lunes, marzo 09, 2009

9 de Marzo de 2009

El Ejecutivo del país ha desplazado a personal militar y civil a Navantia para participar en el diseño de fragatas y en la construcción de dos buques anfibios

Autor:
B. Couce
Fecha de publicación:
9/3/2009

En junio del 2007, el Ministerio de Defensa de Australia reportó a Navantia el mayor contrato de la historia naval española, al encargar a los astilleros de la ría de Ferrol la construcción de dos buques anfibios y el diseño de tres fragatas F-100, con un desembolso total de 1.200 millones de euros. Se trata del mayor programa de renovación de la flota emprendido en décadas por el país de las antípodas. Para cooperar con las antiguas Astano y Bazán en el desarrollo de la obra y supervisar su ejecución, el Gobierno australiano ha enviado personal civil y militar a Ferrol, a los que se han sumado profesionales de varias empresas que participarán en la obra, como BAE (adjudicatario directo de los buques anfibios, que eligió como subcontrata a Navantia), Raytheon y Saab. Todos ellos, junto a sus familias, integran una delegación de casi 70 personas.

Ambos contratos ya están en marcha desde el pasado otoño y según Jeremy Redmond, responsable del programa de los buques anfibios, «todo está yendo como tiene que ir», aunque admite que aún es pronto para realizar valoraciones sobre la obra. También el diseño de los destructores «se desarrolla según lo previsto, pese a lo agresivo de los plazos», indicó el encargado de este programa en la ciudad naval, el capitán Steven Tiffen.

Los dos contratos tienen una importante repercusión para el empleo en Ferrolterra, ya que, sumados a los otros pedidos en curso, garantizan carga de trabajo hasta el año 2014.

No obstante, más allá del empleo, la obtención de ambas obras supuso para Navantia un espaldarazo a escala internacional, al haberse impuesto con sus productos al buque anfibio propuesto por el astillero francés Armaris y al destructor del americano Gibbs & Cox. «Navantia se acercaba más a nuestros requerimientos y, además, la relación entre calidad y precio era mejor», afirma Jeremy Redmond. «Había muchos factores que fueron considerados en la opción de la F-100 sobre la americana, aunque quizás el mayor peso fue el riesgo reducido de que la fragata había sido construida en cuatro ocasiones anteriores, además de la ventaja de no ser el único operador del barco. La unicidad no siempre es una cosa buena, sobre todo cuando uno tiene que apoyar su decisión durante 30 o 40 años», asegura Steve Tiffen, en alusión al ciclo de vida del navío.

También en la elección de los astilleros públicos españoles como constructores de los dos buques anfibios jugó a su favor el hecho de que la factoría ferrolana estuviese fabricando un barco como el requerido, el Juan Carlos I , que será el mayor navío de la flota militar española. «De hecho, las modificaciones que hemos introducido para nuestro buque son muy pequeñas y sobre todo son variaciones del sistema de combate», afirma Redmond.

Las F-100, de gran capacidad

Para el capitán Tiffen, una de las características más destacables del modelo F-100 -que ya le había hecho ganar a Navantia en el 2000 el concurso internacional abierto por Noruega para la construcción de cinco barcos- es que «son fragatas capaces de mantener el perfil clásico de destructor al tiempo que acoplan nuevas tecnologías armamentísticas de guerra». También subraya que «el diseño de las F-100 acarrea una gran capacidad ajustada a unas dimensiones de poco peso y espacio». La Armada australiana también ha optado por introducir modificaciones al sistema de combate de los destructores que, en este caso, es Aegis, frente al Saab de los anfibios

Tanto para los funcionarios civiles del Ministerio de Defensa como para los marinos australianos, sorprende del astillero ferrolano «su gran capacidad» y potencial para construir buques de porte superlativo, como el Juan Carlos I , que tiene 230 metros de eslora (largo) y una altura equivalente a un edificio de 14 plantas. «Tiene muy buenas infraestructuras y es difícil encontrar algo igual en otro sitio», afirma Steve Tiffen.

Los astilleros australianos tienen unas dimensiones mucho más pequeñas -acordes con el tamaño de los barcos que fabrican- y, de hecho, la empresa ASC, que fabricará las fragatas en Adelaide, está construyendo unas nuevas instalaciones para poder hacer frente a la obra.

No hay comentarios: