reducido campo de juego al que ha sido confinado. El uso de reportajes televisivos y noticiarios se abandona casi al primer instante, privándonos de todo contacto y de una explicación lógica y no soterrada de la forma efectiva con la que los visitantes se van haciendo con el control del planeta. Tan solo se nos muestra una sospechosa conspiración científica, la “conversión” y unos gobiernos que se lanzan a los brazos de nuestros “nuevos amigos” ante el miedo nervioso a que estos se den media vuelta con su magnífica tecnología, dejando así hacer a un nuevo régimen fascista procedente del espacio exterior.

Todo este aislamiento conlleva a una práctica nulidad de contactos del grupo de Donovan y Parrish con otras células insurgentes. Tan solo, cuando hace acto de aparición el carismático y ruin Ham Tyler, se nos susurra al oído la existencia de una esquiva “Organización” de Resistencia, el Frente de Liberación Mundial, y poco más cuando se distribuye el llamado Polvo Rojo.

Sin duda, Johnson se quedó pronto sin papel, sin dinero y sin metros de cinta, aunque dudo mucho que sin ideas.

En cuanto a personajes, se me ha caído un poco Mike Donovan, no por la interpretación de Marc Singer, que sigue magnífico, sino por las situaciones en las que se ve envuelto. Cuesta mucho creer que sea un hombre perseguido por traición a nivel mundial, apareciendo su rostro por todos lados y en ciertas escenas se pasee tal cual por las calles de Los Ángeles o por las propias instalaciones controladas por los lagartos. Además, la visitante Lorraine se pone a desactivar la bomba termonuclear de la nave de Diana y Donovan, que nunca ha manejado el cachivache, le suelta: “déjame probar”; ¿en serio?, no, no es serio.

Además, a Julie Parrish la medio fríen el cerebro en el proceso de conversión y está como si tal cosa; tan solo se ha vuelto zurda y otros están como marionetas, ¿en serio? Otra vez vemos ahí una falta de metraje.

¿Cómo es que el personaje del comandante supremo John pasa de interesante a ser un simple tonto durante sus últimos minutos de vida? Y, en cuestiones técnicas, si los lagartos son sensibles a la luz, su tecnología militar habría obviado el empleo de láseres para armamento (cosas de la moda Star Wars). “Y no me tires de la lengua”, mas no me atrevo a sobrepasarme porque la he vuelto a disfrutar y eso es lo que importa. Ha vuelto a hacer volar la imaginación; me ha hecho acordarme de que tuve un fusil visitante, producto de marketing no sé yo si muy oficial; y a rememorar muchas otras cosas más tan propias de esa odiosa moda nostálgica ochentera que seguimos como fanáticos los que "coronamos" escaso pelo. ¿Tengo derecho a desmitificar “V”? Sigo estando en un precario equilibrio en la balanza.

Lo que he de afirmar categóricamente es que me hubiera encantado ver “V”, en un remake, con la ambientación ochentera y un guión como el de 2009; pues si la original adolece de los defectos argumentales propios de entonces, la última de hace seis años carecía de estilo e intensidad. Diana daba mal rollo, pero Ana mucho más, pero ese uniforme rojo… 

Respecto al propio pack de dvds, no nos encontramos con nada que no se hubiera visto antes ya que es la reedición de un lanzamiento con algunas canas y que aún pulula por varias páginas de venta por Internet. Como en aquella ocasión, nos volvemos a topar con el desafortunado detalle de que la caja esté “rasgada” en una esquina para que aparezcan un ojo y unos dientes de reptil; infantiloide y prescindible y que le resta seriedad al producto en cuanto a imagen. Si querían poner al lagarto en cuestión en los dvds (que lo han hecho), pues libertad absoluta, pero que no, vamos, ¡que no! Que una portada negra con la V roja no necesita artificio o adorno alguno.

Dentro del pack encontraremos tres estuches, el primero dedicado a la miniserie original de dos capítulos y el segundo a “La batalla final”, destinándose a cada capítulo un dvd, quizá un gasto innecesario porque creo que entrarían dos por pieza. El tercero, por su parte, se dedica a la irregular primera y última temporada, la cual se divide en 19 capítulos recogidos en cinco discos —siéndome, por no haberla visionado aún, desconocido si contiene el episodio que quedó, según la leyenda, sin emitirse en España una vez que la respuesta del público a un producto de tan baja calidad fuese motivo suficiente para justificar la firma de la cancelación—.

Respecto al contenido de los dvds en sí, en cuanto a la miniserie original, se cuenta (solo en estos) con extras como los comentarios de Kenneth Johnson, pero, quizá porque soy algo torpe, no he sido capaz de encontrar opción por la que estos se subtitulen ni al inglés ni al castellano, por lo que si quieres enterarte de lo que dice tienes solo dos posibilidades: o tienes un oído magnífico o has sido bendecido por un arrebato de éxtasis lingüístico y te sabes de “pe a pá” el limitado pero embarrado verbo anglosajón. Una lástima, pues los capítulos, todos, cuentan con idiomas y subtítulos (inglés incluido, aunque diga lo contrario la página de Amazon). 

El resto de extras se limitan a idiomas y subtítulos y nada más, ofreciendo una experiencia bastante pobre al aficionado, la cual se agrava en el aspecto negativo al no haber sido remasterizados los capítulos, ni en cuanto a audio ni en cuanto a imagen. Cierto que uno no puede decir que se podría haber sentido transportado a su infancia si los lagartos no salieran despellejados en analógico, pero tampoco la calidad general es la del “primer día”. 

En la actualidad, por lo que se puede entender en la página de Kenneth Johnson, éste se encuentra inmerso en una ardua campaña de obtención de fondos para hacer regresar a “V” en forma de película. Según sus propias palabras, quiere hacer justicia a su propia creación. ¿Lo conseguirá? Es difícil saberlo, pero el tipo está más que empeñado en ello y, por supuesto, cuenta con nuestros mejores deseos.

2 comentarios:

Luismi Esteban dijo...

Totalmente de acuerdo. Por cierto, aparece un episodio subtitulado en castellano que nunca se emitió aquí, creo que el nº3

Danknight dijo...

Subtitulado y doblado
Que por cierto, a Diana, la llaman así tal cual y no Dayana, como en el resto de la serie.
El episodio se llama Bkeakout (La Ruptura)
Y el famoso episodio, no está incluido.
Acaba en el 19, en el que detienen a Diana, y Elisabeth, se suba a la nave para ir al planeta lagarto, supuestamente a traer la paz y el fin de la guerra.
Para el que le interese, aquí les dejo un enlace con un análisis exhaustivo, del pack que hice en su día cuándo lo adquirí, en mi pagina web.
http://www.elcochefantastico.esforos.com/v-t254