lunes, septiembre 23, 2013

23 de Septiembre de 2013

LA VOZ DIGITAL


23.09.13 - 00:28 - 
JAVIER RODRÍGUEZ jrodriguez@lavozdigital.es | CÁDIZ.

El final del portaaviones 'Príncipe de Asturias' se acerca después de causar baja en la flota española el pasado febrero tras 25 años de servicio. La cuenta atrás para este buque ha comenzado y todo apunta a que acabará, si nadie lo remedia, en el desguace. La Armada, de momento, no ha recibido ninguna oferta en firme para su venta. La Marina de Indonesia mostró interés por el buque nada más conocer su jubilación. De hecho, representantes de este país asiático lo visitaron en el muelle del Arsenal de Ferrol, donde permanece atracado a la espera de su destino final. Sin embargo, el Ministerio de Defensa español no ha recibido respuesta alguna. Ante esta situación, la Armada ha seguido con el trámite administrativo para la baja definitiva del buque y prevé que a mediados de diciembre culmine el proceso para su salida a subasta. Sólo la venta a un tercer país lo puede indultar de acabar troceado en chatarra, algo que no desea Defensa y menos aún la Armada.

El tiempo se agota. La Armada amplió el plazo para jubilar definitivamente al buque con el ánimo de facilitar las gestiones ante la aparición de un posible comprador. De momento, no ha habido éxito. Este periódico adelantó el pasado junio que el proceso se interrumpía provisionalmente para facilitar su venta. Tanto la Armada como Defensa confían aún en que alguien puje por el portaaviones antes de final de año, fecha en la que se prevé que salga la convocatoria para su subasta pública. De momento, el 'Príncipe de Asturias' mantiene parte de su infraestructura naval, aunque buena parte de su sistema de combate y armamento ha sido desmontado para su instalación en otros barcos.

La entrada en servicio del nuevo portaaviones 'Juan Carlos I' significó la jubilación del 'Príncipe de Asturias'. El pasado martes, la Reina Sofía hizo entrega en Cádiz de la Bandera de Combate a la dotación del 'Juan Carlos I' y se aludió al 'Príncipe de Asturias' como la joya de la Armada durante las dos últimas décadas. El buque, que ha tenido su sede naval en Rota, zarpó el pasado 6 de febrero hacia Galicia, donde se ha llevado a cabo tanto su desarme como el proceso administrativo para su baja de la flota española. Llegó a Ferrol con 220 hombres a bordo y ahora quedan una veintena, encargados de su mantenimiento. Durante este tiempo, los responsables de logística de la Armada, han barajado varias opciones sobre el futuro de este barco. La Armada se resiste a desguazar un buque tan importante y, al mismo tiempo, bautizado con un nombre de la Casa Real. Por ello insiste en su venta a otro país para que siga una vida útil en otra Armada internacional, pero a estas alturas no hay ninguna oferta. Esta opción resulta muy importante para los astilleros españoles, especialmente para las plantas gallegas, ya que sería Navantia la encargada de rehabilitar y adaptar el barco a las necesidades de su nuevo comprador. De cualquier forma, la operación urge para España, ya que la baja del portaaviones ha costado a las arcas públicas 1,2 millones de euros. De hecho, y según los datos facilitados en su momento por el Ministerio de Defensa, ha sido más rentable retirar de la circulación el portaaviones que emprender su restauración, ya que esta operación suponía un desembolso de cien millones de euros. No es un buen momento para una operación de este tipo. La situación de crisis económica y los recortes del Ministerio han marcado el tramo final de la vida útil del portaaviones.

La opción de venta cobró fuerza el pasado abril ante el interés mostrado por la compra del buque por parte de países asiáticos y árabes. La Armada española confirmó entonces que existían posibles compradores, aunque no se había concretado ninguna operación de venta. Una delegación de la Marina de Indonesia se desplazó a finales de marzo hasta Ferrol para visitar el buque y conocer de cerca sus capacidades. Sin embargo, su Gobierno descartó al poco tiempo la compra. Y aunque la puja la lideró en mayo Filipinas que, no ha desvelado aún sus intenciones. Sólo nueve gobiernos tienen portaaviones. Así, lo más cercano a Indonesia es China y Tailandia.

Su venta afecta a Navantia

Una de las condiciones que rigen el acuerdo de comercialización, en caso de llevarse a efecto, es que la modernización del barco se tendría que ejecutar en los astilleros de Navantia; lo que aportaría una importante carga de trabajo a la empresa. Defensa anunció el 22 de noviembre de 2012 la jubilación del buque, pero no desveló cuál sería su destino final, aunque en algunos foros se habló de desguace. Esta posibilidad, desde luego, no convenció a los mandos y se apuntó hacia opciones menos traumáticas. La despedida del 'Príncipe de Asturias' en Rota el pasado febrero se hizo con todos los honores durante una parada naval que contó con la presencia de Don Felipe y del ministro de Defensa, Pedro Morenés. En su cubierta tuvo lugar un acto militar y una exhibición de las aeronaves que han integrado su equipo táctico.

