martes, noviembre 11, 2014

Guardia de literatura: “El talento de Mr. Ripley”, de Patricia Highsmith

Thomas Ripley es un individuo bastante difícil de clasificar. Por un lado, no resulta extraño llegar a la conclusión de que es un psicópata desbordado por los complejos y las dudas; hasta podría estar dotado de ciertos rasgos propios de una persona bipolar. No parece caber en él más sentimiento de culpa que aquel que nace de la innecesariedad de algunas de sus acciones y del fastidio al comprobar que los eventos podrían haberse desarrollado de una forma menos mezquina. 

Ripley es un Don Nadie que reside en Nueva York y que se ha especializado en la invención de anécdotas, relaciones y hasta trabajos inexistentes. Incluso juega a las estafas, aunque nunca ha sido capaz de llevarse el dinero de nadie al bolsillo. Y tan bueno es en eso de crear mentiras que hasta él mismo termina por creérselas, virtud que le permitirá vivir una extraña aventura en la que el lujo, el asesinato y el miedo constante a ser descubierto será la tónica. Y es que Ripley quiere ser libre, algo que no logra conseguir hasta mediada la trama (o eso cree él).

La novela, ambientada casi en su totalidad en pueblos y ciudades de Italia, sirve para mostrar la despreocupada vida de los jóvenes y acomodados estadounidenses en una Europa llena de cicatrices invisibles y que parece rendirse a sus pies entre Martinis y Penrods. Son los años 50.

Una vida que también Ripley quiere para él; así que no dudará en aprovechar cualquier cambio en su Suerte.

Una tarde cualquiera, es asaltado en un bar por Herbert Greenleaf, un magnate neoyorquino, y recibe de éste el encargo de viajar hasta el pueblo costero de Mongibello para convencer a Dickie, su caprichoso y díscolo hijo, de que “se deje de pájaros” y vuelva al redil. Pero Ripley pronto se dará cuenta de las posibilidades de su nueva situación, que le permitirían vivir lejos de un país asfixiante y lleno de deprimentes recuerdos. 

El dinero de Mr. Greenleaf primero y el de Dickie después, es suficiente pasaporte para viajar a un futuro mejor, dando lo mismo si el joven adinerado lo mantiene despreocupadamente como amigo o si Ripley lo asesina y asume su personalidad robándole todo.

Tras el primer capítulo, que te atrapa de una manera un tanto inquietante, el libro deja transcurrir pasajes carentes de interés hasta que Ripley comienza a maquinar, cosa que no ocurre hasta terciada la trama. A partir de entonces, las mentiras se irán acumulando, formando un castillo que ora es de naipes, ora de firme roca. El terror de Ripley a ser descubierto llega a ser una constante que entra en juego con una seguridad en sí mismo que a veces ralla lo absurdo. 

La polémica autora estadounidense Patricia Highsmith ha pasado a la Historia de la literatura por sus atormentados personajes y los escenarios en los que representan sus papeles. Aún permitiendo contados puntos de luz, los sentimientos oscuros son los que predominan en sus cuartillas. Y, claro está, esta novela es un vehículo al que Highsmith no duda en llenar de ideas homófobas y misóginas, no habiendo, no obstante, nada contra los judíos, pero sí contra los latinos.

Resulta ser ésta una historia interesante; bastante única, si nos vale la expresión, y en la que Ripley es lo único que interesa, ya que el resto de personajes, aunque dotados de cierta importancia, no dejan de ser simples dianas para que el protagonista principal clave en ellas sus miedos y prejuicios.

Lo más destacable de la narración es la capacidad de Highsmith para imprimir en papel la tensión y desasosiego del asesino según el peligro se acerque o se aleje de él.

ISBN: 9788433902993

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