viernes, febrero 20, 2009

20 de Febrero de 2009

M.F.G. > FERROL

Los buques con base en Ferrol han comenzado a movilizarse para cumplir con sus compromisos con la OTAN. Mientras la F-103 “Blas de Lezo” ha zarpado ya para unirse a la agrupación SNMG-1 de la Alianza, el “Patiño” y la F-104 “Méndez Núñez” están a punto de partir al Mediterráneo.

Las primeras citas del calendario internacional para las fragatas y otros buques militares con base en Ferrol han llegado. Varias son las unidades que estos días han partido o están a punto de hacerlo para incorporarse a operaciones y adiestramientos en el seno de las fuerzas de la OTAN.

Tal es el caso de la F-103 “Blas de Lezo”, que el pasado fin de semana zarpaba para incorporarse a una de las agrupaciones navales permanentes de la Alianza, la SNMG-1, con una dotación de 201 personas.

Se trata de una fuerza bien conocida para las F-100. Precisamente el pasado año, durante el mando español de esta agrupación, tres de ellas ejercieron como buques insignia, entre ellas la “Blas de Lezo”, que en marzo relevó a la “Álvaro de Bazán”, hasta que en junio fue sustituida por la “Almirante Juan de Borbón”.

Durante el presente ejercicio, la “Blas de Lezo” tendrá ocasión de participar, junto con los otros buques de la SNMG-1, en la Operación Perla, que les llevará hasta el Índico. Tras un periodo de entrenamiento inicial, la travesía, que se desarrollará desde marzo hasta julio, comenzará en aguas del Mediterráneo y llegará hasta Australia, según han confirmado fuentes de la Armada.

Se trata de la primera vez que esta agrupación viaja al sudeste asiático, una zona geográfica que va más allá de las tradicionales áreas en las que opera la Alianza Atlántica. Como recordó en enero su actual comandante, el portugués José Domingos Pereira da Cunha, cuando tomó el relevo de España al frente de la SNMG-1, esta operación está en línea con la actual política de la OTAN, que aboga por la colaboración con ejércitos de países no pertenecientes al Tratado.

La Armada española tiene interés en estar presente entre los efectivos de la OTAN y, en particular, en la zona del Índico, como reconocía el mes pasado el responsable de la Flota, el almirante Juan Carlos Muñoz-Delgado. A la importancia militar de participar en esta operación se suma una vertiente comercial, ya que permitirá mostrar las características de las F-100 de Navantia en países que podrían convertirse en futuros compradores.

En el punto de mira del astillero figuran estados del sudeste asiático como Malasia y la India. Sin ir más lejos, en 2008 asistió a ferias en ambos países, en los que promocionó el Buque de Proyección Estratégica (BPE) “Juan Carlos I”, que actualmente se remata en los astilleros ferrolanos. También en el Mediterráneo cuenta con potenciales clientes como Grecia y Turquía. Precisamente hace tiempo que se espera que el país heleno saque a concurso la construcción de varias fragatas, al que Navantia espera optar con un modelo similar al de las F-100 y las contruidas para Noruega.

Mediterráneo > Por su parte, el buque de aprovisionamiento de combate “Patiño” y la F-104 “Méndez Núñez” también se preparan para partir rumbo al Mediterráneo, donde participarán en maniobras de adiestramiento junto con otros buques de la OTAN. Según indicaron fuentes de Defensa, está previsto que zarpen este mismo fin de semana. Los buques estarán fuera aproximadamente un mes para realizar estos ejercicios.

Se trata de un tipo de maniobra similar a la que el pasado junio se desplegó en la costa gallega y que tuvo Ferrol como base de operaciones. Entonces, efectivos de una docena de países participaron en este operativo, denominado “Loyal Mariner”.


FARO DE VIGO

"Nos salvó el teléfono y el GPS", dicen los náufragos del barco hundido en Costa de Marfil

El patrón de pesca, el marinense José María Portela, explica que sintieron dos golpes en el casco antes de que se abriera la vía de agua.

P. PIÑEIRO/U. FOCES / VIGO Seis horas de angustia en alta mar que acabaron con final feliz. Los siete tripulantes del arrastrero de capital vigués Cepesca II que se hundió a 70 millas al sur de Abidjan, en Costa de Marfil, fueron rescatados ayer ilesos en el bote salvavidas al que saltaron cuando el barco naufragó. La falta de medios en África, y el hecho de que el pesquero tiene bandera de Guinea Ecuatorial, aunque la empresa armadora es de Vigo, dificultó el rescate. Los hermanos José María y Manuel Portela, patrón de pesca y de costa respectivamente, ambos vecinos de Marín, son los únicos españoles a bordo. El resto de los marineros son un lituano y cuatro africanos.
"Eran las seis de la mañana y escuchamos dos golpes fuertes en el casco. Me levanté y miré, pero no veíamos nada. Poco después el jefe de máquinas nos alertó de que había una vía de agua. Nos quedamos sin corriente y la bomba de achique dejó de funcionar. Tuvimos que abandonar el barco y saltar a un bote salvavidas", explica José María Portela desde el atunero vasco Matxikorta que los trasladaba anoche a tierra. Curiosamente el capitán del buque que los rescató es también vecino de Marín.
"El barco tardó media hora en hundirse y me dio tiempo a llevarme a la lancha salvavidas el teléfono vía satélite y un GPS. Eso nos salvó la vida", relata José María Portela. El patrón no tenía números anotados, pero recordaba bien el de la armadora en Vigo, así que les llamó para que promovieran el rescate. "Ver hundirse el barco fue muy duro, pero no tuvimos momentos de pánico porque en la balsa tienes una oportunidad", apostilla con voz afónica tras la espera en medio del mar.
El teléfono de la armadora viguesa Ingeniería Global de Sistemas echaba humo. "Sacadnos de aquí, sacadnos de aquí", insistían los náufragos al armador. Pero si la angustia de los marineros era grande, no fue menor la que se vivió en la empresa viguesa.
"El barco tiene bandera de Guinea, así que no podíamos llamar al Gobierno español. Intentamos que la operación de salvamento se pusiera en marcha vía Costa de Marfil, pero en África no hay medios y nos veíamos incapaces, así que contactamos con la embajadora española en aquella zona, Cristina Díaz, que consiguió que una base naval francesa en la zona enviara primero un helicóptero y después un avión. Pero era insuficiente, y como no tenían barcos llagamos a contratar un barco rápido en Costa de Marfil. Fueron horas terribles, de impotencia, nos veíamos incapaces de organizar un operativo decente y, finalmente, recurrimos a Salvamento Marítimo de España, que fue quien coordinó la operación. Distintos pesqueros que estaban en la zona colaboraron, y fue la forma más rápida de rescatar a los tripulantes del Cepesca II", informan desde la compañía armadora.
Este es el segundo naufragio del marinense José María Portela, de 35 años. "Cuando era engrasador viví otro naufragio en un buque de bandera inglesa en Gran Sol ", recuerda. Lleva desde los 16 años en el mar y seguirá trabajando en esta profesión "Tal como están las cosas en tierra con la crisis, seguro que seguiré jugándome el pellejo para poder comer", concluye.
El Cepesca II había salido tres días antes de Costa de Marfil y tras un mantenimiento de motores se dirigía hacia Canarias para realizar la revisión de la maquinilla de pesca y el aprovisionamiento. Habitualmente realiza sus descargas pesqueras en los puertos guineanos de Bata y Malabo. Sus tripulantes esperaban llegar a anoche al puerto de Abidjan.




No hay comentarios: