De mañana era un brote tierno,
retoño errante, inquieto al viento.
Por delante, iba su perrito,
siguiendo el rastro del tiempo.
De tarde se volvió heno seco,
mirada quieta, sombra en el suelo.
La vi de lejos, hablar con su madre,
y el perrito, soñaba en el suelo.
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