Título original: “I Was a Male War Bride”. USA 1949. 103 Min. Género: comedia romántica. B/N. Director: Howard Hawks. Interpretación: Cary Grant, Ann Sheridan, Marion Marshall, Randy Stuart, Bill Nef. Guión: Henri Rochard.
Bien podría pensarse, en un principio, que estamos ante una versión de los años ´40 de los personajes de Benedicto y Beatriz (“Mucho ruido en pocas nueces” de W. Shakespeare), en la Alemania de la recién estrenada posguerra. Cary Grant interpreta a Henri Rochard, un capitán de la Comisión económica francesa y Ann Sheridan a Catherine Gates, una teniente americana del WAC (Cuerpo femenino del Ejército) que, siempre obligados a trabajar juntos, diríase que se llevan a matar como aquellos dos que he mentado antes y que salieron de la mente del auto de Straton on Avon.
Tras una larga serie de peripecias en el interior de Alemania, a cada cual más desternillante y extravagante, se termina por cumplir la última misión del capitán Rochard antes de ser licenciado del Ejército, que no es otra que entregar documentos y pasaje para que un científico de la zona conquistada acabe trabajando para Francia. Mientras, algo surge entre los dos protagonistas sin necesidad de que ningún D. Pedro planee ni pretenda jugar a ser Cupido.
A partir de ahora es cuando ambos se tienen que enfrentar a la burocracia militar, comenzando con casarse como es debido. Tras semanas y semanas, conseguirán contraer matrimonio nada más ni nada menos que tres veces por distintos motivos. Pero tanta celebración no dará lugar a una noche de bodas normal... Exigencias del servicio.
Sin embargo, el clímax llega cuando se topan con un supuesto no contemplado en la Ley de inmigración de cónyuges de guerra de personal militar americano: nadie se había molestado en creer que sería necesario regular el aspecto de que el cónyuge de guerra fuera un hombre y que el miembro del personal militar fuera una mujer.
La película, aparte de reírse de diversas “manías” militares como la de denominar a todo por siglas, llegando a obligar al capitán Rochard hasta a tratad de traducir “LADIES” como si fuera un departamento más dentro de la organización castrense y no como lo que era: un cuarto de baño para mujeres.
Se inicia con una pequeña guerra de sexos y de una situación que, aunque absurda, tiene todos los visos de que tenga una base real.
No defraudará a los amantes de las comedias en B/N, con diálogos rápidos y cargados de frases ingeniosas y mordaces.
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