El argumento se desviste por completo de su ropa de investigación policíaca para taparse con la del thriller y la novela de espías con una facilidad que asombra
El misterioso asesinato del especialista de sonar Bourke, problemático, chivato y con sospechosos vínculos con manifestantes contra las armas atómicas, lleva a la inspectora Amy Silva, de la policía de Glasgow, a tener que subir a bordo del submarino HMS Vigil, de la clase Vanguard y de disuasión nuclear, para esclarecer los hechos. Silva no lo tendrá nada fácil en su camino por varios motivos: chocará de frente con la hostilidad silenciosa de la tripulación, desde la base hasta la cúspide, su arisca personalidad y la forma de proceder no ayudarán a hacer amigos en los reducidos espacios habitables de la nave, y su propio trauma personal se reproducirá con dureza durante los episodios de claustrofobia, así como la ruptura sentimental con su última pareja, la también inspectora Kirsten Longacre, con la que mantenía una relación lésbica atípica, pues Silva no se considera homosexual (sigue leyendo)
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