viernes, enero 30, 2015

30 de Enero de 2015

Tal día como hoy en 1797...

...Fallece Antonio Barceló, más conocido como capitán Toni, corsario español y principal azote de la piratería berberisca durante el s. XVIII.

Nacido el 1 de Enero de 1717 en el seno de una familia dedicada al transporte de mercancías entre Baleares y la península Ibérica, Toni pronto se sintió atraído por el negocio paterno y la navegación por el Mediterráneo a bordo de jabeques; pero también fue consciente de que no vivía en un lugar seguro, siempre a merced de los ataques provenientes desde la Berbería, los cuales no solo buscaban arrasar y rapiñar las aldeas y ciudades cristianas, sino que llevarse cautivos a los muchachos y muchachas de las mismas para servir como esclavos en trabajos forzados o satisfacer necesidades sexuales.

Por ello, Toni soñaba con navegar y enfrentarse a argelinos, tunecinos y berberiscos. Pero antes necesitaba saber todo del oficio; comenzando como paje, acabó siendo piloto y, a la muerte de su padre, Onofre, comandante del jabeque-correo de la familia. Contaba con 18 años por entonces.

A los pocos meses, haciendo la ruta entre Palma de Mallorca y Barcelona, Toni sostiene un primer enfrentamiento armado con los moriscos, demostrando públicamente un valor sin límites. Tanto es así, que sus hazañas pronto llegaron a oídos de la Corte y se tuvo a bien nombrar al joven con el empleo de alférez de fragata, iniciándose su carrera de corsario. Fue el primero de una larga serie de nombramientos como oficial de la Armada que, curiosamente, no venían acompañados de sueldo o derecho a pensión. Por ejemplo, el 21 de mayo de 1748 obtiene el tratamiento de teniente de fragata “con carácter de graduado”.

La tensa situación con el norte de África obligó a reunir fuerzas y allí estuvo el capitán Toni, al mando de cuatro jabeques que contaban con el apoyo de los América y Constante, y a las órdenes de Julián de Arriaga. Se extinguían los últimos meses del año 1748.

Toni se enfrenta el 16 de Noviembre del referenciado año a cuatro buques piratas entre Benidorm y Altea, hecho destacable durante todo un año de constantes enfrentamientos que se cerraría con su vuelta a la cubierta de su jabeque-correo para continuar con el negocio familiar.

Pero los berberiscos son insistentes concediéndole a Toni otra oportunidad de molerlos a cañonazos, como sucedió en el encuentro con dos galeotas argelinas en la desembocadura del río Llobregat el 13 de Junio de 1756. Su arrojo le valió la incorporación al Cuerpo General de la Armada como teniente de Navío con efectos de 30 de Junio de 1756.

En 1761 es nombrado capitán de fragata y recibe el mando de la fragata La Garzota, siendo que, entre 1762 y 1769, como comandante de jabeques reales, destruye diecinueve buques piratas y corsarios enemigos, hizo alrededor de 1.600 prisioneros y liberó a más de mil cristianos cautivos.

Pero sus logros no calan ante la desidia de otras potencias cristianas amenazadas por los piratas moros.

En 1769, a los cincuenta y un años, Toni es nombrado capitán de navío y seguirá en activo durante muchos años, participando en la campaña contra Argel organizada en 1775. El desastre en el apoyo del desembarco sobre la costa argelina fue enmendado por la intrépida acción del corsario y sus jabeques, de menos calado, aproximándose más a la ribera y permitiendo el reembarque de las tropas españolas. En recompensa, es nombrado brigadier ese mismo año.

1779 sería el momento para que el Jefe de escuadra Antonio Barceló bloqueara y tratara de rendir la plaza inglesa de Gibraltar. Contaba con una flota compuesta por un navío, una fragata, tres jabeques, cinco jabequillas, doce galeotas y veinte embarcaciones menores, pero se vio en la necesidad de improvisar  las conocidas cañoneras, botes protegidos, a remo de 56 pies de eslora y provistos de un cañón de 24 libras o morteros con sistema giratorio.

