Estoy agotado. Dos palabras que resumen a la perfección, hasta la hez, mi estado de ánimo a todos los niveles. Por eso, este crucero 2022-23 termina este último día de junio y no, como en veces anteriores, a finales de julio. Dos palabras que son una única razón.
Necesito arrancarme los moluscos y las algas de la obra viva. Necesito muchas cosas, y es algo que me digo todos los días, por la mañana, ante el espejo, al ver a ese barbudo alopécico y carcomido por las canas.
Voy lento, como un buque fantasma en una noche de niebla.
¡Nos vemos en septiembre!
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