jueves, noviembre 15, 2007

La vuelta al mundo en 80 días

Debido a que me leí Capitán de navío y La fragata Surprise seguidos acabé con una confusión de fin y comienzo de uno y de otro libro. Además, tenía tanto “mono” de Patrick O´Brian que decidí dar un respiro a Jack Aubrey y a Stephen Maturin y decidí releer un antiguo libro. Lo busqué con ahínco entre esos oscuros recovecos de la librería del salón, los cuales permanecieron en paz durante casi dos años. Aunque he leído varias novelas de Julio Verne durante mi infancia, de La vuelta al mundo en 80 días casi no tenía ningún recuerdo, no así de Viaje al centro de la Tierra, De la Tierra a la luna o Viaje alrededor de la luna. No sé por qué razón me decidí por él, pero lo cogí y, tras vencer los obstáculos de la librería y del propio polvo almacenado durante años en sus hojas, me puse a leerlo con avidez. No encontré mejor manera para estar un buen rato en la bicicleta estática. Sin darme cuenta, en el momento en que ya mis piernas empezaban a mostrar evidentes señales de “hasta aquí hemos llegado”, ya iba por la página 100.

El gran Verne nos hace seguir las aventuras y desventuras de un excentrico y muy metódico caballero inglés y su mayordomo, en aras de cumplir con una apuesta. Phileas Fogg en aras de la defensa de un mundo cada vez mas comunicado y por honor, arriesga su fortuna en un proyecto que hasta la llegada de la mente del autor francés (y de los aviones) parecía imposible. Un proyecto que intentará abortar una y otra vez el inspector de policía Fix al creer que el ladrón del Banco de Inglaterra y Fogg son la misma persona.

Como bien dicen algunos críticos de las obras de Verne, este libro no pretende retratar un viaje alrededor del Mundo, sino una medición del mismo usando el tiempo y los mas modernos medios de transporte de la época (además del recién abierto Canal de Suez). Como si quisiera demostrar que el Hombre ya dominaba al planeta, al menos, geográficamente en dicho aspecto. Esto es constante en estas novelas como la conquista del espacio en "De la Tierra a la Luna" o "20.000 leguas de viaje submarino". Pero, a su vez, no olvida los medios de transporte mas tradicionales o arcaicos como el elefante en la India y el trieno en América.

Es una medición, sin duda. Ya que, debido a la rapidez del viaje, uno echa en falta que la ventana a lugares lejanos y desconocidos no permanezca un rato mas abierta; pero eso no nos impide sentirnos atrapados por la ágil y privilegiada pluma de Julio Verne.

Maribel Carbonell dijo que "Phileas Fogg no viaja, describe una circunferencia, la figura cíclica de un tiempo y de un espacio sobre sí mismos".

Me resulta gracioso que pusieran en la portada un globo (la escena pertenece a "5 semanas en globo"), aunque seguro que es debido a la película protagonizada por David Niven y Mario Moreno "Cantinflas", en la escena inventada para el cine en la que sobrepasan los pirineos en globo (la verdad es que se desconoce qué pasó con los aventureros desde que salen de Londres hasta su llegada a Brindisi) y que se ha convertido en una de las míticas de la Historia del Séptimo arte.

5 comentarios:

Dani Yimbo dijo...

El otro día salió publicado en el periódico de Ceuta un interesante reportaje de la vinculación de Verne con mi ciudad.

Helo aquí

http://abyla.blogspot.com/2005/03/ceuta-y-julio-verne.html

Con su permiso

Dani Yimbo dijo...

Bueno, lo de arriba no es el artículo del periódico, pero viene al caso.

Javier dijo...

Ya me dí cuenta que de periódico poco, daniels, pero me ha parecido un artículo la mar de interesante. Me encanta Verne (a pesar de haber leído muy pocos libros escritos por él)

Mali dijo...

Has dicho que ese libro es mio? Y que lo hemos leido una burrada de veces? el pobrecito esta tan manoseado.... Pero es de lo mas entretenido.

Javier dijo...

Ya sabía yo que se me olvidaba algo, Mali