Título original: «Jersey Boys». 2014. EEUU. 2 h y 14 min. Biopic. Dirección: Clint Eastwood. Guión: Marshall Brickman, Rick Elice. Elenco: Vincent Piazza, John Lloyd Young, Steve Schirripa, Christopher Walken
Eastwood presenta un biopic de una forma que capta la atención del espectador, llegando a momentos de gran intensidad, aderezados con unas canciones que siempre han sonado en el fondo, que conocemos, que hemos tarareado de forma inconsciente, pero que nunca nos hemos aprendido
Eastwood presenta un biopic de una forma que capta la atención del espectador, llegando a momentos de gran intensidad, aderezados con unas canciones que siempre han sonado en el fondo, que conocemos, que hemos tarareado de forma inconsciente, pero que nunca nos hemos aprendido
Cuando se encuentra a Clint Eastwood vinculado a una película de este tipo puede sorprender tanto como cuando le vimos compartiendo pantalla con Meryl Streep y con un ramillete de flores silvestres venenosas entre las manos. Bueno, quizá ahora no tanto, pero «Jersey Boys» sigue siendo uno de esos títulos que parecen no formar parte de la guía de una ciudad de cine muy particular, con la que se visitan calles sin nombre.
Esta cinta que hoy reseñamos es la adaptación de un musical de Broadway, de idéntico título, que capturó toda la atención del Eastwood director. Cuando asistió a una representación de dicha obra, sin albergar muchas esperanzas y con escasas ganas de sentarse en la mullida butaca, salió de la sala entusiasmado ante lo que había presenciado. Yo, como Eastwood, tampoco es que me sintiera muy atraído por el argumento, igualmente por el mismo motivo de que la música que sonaba no es de mi gusto. Pero la historia que cuenta en sí, bien merece que le prestemos atención; no porque nos pueda parecer incluso simpática la irrupción o intervención providencial de la mafia italiana en la vida del cuarteto musical “Four Seasons”, sino porque el relato se presenta de una forma que capta la atención del espectador, llegando a momentos de gran intensidad, aderezados con unas canciones que siempre han sonado en el fondo, que conocemos, que hemos tarareado de forma inconsciente, pero que nunca nos hemos aprendido.
Siendo desconocedor por completo del desarrollo argumental y del libreto del musical, no puedo saber qué paralelismos y licencias hay entre Broadway y Hollywood con «Jersey Boys», pero eso no me frena a la hora de compartir mis impresiones: quizá lo que más me ha gustado es la intervención de varios de los protagonistas en calidad de narradores, no en off, sino manteniendo un contacto directo con el público. Es un magnífico recurso, pero durante un momento largo del último cuarto, dicha narración se queda eclipsada, desaparece tras haber sido constante, para, luego, reaparecer de forma un tanto abrupta. Algo parecido a lo que le ocurre a la narración, en esta ocasión en off, del filme «El perfume» (año 2006).
La interpretación que se despliega por parte de todo el elenco me parece perfecta, en su justa medida; aunque no termino de ver a Christopher Walken de mafioso italiano, por la simple razón de que no se parece a un italiano ni en lo blanco de los ojos, mas siempre es un placer contar con su presencia y arte en pantalla.
Eastwood en ningún momento olvida que su cinta ha nacido de entre las tablas de un teatro y se agradece ese empeño sutil de homenaje, mientras nos va guiando a lo largo de la vida irrepetible de uno de tantos grupos musicales de esa etapa de oro en la que lo que triunfaba la calidad, nada que ver con lo que venimos sufriendo desde hace ya demasiados años. La película supera ampliamente las dos horas de duración, pero hacia el final nos vemos atropellados por la falta de fondo argumental, caminando, cuando no corriendo, sin nada firme bajo nuestros pies, sobre todo tras el fallecimiento de Francine, una de las hijas de Frankie Valli. Esto último es algo que no sé a qué o a quién achacar, pero está ahí, privándonos de varios personajes, que desaparecen entre el humo del truco de magia cinematográfico, hasta que los “Four Seasons” se reencuentran cuando acceden al Hall of Fame.
El punto a esta obra firmada por Eastwood lo ponemos calificándola con un suficiente alto, aunque no nos haya entusiasmado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario