martes, junio 30, 2015

Guardia de literatura: “Amsterdam Solitaire” de Fernando Lalana

No soy de los que gusta poner la mano en el fuego por nada ni por nadie. Por eso no afirmaré que es la primera vez que me encuentro con una obra de Fernando Lalana, veterano escritor zaragozano, especializado en literatura infantil y juvenil (más de ochenta obras a sus espaldas), pues en mis tiempos de Barco de Vapor es posible que acabara devorando alguna de sus obras.

De este libro —que cuando lo cogí de la estantería no reparé para nada en la franja de edad inicial para es que está realizado—, mi primer (y puede que último) encuentro con el detective privado Fermín Escartín, lo que me atrajo fue la sinopsis de contraportada bastante concisa y atrayente. Un gran trabajo en ese aspecto y que se extiende a los resúmenes de otras obras relacionadas en las solapas. Degusté esa especie de conjura inicial de cuatro empresarios decididos a fabricar algo extraordinario y la inclusión de los términos venganza y robo en el texto. Quizá lo que quería era volver al campo del misterio y la intriga policíaca con algo ligero; también sumergirme en los mares que crea este autor, otro individuo que ha conseguido dejar atrás el gris mundo de la báscula y la espada y se ha dedicado a crear literatura.

Sin embargo, la toma de razón de este libro, quizá no muy dirigido a un público de mi edad (a partir de 12 años), me ha dejado bastante descolocado. Apenas 201 páginas a letra bien grande que se leen en un pis-pás, divididas de forma estrafalaria en capítulos cortísimos, cercenados en otros subcapítulos cuyos títulos, en ocasiones, parecen ser de mayor longitud que el propio texto que encierran. Sin saber si es su estilo habitual o que lo veo como el carcamal que ya soy, ahí lo dejo.

Un error bastante particular que atenaza la propia narración es que se entrecruza la narración en omnisciente y en primera persona. No es la primera vez que me encuentro con esta particular forma de presentación, que no es errónea en sí, sino que lo que no cuadra es que haya dos personajes, el protagonista y uno que pasa a ser muy secundario, que narran sus respectivas partes en primera persona. Que Fermín Escartín lo haga tiene su lógica, pero no Carlos Martínez, cuya participación (y narración propia) es casi anecdótica.

Respecto a la trama en sí, el interés que provoca el anhelo de crear algo único y la perspectiva de resolver un robo que se presenta como imposible, mantiene al lector en su sitio, pero es una auténtica lástima que Escartín, un tipo con una muy pobre opinión de sus capacidades detectivescas, resuelva el asunto en cara y media tras una ducha. Demasiado simple y una investigación nula que empobrece la experiencia de la lectura.

Año: 2011
Editorial: Bambú (Grupo Ed. Casals)
Resumen: Pese a las impresionantes medidas de seguridad que la rodean, alguien consigue robar la "Amsterdam Solitaire", la estilográfica más cara del mundo, la misma noche de su presentación mundial en Zaragoza.
ISBN: 978-84-8343-128-3
Edad: Desde 12 años
Ilustrador: Sin ilustración
Género: Intriga
Colección: Exit DETECTIVE FERMÍN ESCARTÍN

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