La Armada confirmó recientemente a LA VOZ que el trámite de desmilitarización del barco se inició a primeros de año en la base de Rota y ha continuado en el Arsenal del Ferrol. Las mismas fuentes destacaron que ya se desmantelaron en la base gaditana una serie de elementos, principalmente, los bienes de valor histórico, también el equipamiento para las operaciones de las aeronaves y los equipos de transmisión; así como munición y sistemas de combate Este proceso de baja es similar al que se llevó a cabo en 2009 con dos fragatas de la clase Baleares (F-71), que fueron sustituidas por las F-100. La Armada insiste en que, una vez que culmine el proceso de baja, el portaaviones quedará listo para su enajenación.

EL FARO DIGITAL


La vicepresidenta primera de la Asamblea entrega la bandera de combate al comandante Junguito y destaca que “lo español” es un sentimiento “puro y cierto” en Melilla. El buque abandonó ayer la ciudad junto con los cazaminas.

El buque de la Armada ‘Relámpago’ ya tiene la bandera española ondeando en lo más alto. No es una bandera cualquiera es la enseña de combate y fue entregada ayer por la vicepresidenta primera de la Asamblea, Cristina Rivas, que amadrinó el acto que se celebró en el muelle Ribera II para hacer entrega de esta donación de la Ciudad Autónoma. El jefe de la Flota de la Armada, el almirante Santiago Bolíbar, presidió la parada militar y estuvo acompañado por el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, y el comandante general, Álvaro de la Cuesta.
La entrega de la bandera de combate es una de las acciones más importantes en la vida de un barco, junto con su botadura, y fue instituida en 1785 por Carlos III para que los barcos la izaran cuando iban a entrar en combate, para que pudieran ser identificados. Cumpliendo con esta tradición, Rivas entregó la bandera al comandante de buque, el capitán de corbeta Isidoro Junguito, que la recibió rodilla en tierra, para ser posteriormente izada en la cubierta del ‘Relámpago’. El párroco castrense fue el encargado previamente de bendecir la enseña nacional.
Durante su intervención, la vicepresidenta de la Asamblea resaltó el honor que supone entregar la bandera a este buque y la unión que Melilla tiene hacia las fuerzas armadas y hacia España en su conjunto. “El sentimiento de lo español es aquí muy puro y cierto y cada vez que un buque de la flota recala en nuestras aguas, en nuestro puerto, es como si un puente imaginario quedara establecido entre las dos orillas”, indicó Rivas.
La madrina señaló que la bandera entregada contiene el cariño y consideración de todo el pueblo melillense y dijo confiar en que los marineros sabrán convertir ese cariño en apoyo e impulso en su misión de servicio a España.
Por su parte, el comandante del ‘Relámpago’ expresó su agradecimiento a Melilla y a su madrina por la entrega de uno de los símbolos más importantes que tiene un buque de la Armada. Junguito hizo hincapié en la relación que tiene Melilla con la Armada, dada su posición estratégica, y que ha hecho que la ciudad haya sido durante muchos años refugio y fuente para el abastecimiento de los buques. Según el comandante del buque, los marineros que componen la tripulación de este barco son desde ayer “hijos adoptivos” de Melilla y estarán unidos para siempre a esta ciudad española.
Para finalizar el acto la formación desfiló ante las primeras autoridades militares y civiles de la ciudad. Entre los asistentes se encontraba la senadora popular por Melilla, Mª Carmen Dueñas, una nutrida representación del Gobierno de la Ciudad, el portavoz del Grupo Socialista, Gregorio Escobar, la directora de la Autoridad Portuaria, Pilar Salas, el jefe superior de Policía Nacional, Ángel Riesco, el presidente de la Sección 7º de la Audiencia Provincial, José Luis Martín Tapia, el juez decano, Emilio Lamo de Espinosa, el decano del Colegio de Abogados, Blas Jesús Imbroda, y el vicario episcopal, Roberto Rojo.
El ‘Relámpago’ (P-43) es el noveno buque de la Armada Española que lleva este nombre y tiene su base en el Arsenal Militar de Las Palmas de Gran Canaria. Se trata de un buque de gran versatilidad, no sólo en el ámbito militar, sino también en el de cooperación en tareas de salvamento, lucha contra la contaminación, evacuación y ayuda humanitaria Posee, además, un alto nivel de compatibilidad con otros buques de la Armada y un coste reducido.
En el acto, además de los marineros del ‘Relámpago’ y de los cazaminas ‘Sella’ y ‘Turia’, que lo han acompañado en su travesía y estancia en la ciudad, participó una compañía de La Legión y la Banda de Música de la Comandancia General de Melilla.

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