FARO DE VIGO
Un siglo durmiendo bajo las aguas
El trasatlántico "Southern Cross" naufragó el 24 de diciembre de 1909 frente a Cangas
El naufragio del trasatlántico inglés Southern Cross, hace un siglo tras encallar en los bajos de A Borneira (Cangas) causó un gran impacto en la ciudad. Procedía de Liverpool, Bilbao y Santander y venía a Vigo a recoger pasaje y carga con destino a Buenos Aires y Montevideo. Una salida profusamente anunciada en FARO que nunca se llegó a realizar. El coste de los pasajes oscilaba entre 201 y 101 pesetas. El barco acabó partiendo por la acción del mar, que fue reventando sus remaches y desde entonces permanece en su tumba submarina con algunos secretos en su interior.
JAVIER MOSQUERA Los restos del trasatlántico inglés Southern Cross, que naufragó hace un siglo tras encallar en en los bajos de A Borneira, frente a Cangas, siguen bajo las aguas. El barco, de 4.500 toneladas de registro y 7.400 de desplazamiento, procedía de Liverpool, Bilbao y Santander y venía a Vigo para embarcar pasajeros a Montevideo y Buenos Aires.
Durante semanas, FARO estuvo anunciando diariamente la salida de este "hermoso vapor" que admitía pasaje de 1ª y 3ª clase, fijando para un pasaje entero el precio de 201 pesetas y 101 el medio pasaje. Los pasajeros tenían que presentarse dos días antes de la fecha de embarque en la agencia consignataria, Juan Tapias, situada en la calle Areal, con toda la documentación en vigor.
En la edición del periódico del 25 de diciembre se daba cuenta del naufragio, señalando que "a las seis de la mañana, en cuanto el vapor quedó encallado, empezaron a sonar las sirenas de a bordo, y a arrojar luces de bengala en demanda de auxilio. A esas señales acudió el vapor María que hace el servicio de Cangas a Vigo, que estaba a punto de iniciar su primer viaje, recogiendo cerca del costado del Southern Cross un bote con pasajeros de primera".
Además, acudieron en auxilio del barco accidentado el vaporcito de los prácticos, una trainera de Cangas, un bou inglés que se disponía a hacerse a la mar y el aljibe de la Viuda de Molins.
A dichas embarcaciones se transbordaron los 168 pasajeros que transportaba el barco y sus equipajes. El salvamento se hizo ordenadamente, gracias a la serenidad de los oficiales del trasatlántico y la de los tripulantes de los barcos que acudieron en su auxilio, y a ello se atribuyen las escasas víctimas."Hubo un fallecido, un pasajero se fracturó una pierna al saltar por la borda al vaporcito de los prácticos, y otro cayó al mar entre los dos buques y fue rescatado", contaban las crónicas.
El periódico se hacía eco también de las posibles causas de un siniestro "difícil de explicar. Dícese que el faro de A Borneira estaba apagado a la hora del choque y que desde el Southern confundieron la luz roja de un buque con la del faro, y la torre de éste con el aparejo de un velero, acercándose por ello más a tierra, hasta que tropezó con las rocas quedando sobre ellas".
Desde el primer momento se dio el buque por perdido, "pues los remaches se desprenden como consecuencia del peso del agua que llena las bodegas, donde baja y sube la marea". A las pocas horas del siniestro ya amenazaba con romperse y hundirse.
Un siglo durmiendo bajo las aguas
El trasatlántico "Southern Cross" naufragó el 24 de diciembre de 1909 frente a Cangas
El naufragio del trasatlántico inglés Southern Cross, hace un siglo tras encallar en los bajos de A Borneira (Cangas) causó un gran impacto en la ciudad. Procedía de Liverpool, Bilbao y Santander y venía a Vigo a recoger pasaje y carga con destino a Buenos Aires y Montevideo. Una salida profusamente anunciada en FARO que nunca se llegó a realizar. El coste de los pasajes oscilaba entre 201 y 101 pesetas. El barco acabó partiendo por la acción del mar, que fue reventando sus remaches y desde entonces permanece en su tumba submarina con algunos secretos en su interior.
JAVIER MOSQUERA Los restos del trasatlántico inglés Southern Cross, que naufragó hace un siglo tras encallar en en los bajos de A Borneira, frente a Cangas, siguen bajo las aguas. El barco, de 4.500 toneladas de registro y 7.400 de desplazamiento, procedía de Liverpool, Bilbao y Santander y venía a Vigo para embarcar pasajeros a Montevideo y Buenos Aires.
Durante semanas, FARO estuvo anunciando diariamente la salida de este "hermoso vapor" que admitía pasaje de 1ª y 3ª clase, fijando para un pasaje entero el precio de 201 pesetas y 101 el medio pasaje. Los pasajeros tenían que presentarse dos días antes de la fecha de embarque en la agencia consignataria, Juan Tapias, situada en la calle Areal, con toda la documentación en vigor.
En la edición del periódico del 25 de diciembre se daba cuenta del naufragio, señalando que "a las seis de la mañana, en cuanto el vapor quedó encallado, empezaron a sonar las sirenas de a bordo, y a arrojar luces de bengala en demanda de auxilio. A esas señales acudió el vapor María que hace el servicio de Cangas a Vigo, que estaba a punto de iniciar su primer viaje, recogiendo cerca del costado del Southern Cross un bote con pasajeros de primera".
Además, acudieron en auxilio del barco accidentado el vaporcito de los prácticos, una trainera de Cangas, un bou inglés que se disponía a hacerse a la mar y el aljibe de la Viuda de Molins.
A dichas embarcaciones se transbordaron los 168 pasajeros que transportaba el barco y sus equipajes. El salvamento se hizo ordenadamente, gracias a la serenidad de los oficiales del trasatlántico y la de los tripulantes de los barcos que acudieron en su auxilio, y a ello se atribuyen las escasas víctimas."Hubo un fallecido, un pasajero se fracturó una pierna al saltar por la borda al vaporcito de los prácticos, y otro cayó al mar entre los dos buques y fue rescatado", contaban las crónicas.
El periódico se hacía eco también de las posibles causas de un siniestro "difícil de explicar. Dícese que el faro de A Borneira estaba apagado a la hora del choque y que desde el Southern confundieron la luz roja de un buque con la del faro, y la torre de éste con el aparejo de un velero, acercándose por ello más a tierra, hasta que tropezó con las rocas quedando sobre ellas".
Desde el primer momento se dio el buque por perdido, "pues los remaches se desprenden como consecuencia del peso del agua que llena las bodegas, donde baja y sube la marea". A las pocas horas del siniestro ya amenazaba con romperse y hundirse.
3 comentarios:
Felices Fiestaassss. Manolo se va a poner hasta arriba de sardinas.
Desde Jaca,te deseo Felices fiestas y prospero año nuevo.
Un abrazo muy fuerte
GRACIAS AMIGOS!
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