FARO DE VIGO
El mar lanza un SOS
National Geographic estrena el 12 de diciembre un documental grabado en Vigo, Canadá e Irlanda sobre la protección de los océanos
MARÍA LÓPEZ "A todos nos gusta encontrar pescado en los mercados y en nuestras mesas, pero es necesario un control. A mí me encanta el atún, pero si puede desaparecer, me lo pienso. El mar tiene unos recursos limitados, es muy grande y por ello resulta muy fácil saltarse las normas, porque nadie te ve". Así expresa el fotógrafo Tino Soriano la necesidad de concienciar a la población de un consumo responsable de productos pesqueros y de respetar las tallas mínimas. Precisamente éste es el principal objetivo del documental "Historias del mar: protegiendo los océanos", una producción de National Geographic y del Ministerio de Medio Ambiente que ha sido rodada en Vigo (fundamentalmente en el Instituto Oceanográfico), en los grandes caladeros de Canadá y en los próximos a Irlanda. La cinta, de una hora de duración, se emitirá en exclusiva en National Geographic Channel el 12 de diciembre a las 21.30 horas.
Un amplio grupo de científicos (entre los que figuran Enric Sala y Alexandra Cousteau –nieta del francés Jacques Cousteau–) han protagonizado a bordo de los buques oceanográficos Miguel Oliver y Vizconde de Eza una expedición en alta mar durante dos meses bajo la mirada del fotógrafo catalán –de la revista National Geographic– Tino Soriano, que actúa de narrador e hilo conductor de la historia, a la que aporta sus propias instantáneas tomadas durante el viaje.
La producción muestra el trabajo que realizan los investigadores para conocer el estado biológico y ambiental de las profundidades del océano Atlántico. Para ello, han recogido muestras y "una pequeña cantidad de peces" para medirlos, pesarlos y clasificarlos con el objetivo de determinar nuevas especies invasoras, en peligro de extinción o cualquier otra alteración de la cadena trófica. En definitiva, de conocer si el mar goza de buena salud.
En este sentido, el productor ejecutivo del documental, Iván Bouso, considera que el medio marino "es un territorio en peligro y este trabajo pretende que todos hagamos algo para conservarlo tal y como es".
Pero ¿cómo garantizar la protección del ecosistema marino y al mismo tiempo la continuidad de la industria pesquera? Tino Soriano apunta a dos caminos para lograrlo. "Uno de ellos es el que sigue el instituto Oceanográfico de Vigo, que prepara especies para crecer en cautividad, como la merluza o el pulpo. Y son pioneros en el mundo", explica el fotógrafo mientras hace un inciso para tomar una imagen desde la ventana de un hotel en Madrid, donde ayer se presentó el documental. "La luz es perfecta", justifica.
Soriano cree que la otra vía para que puedan convivir la protección de los océanos y la pesca pasa por "evitar que se sigan dejando lugares arrasados de flora y fauna por las formas de pesca". "Sitios en los que antes había corales ahora son un desierto. También es cierto que hay profesionales que han abusado de la pesca utilizando artes que son reprobables, como la dinamita o redes demasiado pequeñas", esgrime el fotógrafo, quien apela a la vulnerabilidad del mar. "Es como un lugar impune. Su conservación es una batalla contra algo que la gente no ve. Igual que se declaran parques nacionales en tierra lo que se intenta es que se haga algo parecido en el mar: que los organismos competentes delimiten zonas con posibilidad de regenerarse y sean enclaves protegidos", manifiesta.
El profesional catalán insiste en que la idea "no es que no se pesque, sino que no se destruya". Durante su primer periplo por los caladeros internacionales, revela que uno de los marineros con los que habló le reveló que hasta el 70% de las especies que se capturan son devueltas al mar muertas porque no son comercializables. En Vigo, sin embargo, no les permitieron filmar imágenes de la descarga de pescado procedente del Gran Sol. "Fue una cosa curiosa, pero no nos dejaron grabar", concluye Soriano.
