jueves, octubre 09, 2014

9 de Octubre de 2014

EL CONFIDENCIAL


El submarino S-80, o Isaac Peral, que la empresa estatal Navantia construye para la Armada española, ha resuelto sus problemas de sobrepeso, pero sigue sin solventar el de la propulsión. Ya flota pero no se aclara el punto fundamental de cuánto tiempo puede estar bajo el agua sin emerger. En fuentes de Defensa confirman el nuevo retraso de su entrega, ahora hasta 2018, como adelantó El Confidencial.

Navantia ya ha dado por terminado el trabajo de rediseño del submarino para afrontar el problema del sobrepeso (una desviación del 8%) descubierto en 2012. Previa consulta con la empresa especializada norteamericana Electric Boat, que cobró por su dictamen 204 millones de euros aportados por el Ministerio de Industria, se alargará el casco siete metros sobre los 71 con que contaba el proyecto original. Así se logra compensar las 75 toneladas que sobraban a la nave.

El obstáculo ahora está en el sistema de propulsión. El S-80 será el submarino más avanzado y con más prestaciones del mundo que no recurre a la energía nuclear, pero cuando esté terminado. El desarrollo de la alternativa añadida al motor diésel y eléctrico tradicional se ha retrasado más de lo previsto en la innovación principal: el sistema de propulsión anaerobio o plataforma independiente de la atmósfera (AIP).

Abengoa es la empresa encargada de suministrar esa AIP, la clave para que el Isaac Peral pueda navegar hasta entre 15 y 20 días sin necesidad de emerger ni acercarse a la superficie, algo que sólo es posible hasta ahora para los submarinos nucleares.

En Defensa admiten sus quejas con la citada empresa, aunque ha alcanzado algún “hito” en los últimos meses en el paso de producir hidrógeno a partir de bioetanol. Pero falta por resolver cómo acoplar el mecanismo dentro del casco del S-80.

Ante el estancamiento del problema del propulsor, Navantia recurrió antes del verano a la ayuda de otra empresa de ingeniería especializada en el sector del petróleo y el gas, Técnicas Reunidas. En Defensa consideran esa cooperación una especie de “plan B” para sacar adelante el programa del submarino, pero en la compañía estatal prefieren hablar de cooperación y confían en que entre ambas, Abengoa y Técnicas Reunidas, resuelvan en breve el problema de la AIP.

De momento, la fecha para que los S-80 estén listos se ha retrasado hasta 2018 con el consiguiente problema añadido para la operatividad de la Armada, que contaba en sus planes con poder relevar a los actuales submarinos en servicio a partir de 2013.

Los Presupuestos Generales del Estado para 2015 incluyen una partida de 205 millones de euros para el programa del Isaac Peral, que consta de 4 unidades. El techo de gasto previsto en inicio fue de 2.135 millones de euros, pero los retrasos y gastos imprevistos hacen imposible aún calcular el coste final, según admiten en fuentes de Defensa. Cuando se acerque la fecha de entrega del primer Isaac Peral, el Gobierno tendrá que decidir si aumenta ese techo de gasto o se conforma con tres submarinos. 

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