martes, diciembre 18, 2012

18 de Diciembre de 2012

RADIO POLAR.COM

BIO “HESPÉRIDES” DE LA ARMADA ESPAÑOLA VISITA PUNTA ARENAS


18-12-2012 - 07:45:00


El Buque de Investigación Oceanográfica BIO “Hespérides” (A-33) de la Armada española se encuentra en Punta Arenas donde tiene previsto embarcar a los científicos arribados de España y reabastecerse de víveres antes de dar inicio a las actividades en la Antártica.

Con sus 82,5 metros de eslora y 14,3 de manga, este buque es el único diseñado en su país para realizar investigaciones científicas en mares árticos y antárticos, el cual zarpó el pasado 13 de noviembre desde su puerto base en Cartagena con la finalidad de comenzar su XIX Campaña Antártica.

En su paso por el puerto de Punta Arenas, el Comandante del buque, Capitán de Fragata Jaime Cervera se dirigió en compañía del Comandante de la Base “Gabriel de Castilla”, Mayor de Ejército de Tierra Álvaro Kromer y del Cónsul de España en Punta Arenas, Rodrigo Fernández hasta la Comandancia en Jefe de la Tercera Zona Naval para saludar a su máxima autoridad, el Contraalmirante Kurt Hartung.

Durante la visita, el Comandante Cervera señaló que esta Campaña tiene por objetivo la apertura de la bases “Juan Carlos I” ubicada en las Islas Shetland del Sur y “Gabriel de Castilla”, en Isla Decepción.

Como esta última base es administrada por el Ejército de Tierra, el “Hespérides” se encargará de trasladar hasta el continente blanco a un grupo de 12 militares destinados a abrir y acondicionar la Base “Gabriel de Castilla” y que darán apoyo y seguridad a los más de treinta científicos españoles y extranjeros que realizarán trabajos de investigación durante el verano austral.

Entre las investigaciones que se llevarán a cabo en los dos laboratorios que posee el buque, destacan las de tipo geológicas, orientadas a las corrientes marinas y al suelo y subsuelo marino. Dentro del equipamiento científico fijo a bordo destacan dos sondas multihaz, una para aguas someras de hasta 600 metros de profundidad y una para aguas profundas de hasta 11.000 metros, las que permiten una prospección certera del fondo marino.

También, los españoles efectuarán una investigación sobre el fondo marino del fiordo Aysén para identificar los deslizamientos de ladera que generó el tsunami de 2007 y determinar la frecuencia en el pasado de episodios similares para establecer su recurrencia.

DEFENSA.COM

Los planes del Ministerio de Defensa para vender a terceros buques de la Armada española


El Catálogo de Material Usado de las Fuerzas Armadas españolas que el Ministerio de Defensa está ofreciendo a las FAS de otros países y al que ha tenido accesodefensa.com, incluye una lista pormenorizada de los buques de la Armada que desde hoy y hasta el 2020 pasarán a estar disponibles para su venta. La lista establece una clasificación en función de la disponibilidad de venta, a corto, medio y largo plazo.

En el primer capítulo, entre los buques ya disponibles se contempla el patrullero“Chilreu”, entregado a la Armada en 1991 como resultado del acuerdo entre el Ministerios de Agricultura, Pesca y Alimentación y el Ministerio de Defensa. Junto a él, disponibles a partir de la segunda mitad de 2013, se citan en el “corto plazo” a los buques “Diana” y el patrullero de vigilancia costera P-114. El "Diana", con base en el Arsenal de Cartagena y perteneciente a la antigua clase de corbetas "Descubierta", es hoy el Buque de Mando y Apoyo a la Fuerza de Medidas Contra Minas. Fue construido por la entonces Bazán en Cartagena y botado el 26 de enero de 1976 y se entregó a la Armada el 30 de junio de 1979.

En el capítulo “Medio Plazo”, entre 2014 y 2016, es donde se encuentra el mayor lote de embarcaciones. Disponibles entre 2015 y 2016 se citan los patrulleros de la clase “Descubierta” “Infanta Elena”, entregado a la Armada el 12 de abril de 1980, el “Infanta Cristina”, entregado a la Armada el 24 de noviembre de 1980, el “Cazadora” , segundo buque de la clase "Infanta Elena", construido por la Empresa Nacional Bazán en Ferrol y botado el 18 de octubre de 1978 y entregado a la Armada el 20 de julio del año 1981, y el “Vencedora”, entregada a la Armada el 27 de marzo de 1982, con base de estacionamiento en Cartagena. En el año 2004, con las obras de transformación, cambió su denominación y marca de costado de corbeta (F-36) a patrullero de altura (P-79), y su base a Las Palmas de Gran Canaria.

Junto a ellos, en el mismo capítulo pero precisándose que su fecha de disponibilidad será no antes de 2015, se mencionan ya a los patrulleros de la clase “Anaga” “Tagomago”, “Tabarca” y “Medas”. Los patrulleros clase Anaga son una serie de diez patrulleros diseñados especialmente para el servicio de vigilancia de costas y salvamento en caso de naufragio o accidentes en la mar. Cada buque de esta clase lleva el nombre de una isla o islote de la costa española. Tienen una eslora de 44,26 mts y una manga de 6,60 mts.

