domingo, octubre 23, 2011

Discurso de celebración del Quinto Aniversario de El Navegante del Mar de Papel

Compañeros, forasteros de tierras lejanas… Amigos de siempre.

Tenía 25 años y estaba perdido. Una sensación conocida. Aún me sigo perdiendo en demasiadas ocasiones.

Sería casi imposible explicar como creé en aquel instante, -sin aviso previo, como pasa todo en mi vida creativa-, este blog al que muchos le seguís la estela desde hace mucho tiempo. En un día tal como hoy hace cinco años comenzaba este blog a existir. Por supuesto, no era domingo.

Aquella mañana solo yo asistí a su botadura y lo vi deslizarse hasta el agua casi desnudo, con nada que lo diferenciara de los demás, sin que nadie supiera de él y con mi deseo de que fuera únicamente un catálogo de billetes de banco relacionados con aquello que amamos: el mar. Bien podría decir que se deslizaba por los raíles con más miedo que vergüenza.

Fue el primer post... Este en el que escribo este discurso es el 2.563.

Las primeras jornadas fueron frenéticas, queriendo aprender el funcionamiento de todo lo que tenía, a golpe de teclado y ratón. También buscaba gente afín a tal gusto notafílico. Ni me di cuenta de que en la dirección URL había escrito al registrarlo “navengantedelmardepapel” en vez de “navegantedelmardepapel”, pero, para entonces, lo dejé estar y jugué con que la “N” extra era de Notafilia, cosa que no era del todo falsa.

Esto ya lo sabéis.

Publicaba demasiado rápido y sobre algo tan especializado que veía que el blog seguía estando tan desnudo interiormente como lo estaba en cuanto a su apariencia exterior. Era el momento de lanzarse a otros mares y dejar atrás la costa natal. Con el paso de los meses comenzaron las noticias del mundo náutico y naval, mientras la plantilla original, su pintura, desaparecía. Atrás quedó la imagen de aquel faro.

Luego llegaron los apuntes y curiosidades... Hasta las mismas sirenas que de tanto éxito parecen disfrutar entre éstas ya veteranas cuadernas.

Han sido años de altibajos personales de los que se ha visto afectado el propio ENMP. Ha habido de todo, con sinceridad, aunque cause vergüenza. Hasta el temor y anhelo de abandonar, pero si algo he aprendido es que la derrota autoimpuesta tiene que ser borrada de nuestro diccionario. Pero, (¡maldita sea!), la tinta con la que ha sido impresa no es fácil de eliminar.

Cuesta mantener este ENMP, pero valió, vale y valdrá la pena.

Cinco años ya y parece que no hubiera transcurrido ni la mitad de ese tiempo. Sé que es un portal hacia una excelencia. Tiene que ser. No puedo recorrer nuevamente los mismos pasos, sobre todo los amargos.

Aunque ya lo he dicho en bastantes ocasiones, lo mejor de este blog es toda esa gente que se ha ido enrolando día a día y que me ha ofrecido su amistad y sus consejos, su forma de vivir y sus aficiones. Ellos forman la brisa que impulsa este buque. Hasta gracias a estas personas he podido alcanzar muchas metas inconcebibles para mí hasta hace no tanto tiempo.

Sin duda esto ha sido lo mejor y el haber compartido con tod@s vosotr@s esto cinco años.

¡SALUD!

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