Las fuerzas navales de la OTAN se someten al examen más exigente
REDACCIÓN > FERROL
Los buques de guerra que recalaron el pasado fin de semana en Ferrol -su presencia se hizo notar en las calles y, sobre todo, en la vida nocturna de la ciudad- están inmersos ya en el ejercicio Loyal Mariner, que hasta el día 27 los enfrenta a ficticias acciones de sabotaje y terrorismo en el Atlántico.
El ejercicio Loyal Mariner se desarrolla en un amplio escenario del Atlántico frente a las costas gallega y portuguesa, con la participación de 22 buques, 20 aeronaves embarcadas y 2.500 marinos de 12 países. Allí están el portaaviones “Príncipe de Asturias”, el buque de asalto anfibio “Castilla”, las fragatas “Blas de Lezo”, “Vasco de Gama” (portuguesa), “Lamotte Piquet” (francesa), “Nicholas” (norteamericana), “Luevebeck” (alemana), “Skade” (danesa), “UUsimaa” (finlandesa) y “Tronto” (canadiense); un submarino noruego y otro inglés, siete cazaminas y los buques de aprovisionamiento “Patiño” y “Marqués de la Ensenada”, que forman la flota que, junto con varias aeronaves de la Armada, se enfrentan a un escenario ficticio de crisis internacional. El Loyal Mariner es un ejercicio en el que no existe ningún conflicto armado abierto ni un frente establecido, lo que hoy en día se conoce como “guerra asimétrica”. El adiestramiento es para las unidades y también para los estados mayores y se configura como el “examen final” de la Agrupación Naval Permanente n°1 de la OTAN (SNMG-1), actualmente bajo mando español, que durante los próximos meses estará “de guardia” como fuerza de respuesta rápida de la OTAN. El Cuartel General de la Armada invitó ayer a los medios de comunicación a asistir durante varias horas, a bordo del buque “Castilla”, a una exhibición del trabajo que se desarrolla en el marco de los ejercicios. En ella participaron el “Príncipe de Asturias”, con sus “Harrier” embarcados, y la fragata “Blas de Lezo”. Consistió, fundamentalmente, en un simulacro de evacuación de víctimas civiles en situación de emergencia.
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