El “Tagomago”, es el segundo de los diez patrulleros clase "Anaga", correspondientes a la Segunda Fase del Programa Naval. Fue botado el 14 de febrero de 1980 y entregado a la Armada el 30 de enero de 1981. El “Tabarca”, por su parte, con base en la Escuela Naval Militar, en Marín, Pontevedra, fue entregado a la Armada el 31 de diciembre de 1981. En cuanto al “Medas”, es el sexto de diez unidades construido por la antigua Empresa Nacional Bazán, en su factoría de San Fernando (Cádiz) con número de construcción 220. Su puesta de quilla se verificó el día 9 de octubre de 1980 y fue efectuada su botadura el día 10 de diciembre de 1980.

El lote de los buques disponibles en esta sección de “Medio Plazo” del Catálogo de Material Usado de las Fuerzas Armadas españolas se completa con el buque de salvamento “Neptuno”, del que se especifica no estará disponible antes de 2015 y que es en la actualidad es la única unidad con la que cuenta la Armada Española para tareas de rescate y salvamento de submarinos y buceo a gran profundidad y, como disponibles en 2015, el “Antares”, Buque Hidrográfico Auxiliar (A-23), botado en 1973 y entregado a la Armada al año siguiente, y el “Rigel” (A-24), segundo buque de la clase "Antares", botado en 1973 y entregado a la Armada al año siguiente. Durante un tiempo estuvo destacado en Palma de Mallorca, siendo su base actual la Estación Naval de Puntales.

En el capítulo “Largo Plazo”, con disponibilidad entre 2016 y 2020, la lista de buques de la Armada contempla para su venta el buque “Contramaestre Casado”, que se especifica estará disponible entre 2016 y 2017 y, “dependiendo de la entrada en servicio del S-80” (sic), los submarinos de la clase S-70“Galerna”, “Mistral” y “Tramontana”.

Tras causar baja en la Lista Oficial de Buques Armada (LOBA) el pasado 26 de junio el “Siroco” S72, la Armada española cuenta hoy con 3 sumergibles: el Galerna S71, el Mistral S73 y el Tramontana S74, el minimo minimorum para mantener siempre uno plenamente operativo. Así, y a la espera de que el primer submarino S-80 esté operativo en 2016, año en que el 'Galerna' tendría que ser dado de bajo, los riesgos de no acometer la gran carena del 'Tramontana' para que continúe operativo y para lo que no se ha asignado presupuesto en 2013 trascienden la mínima reducción de flota a que la Armada se enfrentaría. En la primavera de 2013 culmina la última gran revisión a que se está sometiendo al “Mistral” y en ese momento debería acometer ese proceso el 'Tramontana', el más moderno de la serie S-70, sin embargo, a día de hoy, no se han previsto los más de 30 millones que costaría.

El submarino "Galerna" (S-71), fue el primero de la serie de cuatro unidades construidas en la factoría de la Empresa Nacional Bazán de Cartagena. La entrega oficial se efectuó el día 21 de enero de 1983. El “Mistral” S-73, tercer submarino español de la clase Agosta, fue botado el 14 de noviembre de 1983. Respecto al “Tramontana” S-74 es el cuarto de la clase "Galerna" , entregado a la Armada el 30 de Diciembre del mismo año.

REPÚBLICA.COM

A son de mar (II)

 
JUAN CHICHARRO

Finalizaba el artículo anterior lamentando la baja en la Armada del PDA “Príncipe de Asturias” al considerar que su pérdida suponía para España y su defensa una debilitación de la misma. Y así es. Cuestión de presupuesto.

También hacía mención a que, pese a esta pérdida, la Flota estaba compuesta por buques modernos de última generación que hacen que nuestra Armada pueda ser considerada de las mejores del mundo, más por su calidad que por su cantidad. Una Armada equilibrada en capacidades donde brilla sobre todo la excelencia de sus unidades y por supuesto la de sus personas, pues a nadie se le escapa que manejar estos medios requiere una preparación de los mismos muy difícil de alcanzar. Decía también que todos los buques de la lista de la Armada habían sido construidos en España fruto de la profesionalidad de sus oficiales y de la capacidad técnica de nuestros astilleros.

Pretendo siquiera brevemente poner en conocimiento del lector cuales son estos buques y lo hago con la finalidad de llevar al ánimo de quien siga estas líneas – en momentos en los que la nación duda de su capacidad – que lo que han conseguido la Armada española y nuestros ingenieros navales no está al alcance de cualquier país, sino todo lo contrario. No se trata entonces de una descripción especializada de los mismos, pues para eso ya existen medios más especializados que este diario sino que los tomo como referencia para otros fines.

Empecemos por el buque LHD “Juan Carlos I”, un buque con capacidad para el transporte estratégico, para la guerra anfibia y para su uso como plataforma de lanzamiento de aviones y helicópteros. Hasta hoy el mayor buque construido nunca en España.

El “Galicia” y el “Castilla” son buques anfibios ya suficientemente probados con éxito en numerosas ocasiones y que constituyen la espina dorsal de nuestra fuerza anfibia.

Las fragatas de la serie 80 (la “Victoria”, “Santa María”,… etc.) y de la 100 (“Alvaro de Bazán”, “Blas de Lezo”, “Cristóbal Colón”,… etc.) especialmente estas últimas, son buques de última generación capaces de ejercer el control del espacio aéreo en zonas tan amplias como la península ibérica con gran eficacia gracias al sistema AEGIS.

La nueva serie de patrulleros denominados “BAM”, buques de acción marítima, prototipo nacional, y algunos de ellos ya en servicio, constituyen unos buques modelo para lo que se han creado, y dentro de unas posibilidades de ahorro en combustible y personal como pocos otros hay en el mundo.

Los cazaminas construidos en Cartagena se pueden asimismo catalogar como entre los más avanzados de su clase y lo están demostrando con creces allá donde actúan.

Y me resta en cuanto a buques se refiere hacer mención a la nueva serie de submarinos, aún en construcción, la serie S-80, que, con un sistema denominado AIP de alimentación de sus baterías con independencia del aire, van a estar entre los más avanzados de los sumergibles habidos hasta el momento, aparte de los que utilizan la energía nuclear.

Si a todo esto añadimos una fuerza de infantería de marina instruida, adiestrada y equipada tal como si de los mismos “US MARINES ” se tratara, salvo por su entidad, nos encontramos, como anticipaba, con una Flota que sin temor a equivocarme está entre las mejores del mundo por su calidad.

Pues bien, todo esto lo han conseguido hombres de nuestra Armada en cooperación estrecha con ingenieros navales a lo largo de los últimos 40 años.

Es tal su calidad que hoy son más de dos y de tres las naciones más avanzadas del mundo que buscan en nuestros productos como constituir sus marinas a semejanza de la nuestra.

Pudiera pensar el lector que me he dejado llevar por el optimismo pero nada más lejos de eso. Es la realidad.

Lo que pretendo decir con todo lo escrito es que sólo una gran nación es capaz de conseguir lo obtenido. Son muy pocas las naciones en el planeta con la capacidad de ingenio, innovación, técnica y voluntad demostrada por nuestra nación, España, en este quehacer. Los buques de guerra siempre han sido instrumentos sofisticados y expresan la capacidad intelectual y tecnológica del país que los diseña y construye.

Sí. España es una gran nación.

Llama entonces poderosamente la atención que a pesar de la crisis o, peor aún, aprovechándose de esta, se adueñe de nuestra patria un desánimo general que posibilita la aparición de fuerzas desintegradoras sin sentido y sin lógica alguna. Es incomprensible que se apele a sentimientos – las más de las veces falsos – para romper lo que entre todos hemos conseguido unidos desde tiempo inmemorial. Nada más cierto aquello de que juntos somos más fuertes y separados mucho más débiles. ¿Tan difícil es entender esto?

España es una nación plural, claro que sí, pero es ahí donde radica su fuerza y así debe entenderse. Aquellos que actúan contra esta unidad van contra su pueblo y el bienestar del mismo al amparo de falacias y las más de las veces en su propio interés.

No es la primera vez en la historia que nuestra nación ha sido capaz de alcanzar una excelencia en la construcción naval como hoy. El siglo XVIII es buena prueba de ello. En aquellos tiempos, al igual que hoy, Oficiales de Marina e ingenieros fueron capaces de construir una Flota que a finales de ese siglo y principios del XIX se encontraba entre las tres más potentes del mundo.

En esa época se construyeron buques de una calidad superior a las de las potencias de entonces. Y lo fueron en astilleros españoles: en San Fernando, en Ferrol, en Cartagena o en La Habana.

Buques como el Santísima Trinidad – de cuatro puentes y el más grande de la época – el San Juan Nepomuceno, el Santa Ana, el Real Carlos, el Real Felipe, Príncipe de Asturias, Rayo, San Leandro… etc.

Fue una obra ingente que tuvo su final en la batalla de Trafalgar, combate en el que la Armada española fue derrotada, si bien el desastre no fue consecuencia de la calidad de sus buques ni de la falta de pericia de sus marinos, sino del estado calamitoso en el que se encontraban como consecuencia de la falta de mantenimiento y adiestramiento de sus dotaciones.

En una España dividida, repleta de luchas insidiosas e intestinas, rota por la pérdida de fe en sí misma, despedazada y carcomida por las disputas partidistas por el poder, no se podía esperar otra situación que la que se dio en la Flota que mandaba el Almirante Gravina y lo que sucedió después. Lo contrario hubiera sido un milagro.

No sería exacto establecer paralelismos entre la situación de entonces y la actual pues las circunstancias son bien diferentes, sin embargo la naturaleza humana es imprevisible y nunca está de más el aprender de la historia pues no son pocas veces en las que se cometen los mismos errores una y otra vez

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