Aunque no fue suficiente, su bloqueo a Gibraltar fue visto con buenos ojos, siendo promovido una vez más en el escalafón de la Armada, ahora a teniente general, rango (aún no confirmado por el Rey) con el que se plantó de nuevo ante las costas argelinas el 26 de Junio de 1783.

Iniciándose las acciones hostiles contra la República Corsaria Argel a primeros de Agosto, tal fue el empeño español que Trípoli se rindió al comprobar los estragos entre sus vecinos, siendo éste el primer paso para el fin definitivo de la piratería berberisca.

Pero los argelinos no están por la labor de ceder, por ello en 1784 vuelven a reconstruir su plaza fuerte y a ampliar su propia armada. A ello responden los españoles plantándose de nuevo ante ellos el 10 de Julio. Tras dos días de silencio, de las bandas de los sesenta y siete buques de Su Católica Majestad comienza a brotar un nutrido fuego entre las 0830 del 12 de Julio y 0420 del siguiente día. Los cañones arrojan sobre las posiciones enemigas en la costa, en números redondos, 600 bombas, 1.440 balas de cañón y 260 granadas.

Tras castigar los puestos argelinos con más de 20.000 bombas, balas y granadas y gracias al escaso impacto de las defensas de costas sobre la flota sitiadora (53 muertos y 64 heridos), se alcanza un armisticio y se firma la paz el 14 de Junio de 1796 ante el Jefe de escuadra Mazarredo.

La piratería berberisca había dado sus últimos coletazos y la tranquilidad por fin descendió sobre el mar Mediterráneo, floreciendo de nuevo el comercio interior.

Bien se merecía ya el capitán Toni un descanso y el retiro, pero sus dotes de mando y navegación son de nuevo requeridas por el ministro de Marina Valdés en 1790. Se le necesitaba para socorrer a la asediada plaza de Ceuta y responder con firmeza sobre Tánger.

A sus 73 años, Barceló deja atrás Palma de Mallorca el 25 de Noviembre y llega a Algeciras el 7 del mes siguiente para tener conocimiento de que las hostilidades habían cesado, aunque acaban fracasando las negociaciones y, estallando oficialmente la guerra con Marruecos, el veterano corsario es apartado del mando supremo de la fuerza, aunque se le entrega como consolación la escuadra de Algeciras compuesta por las fragatas Perpetua y Santa Rosalía, de 34 cañones, los jabeques San Blas, San Leandro y África,  44 lanchas cañoneras-bombarderas repartidas en tres divisiones y una flotilla de buques menores.

La paz con el Sultanato llega el 12 de Junio de 1791 sin que Barceló pueda haber abierto fuego con tan solo uno de sus cañones.

Aún así, todos sabemos como fueron las relaciones con Marruecos. Pronto se reiniciarán los combates, pero Barceló quedará de nuevo al margen porque no era un oficial como los que formaban parte del Cuerpo General de la Armada; era un civil que había logrado el beneplácito de la Corte por sus hazañas y seguía siendo alguien sin derecho de cuna para acceder conforme las rígidas normas estamentarias.

Más cercano a los subalternos y marineros que a sus pomposos compañeros de oficialía de la Armada, Barceló caló hondo en la memoria cultural de Baleares y la costa mediterránea peninsular.

Falleció a los ochenta años en Palma de Mallorca un 30 de Enero de 1797 y se honra su memoria en el Panteón de Marinos ilustres de San Fernando, en la primera capilla del Este, con una lápida que lleva la siguiente y sencilla inscripción: “A la memoria / del Teniente general /Don Antonio Barceló”.



GALICIAN SEAS SHIPWRECKS se presenta en FITUR

En el día de ayer este proyecto se presentó en la Feria Internacional de Turismo, centrado en los pecios que se hayan en las aguas de la Costa da Morte.

Hace unos días ya nos hicimos eco de este proyecto, remitiéndonos a su web http://www.galicianshipwrecks.com/FinisterreShipWrecks/

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