jueves, octubre 09, 2008

En demanda del puerto de Saint Helier

Con derrota hacia la capital del Bailiazgo de Jersey, dejamos a popa Brest tras despedirnos de su vida siendo vigilados por las piedras del castillo de Point des espagnoles y el faro de Portzic. Salimos hacia la mar y el faro de Saint Mathieu nos avisa de que nos acercamos al punto en el que tenemos que poner rumbo N. Les Pierres Noires quedan por el través de babor, al igual que Sette Isole, mientras que a estribor la costa baja y verdosa de la Bretaña: Kermorvan, Ruscumunoc... Pero alejados de ella ya que hay verdaderos dientes que salen del mar para destrozar los cascos de los buques desprevenidos.

A la altura de donde naufragó el petrolero Amoco Cádiz en 1978 tomaremos el rumbo NE, contemplando la contínua línea de costa con sus faros y sus irregulares islotes como las Septe isles, frente a Tregastel.

En el momento en el que aparezca en nuestros catalejos Sillon de Talbert, es hora de prepararse ya que tendremos enfrente Jersey, una de las islas del Canal.

Antes de fondear en la Bahía de St. Aubin, bajo las miradas del castillo de Elizabeth, al que se puede llegar a pie con marea baja por un camino, o motorizado por medio de un paddel duck (un autobus que también es lancha), a babor, ante Noirmont, podríamos sentirnos acongojados ante las estructuras defensivas nazis de la II GM (durante casi toda la guerra) que aún se mantienen intactas que una vez formaron parte del Muro Atlántico. Cañones y bunkers dormidos que, curiosamente, apuntan a la antigua base corsaria de Saint Malo.

Saint Helier es la capital de Jersey y da nombre a una de sus parroquias. Los primeros asentamientos ya datan de la época romana y adopta tal denominación a cuenta de un santo mártir local que, lógicamente, se llamaba Helier y que era un ermitaño que vivió hacia el s. VI d. C.

En el s. XII se comienza la construcción de una abadía en L´Islet, pero se acabó fortificando y nombrándose Elizabeth Castle en el s. XVII, el cual no deja de llamar la atención. De ahí una Historia entre dos aguas: las británicas y las francesas, con batallas épicas como la que se fraguó en Royal Square o, como ya comenté, con la ocupación nazi.


1 comentario:

Gonxalo Oyanedel dijo...

Estar ahí. Sólo eso... estar ahí.