miércoles, abril 02, 2008

2 de Abril de 2008

REPORTAJE DE MONTSE MAYORAL

Navantia no sólo exporta buques militares. Resulta que la estrecha relación de colaboración que tradicionalmente ha mantenido la empresa naval con la Armada Española es un modelo de trabajo que despierta admiración en el extranjero. Prueba de ello es la visita que ayer realizó el secretario de la US Navy, Donald Winter, al astillero ferrolano. El estadounidense vino para conocer de cerca el citado matrimonio.

La Armada Española está casada con los astilleros públicos de forma natural y casi innata. Habría que remontar el inicio de su relación al mismo origen de la ciudad de Ferrol, en el siglo XVIII, cuando por mandato real se constituyen los Arsenales y, para ellos, los astilleros que fueron conocidos como “la Constructora” hasta que en 1947 nace Bazán, nombre con el que, pese al largo camino recorrido, muchos ferrolanos siguen y seguirán llamando a la firma. Vino Izar y después la actual Navantia, una empresa con sólo cuatro años de andadura que ha heredado tres siglos de tradición en la construcción naval. Durante todo este tiempo, la relación con la Armada Española ha sido siempre modélica.

Los ingenieros de Navantia y los militares de la Armada viven su estrecha vinculación como algo cotidiano. Sin embargo, la fluidez de relaciones no deja de sorprender en el extranjero y, sin ir más lejos, ha dejado de piedra a los marinos y técnicos australianos, que recientemente se convirtieron en socios de la firma española en el desarrollo de dos importantes contratos. Por lo que se ve, el modelo ha despertado también el interés de los Estados Unidos.

El astillero ferrolano recibió en la mañana de ayer la visita del secretario de la US Navy, la Armada estadounidense, Donald Winter, que eligió esta escala para poner fin a una gira internacional que lo llevó también en los últimos días a Israel y la India. Estuvo en la factoría acompañado por el embajador de Estados Unidos en España, Eduardo Aguirre; por el presidente de Navantia, Juan Pedro Gómez Jaén; el director del centro, Ángel Recamán; el almirante jefe de Apoyo Logístico (AJAL), Miguel Ángel Beltrán Bengoechea; el almirante jefe del Arsenal de Ferrol, Francisco Cañete Muñoz, y el almirante director de Construcciones de la Armada (ADIC) José Manuel Sanjurjo Jul. Así pues, la comitiva “mixta” que recibió a Donald Winter representaba a la perfección lo que había venido a buscar y pudo explicarle, de primera mano, el “knowhow” de nuestra industria militar.

Estados Unidos, pese al poderío de sus fuerzas armadas y a la fortaleza de su industria y su tecnología, no ha llegado nunca a desarrollar un trabajo conjunto tan estrecho, posiblemente por la dispersión de las empresas del sector de la construcción militar. En España, sin embargo, la Armada ha participado activamente en el desarrollo de todos los buques militares de Navantia, una experiencia que ha contribuido a mejorar su resultado.

La simbiosis entre ambas partes contribuyó recientemente a quitar de las manos a una empresa estadounidense, la Gibbs and Cox, el contrato del diseño de tres destructores para Australia. Fue determinante para ello que la Armada Española enviase hasta el puerto de Sydney a la fragata “Álvaro de Bazán”, en su primera vuelta al mundo, para mostrar allí, en vivo y en directo, las posibidades del modelo F-100 y sus ventajas frente a otras opciones.

Winter terminó en la ciudad su breve visita oficial de dos días a España. En la misma se incluyó también, durante la tarde del lunes, una recepción del Rey Don Juan Carlos en el palacio de la Zarzuela. En este encuentro, el estadounidense estuvo acompañado por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz, y por el embajador de su país, Eduardo Aguirre.


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