El mar lanza un SOS
National Geographic estrena el 12 de diciembre un documental grabado en Vigo, Canadá e Irlanda sobre la protección de los océanos
MARÍA LÓPEZ "A todos nos gusta encontrar pescado en los mercados y en nuestras mesas, pero es necesario un control. A mí me encanta el atún, pero si puede desaparecer, me lo pienso. El mar tiene unos recursos limitados, es muy grande y por ello resulta muy fácil saltarse las normas, porque nadie te ve". Así expresa el fotógrafo Tino Soriano la necesidad de concienciar a la población de un consumo responsable de productos pesqueros y de respetar las tallas mínimas. Precisamente éste es el principal objetivo del documental "Historias del mar: protegiendo los océanos", una producción de National Geographic y del Ministerio de Medio Ambiente que ha sido rodada en Vigo (fundamentalmente en el Instituto Oceanográfico), en los grandes caladeros de Canadá y en los próximos a Irlanda. La cinta, de una hora de duración, se emitirá en exclusiva en National Geographic Channel el 12 de diciembre a las 21.30 horas.
Un amplio grupo de científicos (entre los que figuran Enric Sala y Alexandra Cousteau –nieta del francés Jacques Cousteau–) han protagonizado a bordo de los buques oceanográficos Miguel Oliver y Vizconde de Eza una expedición en alta mar durante dos meses bajo la mirada del fotógrafo catalán –de la revista National Geographic– Tino Soriano, que actúa de narrador e hilo conductor de la historia, a la que aporta sus propias instantáneas tomadas durante el viaje.
La producción muestra el trabajo que realizan los investigadores para conocer el estado biológico y ambiental de las profundidades del océano Atlántico. Para ello, han recogido muestras y "una pequeña cantidad de peces" para medirlos, pesarlos y clasificarlos con el objetivo de determinar nuevas especies invasoras, en peligro de extinción o cualquier otra alteración de la cadena trófica. En definitiva, de conocer si el mar goza de buena salud.
En este sentido, el productor ejecutivo del documental, Iván Bouso, considera que el medio marino "es un territorio en peligro y este trabajo pretende que todos hagamos algo para conservarlo tal y como es".
Pero ¿cómo garantizar la protección del ecosistema marino y al mismo tiempo la continuidad de la industria pesquera? Tino Soriano apunta a dos caminos para lograrlo. "Uno de ellos es el que sigue el instituto Oceanográfico de Vigo, que prepara especies para crecer en cautividad, como la merluza o el pulpo. Y son pioneros en el mundo", explica el fotógrafo mientras hace un inciso para tomar una imagen desde la ventana de un hotel en Madrid, donde ayer se presentó el documental. "La luz es perfecta", justifica.
Soriano cree que la otra vía para que puedan convivir la protección de los océanos y la pesca pasa por "evitar que se sigan dejando lugares arrasados de flora y fauna por las formas de pesca". "Sitios en los que antes había corales ahora son un desierto. También es cierto que hay profesionales que han abusado de la pesca utilizando artes que son reprobables, como la dinamita o redes demasiado pequeñas", esgrime el fotógrafo, quien apela a la vulnerabilidad del mar. "Es como un lugar impune. Su conservación es una batalla contra algo que la gente no ve. Igual que se declaran parques nacionales en tierra lo que se intenta es que se haga algo parecido en el mar: que los organismos competentes delimiten zonas con posibilidad de regenerarse y sean enclaves protegidos", manifiesta.
El profesional catalán insiste en que la idea "no es que no se pesque, sino que no se destruya". Durante su primer periplo por los caladeros internacionales, revela que uno de los marineros con los que habló le reveló que hasta el 70% de las especies que se capturan son devueltas al mar muertas porque no son comercializables. En Vigo, sin embargo, no les permitieron filmar imágenes de la descarga de pescado procedente del Gran Sol. "Fue una cosa curiosa, pero no nos dejaron grabar", concluye Soriano.
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