lunes, abril 21, 2014

21 de Abril de 2014

LA OPINIÓN


El Súper Puma del Servicio Aéreo de Rescate fue hallado por un robot a 2.362 metros de profundidad con los cuatro tripulantes fallecidos dentro

F. Canellada / F. Marimón 21.04.2014 | 02:20

La empresa Phoenix International, contratada por el Ministerio de Defensa, intentará hoy recuperar los restos del helicóptero del Servicio Aéreo de Rescate (SAR), localizado ayer a 2.362 metros de profundidad con los cuatro miembros de su tripulación en el interior. No obstante, el deterioro de los cuerpos y de la aeronave, tras un mes en el fondo del mar desde que el pasado 19 de marzo se produjera el accidente a 34 millas del sureste de Gran Canaria, complican las labores de rescate y la recuperación de los restos de los fallecidos. 
El Súper Puma del SAR fue hallado a las tres de la madrugada del domingo por el robot Rémora II, embarcado en el buque EDT Ares, en una cuadrícula de una milla de donde se produjo el siniestro, indican fuentes del Ministerio de Defensa.

Las imágenes obtenidas por este vehículo de la empresa Phoenix International reflejan que en el interior de la aeronave se encuentran los cuerpos de los cuatro militares fallecidos en el accidente, el capitán Daniel Pena, los tenientes Carmen Ortega y Sebastián Ruiz, y el sargento Carlos Caramanzana.

Se mantienen así gracias a la equipación militar, según fuentes del Mando Aéreo de Canarias consultadas por la opinión. El operativo que coordina el Ejército del Aire evalúa las posibilidades sobre el rescate dada la profundidad de los restos, si bien la empresa estadounidense tiene una amplia experiencia en este tipo de operaciones y hasta ha llegado a 6.000 metros de distancia.

El robot Rémora II inició las labores de localización el pasado 16 de abril, fecha desde la que ha realizado una intensa búsqueda día y noche de los restos del aparato siniestrado y de sus ocupantes. Desde Defensa se calcula que ha podido barrer más de tres millones de metros cuadrados.

El buque EDT Ares y Phoenix International se encontraba la pasada semana en aguas del Mediterráneo, a la altura de las Islas Baleares, y se sumó al dispositivo de búsqueda el pasado miércoles tras ser contratado por el Ministerio de Defensa. Previamente, desde el 11 de abril trabajaba entre Fuerteventura y Gran Canaria el buque científico de la Armada Malaspina que comenzó a sondear los fondos marinos al no poder hallar en la superficie los restos del aparato siniestrado.

Los familiares de los cuatro tripulantes desaparecidos han estado informados en todo momento del desarrollo de esta operación.

El jefe de la Comisión de Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares (Citaam) viajó ayer a Las Palmas de Gran Canaria, junto a su equipo de investigadores, todos ellos pertenecientes al Ejército del Aire, para proceder a los análisis pertinentes si finalmente se logran recuperar los restos del siniestro.

El helicóptero, un Súper Puma del 802 Escuadrón, con base en Gando, se estrelló contra el mar a entre Gran Canaria y Fuerteventura sobre las 21.55 del pasado 19 de marzo. Las causas aún se desconocen. El siniestro se produjo cuando se efectuaban unas prácticas de evacuación nocturna de personal mediante su izado en grúa desde el patrullero Meteoro, de la Armada Española.

Según manifestó el ministro de Defensa, Pedro Morenés, el helicóptero siniestrado había pasado todas las inspecciones reglamentarias y estaba en perfectas condiciones para el vuelo. De hecho, la última revisión se produjo el 14 de marzo, con 7.839 horas de vuelo realizadas.
Durante las maniobras se perdieron comunicaciones entre el buque y la aeronave y se iniciaron las labores de búsqueda, en las que inicialmente participaron el propio buque y un avión D-4 (CN-235) del mismo Servicio de Búsqueda y Salvamento. El sargento de Telde, Johnander Ojeda, fue el único miembro de la tripulación localizado y rescatado en buen estado de salud. Según explicó, la aeronave entró en contacto con el mar y se hundió.

Los tripulantes de helicóptero tenían todos una amplia experiencia en estas maniobras y operaciones. Varios de los desaparecidos habían participado en misiones el Afganistan.

El capitán Daniel Pena, militar que siguió la tradición paterna y deportista de alta dedicación, de 36 años, era el más veterano. Natural de Vitoria, estaba casado, y contaba en su currículum con más de 1.700 horas de vuelo. Se crió en el barrio coruñés de Castro y participaba en competiciones de triatlón. Llevaba apenas un año en el Archipiélago.

La teniente Carmen Ortega, de 36 años, granadina, dejó su carrera de profesora y se puso el uniforme de militar. Superaba las 1.400 horas de vuelo, lo que le sirvió para estar reconocida como una de las más expertas pilotos del 802 Escuadrón. Su compañero, el sargento Sebastián Ruiz Galván, de 29 años, era un apasionado del mundo del motor y del motociclismo. Estuvo dos veces en Afganistán y en su currículo de piloto consta que superó las mil horas de vuelo.

El sargento Carlos Caramanzana, de 31 años, era natural de Valladolid y uno de los dos mecánicos que viajaban a bordo del helicóptero con un amplio historial de servicios en el SAR y 800 horas de vuelo. El sargento Johnander Ojeda, que fue rescatado, tiene 26 años y es el único canario de esta expedición.

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