Shakira y yo

Nuestra historia viene de lejos. De aquella época en la que estudiaba en el instituto acompañado siempre por la radio. Casi podría decirse que era como Roger Taylor mirando la luz de su radio, aunque esto se acentuó a partir de 1997. Ahora casi no la escucho.

En aquellos tiempos mi radio era capaz de recoger la frecuencia de una emisora de Madrid (y de otros países, ya no fabrican aparatos así) que respondía al nombre de Top40 y la oía a diario. En una de esas tardes musicales, me topé con una entrevista a una chica joven recién llegada desde Colombia. No me quedé en aquel momento con su nombre, a pesar de que me pareció tremendamente curioso. Me encantó su forma de hablar, de reir y de cantar. Me cayó tan bien que, en mi fuero interno, le deseé toda la suerte del mundo. Meses después la volví a encontrar, pero en la tele y me quedé con su nombre: Shakira.

Desde entonces siempre me ha acompañado por medio de piezas sueltas bajadas del Kazaa o del Emule. Es curioso, pero nunca me he comprado uno de sus discos, aunque disfruto con canciones como "Inevitable" y otras de sus primeros tiempos. Añoro sus primeros tiempos.

Se podría decir que es un idilio extraño el nuestro, jejeje.