Cuarta película dirigida por Roland Emmerich, a medio caballo entre el género policíaco y de prisiones en una atmósfera de ciencia ficción industrial, muy tributaria de la obra de Ridley Scott
En un futuro lejano (a fecha de su estreno y no ahora), en el año 2038, los recursos mineros de la Tierra se habrán agotado y las compañías se lanzarán al espacio a tomar posesión y explotar cuantos cuerpos celestes estén a su alcance. Las tácticas mercantiles contra la competencia no serán precisamente compasivas, formando ejércitos privados de hombres y/o robots y organizando y ejecutando ataques militares contra las estaciones “enemigas” y expulsar a la empresa contraria de dicho terruño abandonado de la mano de Dios. Pocos supervivientes quedarán tras cada incursión (sigue leyendo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario